Por José Luis Preciado
Sin necesidad de suicidarse destruyendo su industria y economía como las naciones del bloque unipolar maltusiano, China se ha hecho cargo de todos los sectores de la energía verde ampliando su dominio en las cadenas de suministro de tecnologías limpias. Su participación en la capacidad de fabricación global ahora supera el 80% en 11 segmentos de tecnologías limpias (ver gráfico).
Sin embargo, Europa considera que China favorece injustamente a los proveedores nacionales, informó Bloomberg esta semana.
En una visita reciente a China, el ultraglobalista Olaf Scholz instó a Beijing a reducir el “exceso de capacidad industrial” y a dejar de privilegiar a las empresas nacionales. Xi Jinping respondió diplomáticamente que China y Alemania deberían considerar las cuestiones “objetivamente” y reprobó el ataque de Scholz contra el proteccionismo.
Cada vez parece más claro es que la Unión Europea y China corren el riesgo de avanzar lentamente hacia una guerra comercial a medida que Beijing se resiste a las solicitudes de entregar su destino al modelo ultraglobalista que promueve la desindustrialización y la despoblación mundial en honor al paradigma fraudulento del cambio climático antropogénico.