No hay que tirar la toalla, hay esperanza, advierte el portavoz de la Organización LaRouche, Harley Schlanger. En la reciente reunión virtual de Davos, los presidentes Xi Jinping y Vladimir Putin presentaron cada uno visiones que no están en armonía con los objetivos del Gran Reseteo de los globalistas de Davos. Y se espera más resistencia proveniente de los países asiáticos en particular, pero también del pueblo estadounidense, que debe luchar y movilizarse en vez de sentarse a esperar a que alguien venga a salvarles mientras se creen toda la propaganda anti-rusia y anti-china que escupen tanto los medios convencionales como los de oposición controlada.
Por Harley Schlanger
Buenos días, soy Harley Schlanger, de la Organización LaRouche, con su actualización diaria para el 29 de enero.
Quiero empezar con algunas noticias sobre Davos, donde podemos ver que al Foro Económico Mundial no le está yendo tan bien como esperaba en su compromiso para imponer una política genocida maltusiana en todo el mundo. Y los frentes de batalla se están dibujando poco a poco.
Por un lado está la élite corporativa representada por gente como Mark Carney, Sir Michael Bloomberg, Larry Fink de Blackrock, el Príncipe Carlos, Klaus Schwab del Foro Económico Mundial, y toda una serie de banqueros, CEOs y ejecutivos corporativos que están impulsando una política económica de crecimiento cero —en realidad una política de crecimiento negativo— para reducir la densidad de flujo de energía de la producción mundial de electricidad, lo que conducirá a consecuencias genocidas, todo en aras de crear una nueva burbuja verde y consolidar el poder en manos de los bancos centrales, en nombre de los banqueros privados y el sistema bancario en la sombra.
Ellos creen que tienen todo bajo control, pero ya estamos viendo la rebelión de varios países, sobre todo de China y Rusia, las dos grandes potencias soberanas a las que tendrán que controlar si quieren tener éxito.
Ayer les informé sobre los discursos de Xi Jinping y del presidente Putin, que presentaron cada uno visiones que no están en armonía con los objetivos de Davos. Y podemos esperar ver más resistencia proveniente de los países asiáticos en particular, pero también del pueblo estadounidense.
No creo que el pueblo estadounidense haya descubierto todavía lo que es en su totalidad este Gran Reseteo. Pero no les agrada lo que hasta el momento han oído sobre él. No les gusta el Nuevo Trato Verde, porque los estadounidenses son innatamente optimistas, especialmente cuando se trata de la aplicación de la ciencia y la tecnología, y de nuevas investigaciones en las fronteras de la ciencia que se aplican a nuestro proceso productivo para aumentar la disponibilidad de recursos y aumentar nuestra productividad. Los estadounidenses creen que son los bienes productivos los que realmente definen una economía, no la acumulación de papel e instrumentos financieros basados en la deuda. Y llegaremos a ese tema en un momento.
Así que la cuestión es restaurar el sistema estadounidense de economía física tal y como lo desarrolló Lyndon LaRouche. Eso no lo va a hacer Joe Biden —o al menos requeriría una conversión drástica de su parte. De hecho, con Biden, nos dirigimos al desastre, incluso con sus políticas anti-China y anti-Rusia.
Sé que a algunos de ustedes les han dicho que los chinos tienen a Biden en el bolsillo trasero. Pero miren. Cuando un tipo es un ladrón, nada le impide tomar dinero de alguien y luego volverse contra él. Así que la idea de que Biden fue puesto en el poder por China para el beneficio de China y para que China tome el control de los Estados Unidos es tan estúpida como asumir que Joe Biden es un comunista o un socialista.
Biden tiene bien definidas cuáles son las líneas de la batalla. Biden está a favor del Nuevo Acuerdo Verde, completamente a favor. Pero él y la gente que lo respalda pueden ser derrotados.
La revista Executive Intelligence Review y el Instituto Schiller están a punto de publicar un documento que devastará por completo a la multitud de Davos al exponer su intención genocida, lo que pretenden hacer, cómo su política está ubicada en la parte superior de cientos de años de dirección oligárquica, y cómo el momento actual que conciben como su mayor fortaleza —justo después de haber destituido al presidente Trump— es en realidad su mayor debilidad porque no tienen consenso, y no se puede tener consenso para una política que va a matar a la mitad o más de la raza humana.
Por lo tanto, tenemos que movernos para construir una fuerza que pueda derrotarlos. Se puede hacer. No caigan en el pesimismo de que ellos “han triunfado”, ni tampoco en la visión determinista de que “no hay que preocuparse porque los chicos buenos están por actuar”. Nosotros somos los buenos, únete a nosotros y ayúdanos a librar esta lucha.
La primera cuestión que quiero plantear va en este sentido, y hubo varias personas que me han hecho esta pregunta:
1. ¿Cree usted en la afirmación de que Trump puso a los militares a cargo a través de la ley de insurrección, y que Biden pronto será removido y puesto bajo arresto?
Permítanme preguntarles esto: ¿Cuántas veces hemos visto esta película? ¿Cuántas veces nos han prometido que “hay treinta, cincuenta, trescientas, tres mil, treinta mil, trescientas mil acusaciones selladas y que ‘los buenos’ van a venir a por los malos en cualquier momento, que confiemos en el plan porque ya viene”?
Y me han oído hablar de esto antes. Creo que esto fue diseñado para crear cierta complacencia, una creencia de que esto definitivamente va a suceder más pronto que tarde. Algunas personas dicen que “bueno, al menos esto despertó a mucha gente.” ¡Tonterías! ¿Despertarlos para hacer qué? ¿Para esperar un plan que no existe? Eso no es precisamente un “gran despertar”. En cierto modo es de hecho un gran atontamiento de la gente que cree que hay tipos buenos ahí fuera con el poder de hacer algo que no han hecho y que no van a hacer a menos que el pueblo estadounidense movilice sus fuerzas para hacerlo.
Y es por eso que las políticas de los cuatro poderes y las cuatro leyes de LaRouche son tan importantes. Esas políticas pueden romper el poder de nuestro verdadero enemigo, que es la Ciudad de Londres. Y mientras algunas personas están corriendo por ahí persiguiendo a los chinos o a los satanistas ocultos en Hollywood —efectivamente ahí hay un montón de tipos malos, no hay duda de eso ni del hecho de que algunos de ellos han sido expuestos en sitios web y por Q y otros. Eso es útil. Pero la pregunta importante es:
¿Cómo derrotarlos?
Se les puede derrotar mediante luchas políticas, movilizando a la población no sólo para que descubra que hay tipos malos, sino para que tenga programas que los derroten. Y a eso dedicó su vida Lyndon Larouche.
Si embargo, hay todo tipo de historias ciruculando el tiempo por ahí. Ahora dicen que “hay que esperar hasta el 4 de marzo o hasta abril o hasta que haya una mejor oportunidad para arrestar a todos”…
En vez de eso construyamos una poderosa fuerza de oposición a las políticas anti-estadounidenses impulsadas por la administración Biden y su apoyo al Nuevo Trato Verde, así como contra la confrontación estratégica en contraposición a la intención del presidente Trump de formar alianzas de cooperación con las otras grandes potencias, especialmente Rusia y China, para hacer frente a los verdaderos problemas del mundo.
Y en algún momento en el futuro tal vez veamos un arresto de Biden o un arresto de Hillary Clinton y Obama. Pero eso sólo va a ser posible si el pueblo estadounidense se levanta y lo exige —en contraposición a la idea de que algunos oficiales militares anónimos escondidos en internet van a surgir de repente y acorralar a la gente y hacer el trabajo que el pueblo estadounidense tiene que hacer.
Así que esta es mi opinión sobre si creo o no en estas historias sobre la aparición definitiva de los sombreros blancos. Y no lo hago.
Ahora una segunda pregunta, una interesante:
2. ¿Qué opinas del escándalo de Gamestop y del hecho de que haya lo que ahora se llaman “sitios web deshonestos” que se unen para infligir pérdidas a los especuladores —los fondos de cobertura?, ¿y qué pasa con gente como Alexandria Ocasio-Cortez (AOC) y otros que piden que se detenga esto?
Bueno, lo que hay que frenar es la especulación. Uno no debe perderse en la sintomatología. Está bien el hecho de que algunos pequeños inversores infligieran algunas grandes derrotas a los operadores de fondos de cobertura. Pero los operadores de fondos de cobertura devolvieron el golpe y ahora están en proceso de destruir a la gente que hizo eso (los llamados Robinhood y otros) y mientras tanto es un tanto irónico y divertido ver cómo la gente que puede operar porque no hay regulación, ahora pide regulaciones.
Es necesario que haya regulaciones. Ningún fondo del gobierno o de la Reserva Federal o fondos de flexibilización cuantitativa deben ir a los especuladores. Y si los especuladores pueden conseguir dinero en los mercados privados… pues que lo hagan. Pero si pierden dinero deben ser sus pérdidas, no debe haber rescates.
Y la razón por la que se necesita una regulación a través de la restitución de la ley Glass-Steagall para proteger a las personas que buscan poner sus ahorros en los bancos y que esperan que los bancos comerciales les presten dinero para la producción de bienes físicos en su vecindario, proyectos de servicios públicos y de transporte en su vecindario, en lugar de ser un flujo a través de los fondos de la Reserva Federal que van a las manos de los especuladores.
Todo el impulso detrás del Gran Reseteo es para dar a los banqueros privados el control total sobre la política monetaria, la política crediticia y el gasto a través de los banqueros centrales en una dictadura global de banqueros. Y lo que estamos viendo con el escándalo de Gamestop y AOC son los agujeros en el sistema de la misma manera en que la película “The big short” mostró los agujeros en la operación de valores respaldados por hipotecas que nosotros hemos puesto en evidencia durante mucho tiempo.
La solución no es que vengan los Robin Hood a robar a los ricos para dárselo a los pobres. La solución es luchar por un sistema económico en el que el gobierno realice las funciones de regulación para que haya crédito para la producción física en lugar de dinero gratis a los especuladores que luego van a imponer una deuda aplastante a la economía física que no nos permitirá producir lo necesario para que la gente sobreviva.
La tercera pregunta es interesante…
3. Lyndon LaRouche instaba a que todos pensáramos como Beethoven. ¿Cómo podemos animar a los niños a pensar como Beethoven?
Permitiéndoles mantener su autonomía personal. Beethoven es un buen modelo para ello. Beethoven vivió en una época en la que los músicos no tenían derechos de autor procedentes de las compañías discográficas o de los editores de música. Antes de Beethoven, la mayoría de los músicos dependían del mecenazgo real. Mozart luchó contra eso. La lucha de Mozart fue interesante porque en realidad trató de organizar al emperador José II para que apoyara su música y para que apoyara el trabajo creativo de los artistas.
Beethoven hizo lo mismo. Él fue un republicano feroz comprometido con las ideas de la revolución estadounidense, pero expresó eso a través del uso de sus poderes creativos para desarrollar composiciones musicales que pudieran tomar diferentes temas, diferentes ideas, y que en contrapunto fugal desarrollaran una solución armónica superior para que el oyente en su mente se vea obligado a pensar sobre cómo resolver este tipo de problemas que surgen en la composición musical.
Esto es algo que requiere ser estudiado para comprenderse, pero lo interesante es que la mente humana está tan organizada que cuando se le da la oportunidad de escuchar una composición de Beethoven bien interpretada, la mente automáticamente empieza a buscar esas armonías superiores, empieza a buscar las discrepancias o las atonalidades o los diversos retos y los cambios que introduce Beethoven, y por lo mismos empieza a pensar como él.
Lo que he descubierto al trabajar con niños en la música clásica es que el problema más difícil es la capacidad de atención. Y eso es, por supuesto, natural. Las mentes de los niños son volátiles. Pero lo que la música clásica puede hacer es proporcionar un mecanismo para desarrollar la concentración.
Descubrí que una de las mejores maneras de hacerlo con mis propios hijos era entusiasmarlos con una composición en particular. En el caso de ellos, La Flauta Mágica de Mozart les cautivó. Estaban intrigados por los diversos personajes. Y la menor de ellos, con dos años y medio, ya cantaba el Papagena-Papageno.
Se puede dar a los niños una capacidad de concentración que desarrollarán por sí mismos. Y ocurrirá a partir de la música clásica. Si no se hace a través de la música clásica se verán seducidos por la acción rápida de los juegos de ordenador, de los videojuegos. Y uno de los objetivos principales de los creadores de videojuegos es captar la atención de la gente y enviarla en todas las direcciones diferentes, especialmente hacia la compra de cosas que no necesitan y convenciéndoles de que piensen de una manera muy distinta a la forma de pensamiento que se desarrolla a través de la lectura de un libro o de un poema, o al escuchar música compleja en la que uno se ve obligado a concentrarse en una idea.
Y por “forzar la concentración” no me refiero a que alguien se ponga encima de ti con un bate de béisbol. Me refiero a que tu propia mente desea saber cuál es la resolución. Y esto puede ocurrir en niños pequeños. Por ejemplo, tenemos el caso de Alma Deutscher —que obviamente es excepcional— pero que se inclinó por intentar elaborar soluciones musicales a la edad de tres o cuatro años.
Ahora bien, no todos los niños son así. Pero ¿qué pasaría si tuviéramos una cultura que tratara a los músicos clásicos con la veneración que otorgamos a los líderes empresariales y a las figuras del deporte —como dijo John F. Kennedy cuando invitó a Pablo Cassals a la Casa Blanca?
Esta es una lucha que nosotros hemos venido haciendo en el Movimiento LaRouche desde hace años —que junto a una transformación económica de vuelta al sistema estadounidense podría facilitar una transformación cultural, un nuevo Renacimiento, donde la gente esté inclinada a ver en otros los mismos impulsos creativos que se despiertan en ti cuando escuchas una composición de Beethoven.
Conozco la dificultad de que los niños se concentren. Hoy en día es incluso difícil encontrar adultos que se concentren. Pero esa es la lucha que tenemos que librar si queremos ganar…
Busca la semana que viene el nuevo informe que saldrá sobre el Gran Reseteo, y sobre cómo podemos derrotar a la élite de Davos. No tengo el título exacto pero estará disponible a través de la página web de la organización LaRouche y del Instituto Schiller.
Fuente:
Harley Shclanger / The LaRouche Organization — Turning Davos on its Head—How an Alliance of Sovereign Nation States Can Defeat the Global Bankers.