Un aspecto medular de la guerra de la información, las operaciones psicológicas, la paz y el entendimiento tiene que ver con cómo las personas forman sus visiones del mundo y las aplican al resto del mundo. El origen inconsciente de nuestra visión tiende a hacerla inflexible. Por ello, debemos ser más conscientes de nuestra perspectiva y tratar de comprender la visión del mundo de los demás. Los dirigentes políticos occidentales hablan de preservar y difundir la cosmovisión liberal de Occidente como un sistema de creencias universal. Sin embargo, Occidente ha perdido la esencia de los valores occidentales y los ha invertido para transformarlos en una herramienta de guerra híbrida no sólo contra los orientales, sino contra los occidentales que comprenden la importancia de conservar los valores que son antropológicamente universales y necesarios para la supervivencia de cualquier civilización. Estas diferencias en las visiones del mundo son las que deben ser reconsiderados por los políticos occidentales, al comprender que cada vez es más evidente que perseguir los valores globalistas occidentales es una falacia.
Por Kevin Michelizzi
Estaba pensando en un episodio reciente de Escenas de la evolución, en el que discutimos una situación. Scott Ritter estaba comentando sobre el ejército saudí. Jeff Norman comentó lo que visten los saudíes, y la gente calificó este comentario de inapropiado. Eso me llevó a pensar en otra discusión con Dez Reed sobre las diferencias entre las culturas rusa y estadounidense y las reacciones occidentales ante la prohibición de Qatar de ciertas actividades y vestimentas durante la Copa Mundial de la FIFA 2022.
Estas discusiones me hicieron pensar en cómo las personas forman sus visiones del mundo y las aplican al resto del mundo. Escribo sobre visiones del mundo e identidad cultural porque son la base de la guerra de la información, las operaciones psicológicas, la paz y el entendimiento.
Nuestra visión del mundo es como una bola de nieve. Lo que vemos dentro de nuestra bola de nieve es lo que percibimos como la verdad para el mundo entero. Si el cristal de nuestra bola de nieve es de color de rosa, vemos el mundo a través de unas gafas de color de rosa. Puede que no nos demos cuenta de que hay mucho más allá de nuestra bola de nieve. Si nos tomamos el tiempo de mirar la bola de nieve de otra persona, podemos ver que nuestra visión interior es sólo una parte de un mundo mucho más grande. Ver las bolas de nieve de otros nos permite ver una representación más exacta del mundo y comunicarnos mejor con los demás. Cada vez que experimentamos otra bola de nieve, obtenemos una nueva lente a través de la cual ver el mundo. Estas experiencias nos muestran que ninguna bola de nieve tiene todas las respuestas.
Cada uno de nosotros forma su perspectiva del mundo indirectamente a medida que crecemos. La familia, los amigos y la cultura influyen en nuestra visión del mundo, y normalmente no somos conscientes de nuestro punto de vista a menos que alguien nos presente una perspectiva desconocida para comparar. El origen inconsciente de nuestra visión tiende a hacerla inflexible. Si nuestra visión del mundo nos funciona, no supone un problema, a menos que nos haga reaccionar de un modo que podría socavar el futuro de la humanidad. En ese caso, debemos ser más conscientes de nuestra perspectiva y tratar de comprender la visión del mundo de los demás.
El Dr. Carl Sharif El-Tobui dice que debemos considerar todos los elementos interconectados de una visión del mundo. Dado que estos componentes están tan interrelacionados, no considerar la totalidad de las piezas que componen una cosmovisión es un error. Además, no tener en cuenta todos los elementos interconectados de una visión del mundo hace que la gente hable más de la cuenta, discuta y entre en conflictos.
Los dirigentes políticos occidentales hablan de preservar y difundir la cosmovisión liberal de Occidente como un sistema de creencias universal. Sin embargo, la evolución cultural no es la solución a los retos mundiales, ya que los orientales y los occidentales piensan de forma diferente. Algunas de las diferencias son sutiles, mientras que otras son más evidentes. Estas diferencias en las visiones del mundo son las que los políticos occidentales deben reconsiderar, comprendiendo que perseguir valores globales occidentales es una falacia.
Un estudio publicado en Behavioral and Brain Sciences muestra que el supuesto histórico es que los científicos del comportamiento pueden utilizar un pequeño grupo de personas de sociedades occidentales, educadas, industrializadas, ricas y democráticas (WEIRD por sus siglas en inglés – Western, Educated, Industrialized, Rich, and Democratic) para definir un conjunto universal de creencias sobre la psicología y el comportamiento humanos. Sin embargo, el estudio descubrió que estos sujetos WEIRD son el grupo menos representativo que los investigadores pueden utilizar para generalizar sobre los seres humanos. En “La geografía del pensamiento: Cómo los asiáticos y los occidentales piensan de forma diferente – y por qué“, Richard E Nisbett también afirma que los estudios realizados sólo con occidentales “han llegado a conclusiones sobre procesos perceptivos y cognitivos que no son en absoluto generales.”
Los occidentales toleran la mayoría de los comportamientos, incluidos los que antaño se consideraban escandalosos e inoportunos. Pero hoy, valores que Occidente habría rechazado en épocas occidentales más tradicionales y conservadoras, como la vestimenta, la orientación sexual y las relaciones sociales, se basan en una arraigada creencia en la individualidad.
Se pueden encontrar aspectos de la cosmovisión occidental en las culturas asiáticas y eslavas (orientales), pero estos pueblos no enfatizan estos comportamientos en las esferas pública y política. En cambio, adoptan creencias colectivas y conservadoras, sosteniendo que el bien de muchos pesa más que el interés de uno solo.
Dejar nuestra bola de nieve y mirar dentro de los demás traerá el entendimiento y la paz mundial.
Fuente:
Kevin Michelizzi: Cultural Identity and Worldviews.
