La situación de este planeta no es una trama de “buenos” contra “malos”. Esa lógica sólo existe en las tiras cómicas, que son operaciones de programación mental anglo-estadounidense.
El análisis riguroso de fuentes muestra que actualmente hay dos sistemas genuinamente antagónicos en pugna. Y no se trata de defender la trayectoria multidimensional de China, sino de exponer la realidad:
El modelo industrialista asiático promueve la paz y la reestructuración económica a través del desarrollo, mientras que el modelo neofeudal occidental impulsa la desindustrialización y el caos a través de guerras delegadas como las de Ucrania e Israel.
La moral cínica de un imperio en decadencia: El secretario de Estado Antony Blinken vistió a su hijo de 4 años como el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky para un evento de Halloween con el presidente Joe Biden, después de que Biden pidió al Congreso a principios de este mes que donara otros 61.400 millones de dólares para el verdadero negocio, además de los 113.000 millones de dólares ya asignados para alimentar la guerra delegada del régimen neonazi de Kiev contra Rusia.
El primero promueve el crédito para el desarrollo industrial de las naciones, mientras que el segundo condiciona a las naciones a través del FMI, y promueve tecnología verde ineficiente basándose en la narrativa fraudulenta del calentamiento global dizque antropogénico.
Lyndon LaRouche advirtió que la población de Estados Unidos estaba perdiendo la “aptitud moral para sobrevivir” al aceptar pasivamente las políticas antihumanas del Complejo Militar-Industrial y de los estafadores que dirigen los cárteles corporativos.
La financiación de la guerra, ya sea en Ucrania o en Gaza, no es un atributo de moralidad, sino de depravación, ya que los dueños del Orden Unipolar están utilizando al travestido, drogado y extraviado pueblo estadounidense para mantener su sistema corrupto. Eso es lo que hay detrás de las guerras actuales.
Pero ha surgido una alternativa, la de un sistema multipolar basado en la soberanía de las naciones y el beneficio mutuo. Y la supervivencia de los ciudadanos del Occidente colectivo depende de si serán capaces de alejarse de las narrativas de inteligencia y contrainteligencia occidental mientras el imperio se derrumba y les sepulta, o si se decidirán a unirse a luchar y presionar a sus gobernantes hasta las últimas consecuencias para obligarlos a rechazar las agendas maltusianas y en vez de ello optar por un nuevo orden multipolar basado en el crecimiento y el beneficio mutuo.
