Por Stefan Gleason
Los banqueros centrales y los burócratas están aprovechando las recientes turbulencias en los mercados de criptomonedas para impulsar agresivamente las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC).
Así lo expusieron ante otras élites mundiales reunidas en Davos el lunes para la reunión anual del Foro Económico Mundial.
Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, dijo: “Bitcoin puede llamarse moneda, pero no es dinero. No es un depósito de valor estable”.
Un gobernador del Banco Central de Francia se mostró de acuerdo y añadió: “Las criptomonedas no son un medio de pago fiable. Alguien debe ser responsable del valor, y debe ser aceptado universalmente como medio de intercambio”.
La solución, dicen, son las CBDC. Las monedas digitales emitidas por los bancos centrales, reconocidas oficialmente por los gobiernos, y que circulan en la economía en asociación con los grandes bancos comerciales representarían supuestamente un dinero digital seguro y estable.
Desgraciadamente, los tokens criptográficos emitidos de forma privada y sin respaldo alguno están llenos de riesgos. Muchas criptodivisas, incluso algunas calificadas como “stablecoins”, han demostrado ser fracasos masivos o estafas absolutas.
El token Luna, que se promocionó como vinculado al dólar estadounidense a través de TerraUSD, resultó estar vinculado a cero, o casi. Recientemente, Luna se desplomó en más de un 99% y acabó con 40.000 millones de dólares en riqueza digital de fantasía, al hiperinflarse la oferta de los tokens.
Mientras tanto, los evangelistas del Bitcoin denuncian los tejemanejes de las monedas alternativas e insisten en que sólo el Bitcoin puede funcionar como una verdadera moneda digital descentralizada. Pero el Bitcoin, que apenas se utiliza en las transacciones cotidianas, funciona más bien como una pura especulación, que está perdiendo valor frente a otras monedas, incluido el oro, en lo que va de 2022.
Cualquiera que tenga Bitcoin o cualquier otra criptomoneda a través de un intercambio online debería ser consciente de que, además del riesgo de precio, está asumiendo un enorme riesgo de contrapartida.
Hace varios años, el entonces líder del intercambio Mt. Gox implosionó. Cientos de miles de bitcoins se perdieron o fueron robados en el fiasco de Mt. Gox.
Actualmente, la principal bolsa de criptomonedas es Coinbase. Se ha visto acosada por el deterioro de sus finanzas en medio de la caída del sector tecnológico en general. Si se produjera su quiebra, los activos de los clientes estarían en peligro.
Coinbase ha revelado en una reciente presentación regulatoria: “Dado que los criptoactivos custodiados pueden considerarse propiedad de un patrimonio en quiebra, en caso de quiebra, los criptoactivos que mantenemos en custodia en nombre de nuestros clientes podrían estar sujetos a procedimientos de quiebra”.
¿Sería una propuesta de CBDC, “Fedcoin”, la solución a estos riesgos?
No, si el objetivo es preservar el poder adquisitivo. Un dólar digital emitido por la Reserva Federal haría aún más fácil (y más tentador) para Washington D.C. aumentar la oferta de dólares a voluntad.
El Fedcoin no sería “un depósito de valor estable” como describe el FMI. El presidente de la Fed, Jerome Powell, ha llegado a admitir que, con la inflación en máximos de 40 años, el banco central no está cumpliendo su propio mandato de estabilidad de precios.
Ni los banqueros centrales ni los emisores de diversas monedas digitales sin respaldo que giran salvajemente se toman en serio el establecimiento de un dinero sólido. Si lo hicieran, vincularían sus monedas a algo con valor tangible que no pueda ser destruido, como el oro.
Aunque el valor del oro a corto plazo fluctúa en términos de monedas fiduciarias y otros activos, con el tiempo conserva su poder adquisitivo. Ninguna moneda emitida por el gobierno tiene el historial de siglos de confianza del oro como dinero por excelencia. Y no hace falta decir que no se puede garantizar que ninguna criptodivisa novedosa mantenga su valor durante ningún periodo.
Sin embargo, los inversores deben ser conscientes de que pueden ser vulnerables a las estafas y a los riesgos de contrapartida si no tienen cuidado con la forma en que se exponen al oro y/o a la plata. Si no pueden tenerlo en forma física, puede que no lo posean realmente.
Hay muchos productos derivados de papel vinculados a los precios de los metales preciosos, incluidos los fondos cotizados en bolsa, los futuros y las “cuentas” de lingotes no asignadas comercializadas de forma engañosa. En caso de crisis financiera o de quiebra de un custodio, estos instrumentos pueden llegar a implosionar.
La forma más directa de poseer lingotes físicos es, por supuesto, tomar posesión de ellos y guardarlos en una caja fuerte en casa.
Sin duda, es una buena idea tener acceso inmediato a algunas monedas de oro y plata en caso de emergencia.
Pero los poseedores de lingotes pueden alcanzar un mayor nivel de protección frente a amenazas como robos y desastres naturales almacenando también algunos de sus metales preciosos en una cámara acorazada de alta seguridad, como Money Metals Depository.
Cualquier lingote almacenado en su nombre en un depositario debe mantenerse bajo un acuerdo de almacenamiento de tipo fianza, segregado de los activos de otros clientes (es decir, no agrupado o mezclado), y totalmente asegurado.
El dinero duro es la alternativa real tanto a los esquemas de monedas digitales como a la inflación destructora del valor generada por los bancos centrales.
Stefan Gleason es presidente de Money Metals Exchange, la empresa recientemente nombrada “Mejor distribuidor de metales preciosos en línea” por Investopedia. Graduado por la Universidad de Florida, Gleason es un experimentado líder empresarial, inversor, estratega político y activista de base.
Fuente:
Stefan Gleason, en Activist Post: Globalists Convene to Plan Central Bank Digital Currencies.
