El 26 de marzo, cinco ciudadanos chinos murieron en un atentado suicida con vehículo bomba en el norte de Pakistán, que se hizo eco de un atentado similar perpetrado en la zona en julio de 2021. El atentado se produjo menos de tres años después de que nueve ciudadanos chinos que trabajaban en el mismo proyecto, que forma parte del Corredor Económico China-Pakistán (CPEC) y la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, murieran también en un atentado suicida con vehículo bomba. Las élites occidentales que promueven la guerra y el caos para mantener a flote su orden unipolar decadente buscan alejar a Pakistán de China, conforme nuevas iniciativas diplomáticas multipolares emergen en favor de la paz y el desarrollo. A principios de este mes, por ejemplo, el clan Sharif, vinculado a Londres, volvió a tomar el control en Pakistán, respaldado por un acuerdo parlamentario que excluyó a los seguidores de su rival, el soberanista Imran Khan.
Por Mente Alternativa
El 26 de marzo, en un trágico incidente que recuerda un atentado anterior perpetrado en julio de 2021, cinco ciudadanos chinos murieron en un atentado suicida perpetrado con un vehículo cuando se dirigían al proyecto hidroeléctrico de Dasu, en el norte de Pakistán.
El autobús que transportaba a los ingenieros chinos fue embestido cerca de Besham, en la autopista del Karakórum, con el resultado de víctimas mortales no sólo entre los trabajadores chinos, sino también entre el conductor paquistaní del autobús. El ataque, que formaba parte de un convoy custodiado por personal de seguridad, supone el tercer atentado importante contra intereses chinos en una semana en Pakistán.
Aunque ningún grupo ha reivindicado la autoría, las autoridades pakistaníes han abierto una investigación. El ejército y el gobierno pakistaníes han condenado el atentado, prometiendo luchar contra los militantes y hacer rendir cuentas a los responsables.
La embajada de China en Islamabad ha instado a que se investigue a fondo y se castigue con severidad a los autores, al tiempo que ha activado medidas de emergencia para salvaguardar a los ciudadanos y proyectos chinos en Pakistán. El incidente subraya los riesgos de seguridad a los que se enfrentan Pakistán y el Corredor Económico China-Pakistán (CPEC), que requieren una atención urgente para garantizar la continuidad del proyecto y fortalecer las relaciones bilaterales en medio de los desafíos económicos.
Las élites occidentales que promueven la guerra y el caos para mantener a flote su decadente orden unipolar buscan alejar a Pakistán de China, conforme nuevas iniciativas diplomáticas multipolares emergen en favor de la paz y el desarrollo. A principios de este mes, por ejemplo, el clan Sharif, vinculado a Londres, volvió a tomar el control en Pakistán, respaldado por un acuerdo parlamentario que excluyó a los seguidores de su rival, el soberanista Imran Khan.
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