Por Mente Alternativa
Aproximadamente cuatro quintas partes de los estadounidenses tienen una opinión desfavorable de China y un número cada vez mayor la considera un enemigo, según datos publicados el miércoles por el Pew Research Center, los cuales muestran que los estadounidenses de mayor edad y los republicanos son los que tienen las opiniones más duras sobre el país asiático.
Esa cifra desfavorable ha oscilado entre el 79% y el 83% en los últimos cinco años. El número de estadounidenses con una opinión favorable de China ha oscilado entre el 14% y el 21%, y este año se sitúa en el 16%.
“Hubo un gran salto [en el sentimiento negativo hacia China] entre 2019 y 2020, que coincidió con la pandemia de Covid y también con un año electoral”, dijo un analista líder de esta investigación. “Y luego ese número se ha mantenido casi igual en alrededor del 80%, por lo que definitivamente parece un patrón que continuará siendo bastante negativo”.
En un artículo de septiembre de 2023, el historiador revisionista Matthew Ehret se dio a la tarea de investigar cómo, al sumar su voz a la de aquellos fanáticos anglo estadounidenses que culpan a China de crear el Covid-19 en un laboratorio y propagarlo intencionadamente por todo el mundo, el oficial de inteligencia británico retirado Sir Richard Dearlove puso en relieve el patrón de una típica “operación de insurgencia/contrainsurgencia” (o conflicto de baja intensidad) que durante siglos ha sido una herramienta imperial británica.
Como observa Ehret, las narrativas y contra-narrativas manufacturadas en Occidente sobre el origen del Covid sólo han servido para anular el debate sobre los más de 300 laboratorios internacionales de armas biológicas del Pentágono, así como para engañar a disidentes, científicos y médicos talentosos y valientes que, sin embargo, no han sabido advertir los juegos de contrainteligencia del orden unipolar angloestadounidense.