El método de ‘la coincidencia de los opuestos’, de Nicolás de Cusa, observa que no se debe tomar partido en medio del conflicto entre dos opuestos sino encontrar un flanco que resuelva la situación en un nivel superior. Y esa solución hoy día pasa exactamente por la reorganización por bancarrota del sistema financiero internacional que está en su momento más débil, y es su debilidad lo que está conduciendo al tremendo peligro que estamos viendo en Ucrania, en el Oriente Medio y demás.
En un diálogo estratégico reciente, Helga Zepp-LaRouche, fundadora del Instituto Schiller y destacada estudiosa de la filosofía de Nicolás de Cusa, concluyó con el siguiente llamado a las armas:
“Estamos en tiempos extremadamente difíciles, y hay mucha gente que quiere retirarse a la vida privada diciendo: ‘Oh, yo en esas cosas no me meto, es demasiado terrible. Me está quitando el sueño, así que no quiero saber nada de eso’. Esa actitud es la peor de todas… Si eres consciente de un gran mal y no haces todo lo posible por resolverlo, afectará a tu alma, a tu mente, a tu forma de ser como persona. En Occidente, al menos, nos enfrentamos a un embrutecimiento increíble de la sociedad, a una decadencia cultural. Y si toleramos lo que está ocurriendo ahora, nos llevará un paso más hacia una catástrofe de la que quizá no nos recuperemos”.
“Lo que tenemos que hacer, más bien, es algo parecido a la música Clásica: Queremos que haya muchos conciertos de música clásica. Si quieren también pueden rezar en grupo: cualquier cosa que eleve el alma y haga de las gentes mejores personas. Porque la civilización nunca se vio tan enfrentada a la cuestión de hacia dónde irá, a la cuestión de qué tan moral es la gente, hasta qué punto se preocupa por la humanidad. Y ahora mismo, la cuestión de la educación estética, de tratar de ser mejores personas de lo que eran ayer, es realmente la cuestión de desatar una fuerza de humanidad que es lo único que puede vencer al complejo militar-industrial. Puede parecer una utopía, pero estoy absolutamente convencida de que la belleza del alma humana es más fuerte que el mal de las ganancias militares y el belicismo. Pero hay que actuar sobre la base de esa perspicacia”.
