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Norte Global vs. Sur Global: Las chispas saltan en Ibiza mientras Bilderberg se encierra en Lisboa

Eventos desarrolladas casi simultáneamente en Xian, Hiroshima, Kazán, Yedda, Lisboa e Ibiza, en el marco de la guerra de la OTAN contra el mundo multipolar, y la asociación estratégica Rusia-China-Sur Global para proteger el Heartland que es la base del orden multipolar.

 

Por Pepe Escobar

Con el “liderazgo” del G7 empantanado en un pegajoso pantano de superficialidad intelectual, como era de esperar la única agenda en el colonizado Japón era más sanciones a Rusia.

Comencemos con una representación gráfica de dónde se encuentran realmente el Norte Global y el Sur Global.

  1. Xian, antigua capital imperial y centro clave de las antiguas Rutas de la Seda: Xi Jinping organiza la cumbre China-Asia Central, a la que asisten todos los “stans” del Heartland (Kazajstán, Uzbekistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán).
  2. La declaración final hace hincapié en la cooperación económica y en “una postura resuelta” contra las revoluciones de colores urdidas por los hegemones. Esto amplía lo que la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) y la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) ya están poniendo en práctica. En la práctica, la cumbre sella que la asociación estratégica Rusia-China protegerá el Heartland.
  3. Kazán: el foro Rusia-Mundo Islámico reúne no sólo a líderes religiosos, sino también a los principales empresarios de no menos de 85 naciones. La Rusia multipolar se desarrolló en paralelo a la Cumbre de la Liga Árabe en Yeda, que dio la bienvenida de nuevo a Siria a la “familia árabe”. Las naciones árabes se comprometieron unánimemente a poner fin definitivamente a la “injerencia extranjera”.
  4. Hiroshima: el cada vez más reducido G7, en realidad G9 (añadiendo dos burócratas no electos de la UE), impone una agenda única de más sanciones a Rusia; más armas para vaciar de negro Ucrania; y más sermones a China.
  5. Lisboa: la reunión anual de Bilderberg -un festival de la OTAN/Atlantistas- tiene lugar en un hotel no tan secreto completamente cerrado. Punto principal del orden del día: guerra -híbrida y de otro tipo- contra los “CIR” del BRICS (Rusia, India, China).

Podría haber estado en Xian, o muy probablemente en Kazán. En cambio, cumpliendo un compromiso anterior, estuve en Ibiza, y luego deseché la idea de volar a Lisboa por considerarla una pérdida de tiempo. Permítanme compartir con ustedes el motivo: llámenlo un pequeño cuento de las Baleares, que rompe la promesa de marca registrada de que lo que pasa en la movida y sudorosa Ibiza deep house se queda en Ibiza.

Asistí como invitado a una reunión de negocios de alto nivel, en su mayoría españoles, pero también portugueses, alemanes, británicos y escandinavos: ejecutivos de muy alto nivel en el sector inmobiliario, la gestión de activos y la banca de inversión. Nuestro panel se titulaba “Cambios geopolíticos globales y sus consecuencias”. Antes del panel, se invitó a los participantes a votar sobre lo que más les preocupaba en relación con el futuro de su negocio. El número uno era la inflación y los tipos de interés. En segundo lugar, la geopolítica. Esto prefiguraba un debate muy animado.

 

Cuando un hagiógrafo de la UE se vuelve loco

Poco podía imaginar yo -y el público- que aquello se convertiría en un paseo salvaje. La primera ponencia corrió a cargo de la directora de un “Centro de Política Europea” de Copenhague. Se autodenomina profesora de Ciencias Políticas y asesora al Jardinero en Jefe de la Unión Europea, Borrell.

Adopté una postura de gato de Cheshire tras el tsunami de tópicos vomitados sobre los “valores europeos” y los malvados rusos, así como su “miedo” por el futuro de Europa. Al menos el alivio inmediato lo proporcionó el impecablemente diplomático Lanxin Xiang, un personaje adorable, siempre con una alegre sonrisa en la cara, y uno de los poquísimos expertos destacados sobre China que realmente sabe de lo que habla, en un inglés fluido.

Lanxin Xiang, entre otros logros, es catedrático emérito del Instituto Universitario de Altos Estudios Internacionales y de Desarrollo de Ginebra; director del Instituto de Política de Seguridad del Instituto Nacional Chino de Intercambio Internacional de la OCS; y director ejecutivo de la Fundación Washington de Estudios Europeos. Esta es una columna que escribí sobre él y su trabajo, publicada en octubre de 2020.

El profesor Xiang ofreció una exposición magistral sobre la obsesión estadounidense de fabricar un “problema de Taiwán” y sobre cómo Europa, ya exprimida por la guerra por poderes de Estados Unidos contra Rusia, debe tener mucho cuidado a la hora de dar lecciones a China.

Cuando me tocó a mí, fui a por todas, tachando todos esos tópicos de los comunicados de prensa de la UE de tonterías absolutas y subrayando cómo Europa ya está siendo devorada viva por los proverbiales “intereses estadounidenses”. Lo más brevemente posible, expliqué todo el trasfondo geopolítico de la guerra en Ucrania.

Pues bien, todo esto fue entregado a altos empresarios que consumen The Economist, Financial Times y Bloomberg como sus principales fuentes de información. Su reacción lo dice todo.

Como era de esperar, la burócrata a sueldo de la UE se asustó por completo y, chillando de indignación, siguió el guión preestablecido, desde amenazar con abandonar el escenario hasta acusarme de estar “pagada por el Kremlin”. Le pedí que me desmintiera con hechos. No aportó nada. Sólo miedo y desconcierto, mezclados con insinuaciones de cultura de cancelación.

El moderador, Struan Robertson, del Bank of America Merrill Lynch, de gran experiencia, mantuvo el orden, dio más tiempo a Lanxin Xiang para que explicara la mentalidad china y dio la palabra a una serie de muy buenas preguntas.

Al final, al público le encantó. Muchos vinieron a agradecerme personalmente la información a la que nunca tendrán acceso en El País, Le Monde o The Economist. Una minoría de la sala se quedó simplemente estupefacta, pero nuestro debate al menos debió de dejarles reflexionando sobre un montón de ideas preconcebidas.

Es mérito total de los organizadores principales, José María Pons y la jefa del programa Cristina García-Peri, acoger un debate así en la fabulosa Ibiza, en España, territorio OTAN de primera. En la situación actual, esto sería absolutamente imposible en Francia o Alemania, por no hablar de Escandinavia o esos dementes bálticos.

No hay forma de contrarrestar los discursos inventados que repiten como loros los funcionarios y burócratas a sueldo de la UE, salvo ridiculizándolos en sus caras. Se ponen lívidos y apenas consiguen tartamudear cuando se desenmascaran sus mentiras. Por ejemplo, una de las preguntas de un empresario alemán de primera fila enumeró una letanía de hechos oscuros sobre la “democracia” ucraniana que la EUrocracia ignora por completo.

 

El G-Menos que Cero enloquece

Lo que pasó en Ibiza encaja con lo que pasó en Hiroshima, bombardeada nuclearmente por Estados Unidos -los hegemones no piden disculpas- y en ese hotel de Lisboa cerrado a cal y canto.

Con el “liderazgo” del G7 empantanado en un pegajoso pantano de superficialidad intelectual, como era de esperar la única agenda en el colonizado Japón era más sanciones a Rusia -impuestas sobre terceros países y sobre empresas de los sectores energético y militar-industrial-; más armas al vacío negro ucraniano; y una ridícula y contraproducente nueva obsesión de acumular sobre China “contención” por supuesta “coerción económica”.

En las sesiones fotográficas, por cierto, no aparece un G7 en retroceso, sino un G9 belicista, aumentado artificialmente por esa patética pareja de EUrocratas no elegidos, Charles Michel y Pustula von der Lugen.

En lo que respecta a la verdadera Mayoría Global -o Sur Global-, esto se parece más a un G-menos que cero. Cuanto más se “amplían” las insensatas e ilegales Guerras de Sanciones, más se aleja la mayoría absoluta del Sur Global del Occidente colectivo, diplomática, geopolítica y geoeconómicamente.

Y es por eso que la agenda principal de Bilderberg en el secuestrado hotel de Lisboa era renovar la coordinación OTAN/Atlanticismo en una guerra – híbrida y de otro tipo – contra la fuerza impulsora de los BRICS; los RIC (Rusia, India, China).

Había otros temas en el menú: de la IA a la aguda crisis bancaria, de la “transición energética” a los “retos fiscales”, por no hablar del proverbial “liderazgo de Estados Unidos”.

Pero cuando se reúne en la misma sala a gente como Stoltenberg, de la OTAN; Avril Haines, directora de inteligencia estadounidense; Thomas Wright, director senior de Planificación Estratégica del Consejo de Seguridad Nacional; John Waldron, presidente de Goldman Sachs; Borrell, jardinero jefe (cuyo subordinado estaba en Ibiza); Mark Carney, vicepresidente de Brookfield Asset Management (uno de sus ejecutivos también en Ibiza); Christopher Cavoli, comandante supremo aliado en Europa; y Chrystia Freeland, viceprimera ministra canadiense, entre otros lacayos atlantistas, la trama es evidente:

Es la guerra contra el mundo multipolar. Al menos podemos bailar en Ibiza.

 

Reunión Anual del Club Bilderberg 2023

 

 

Fuente:

Pepe Escobar: Adventures in NATOstan: Sparks Flying in Ibiza, Locked Down Bilderberg in Lisbon.

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