Por Executive Intelligence Review
El 25 de febrero del 2000, el estadista estadounidense Lyndon LaRouche dio un discurso magistral en la conferencia del Colegio de Contadores Públicos, en Lima, Perú. LaRouche se dirigió a un público de 500 personas vía internet desde Estados Unidos. Entre las personas asistentes se encontraban contadores públicos, economistas, diplomáticos extranjeros y otros representantes de las embajadas, oficiales de alto rango de la Fuerzas Armadas, políticos y estudiantes. Lo que les presentamos más adelante son breves extractos de la ponencia de LaRouche. El discurso completo pueden leerlo, en inglés, en este enlace: larouchepub. com/eiw/public/ 2000/eirv27n10-20000310/eirv27n10-20000310_032-larouche_holds_ dialogue_with_per-lar.pdf .
“Nos encontramos en una situación en el mundo, en estos momentos, que podemos describir de mejor manera como que estamos al borde de la desintegración del sistema financiero mundial y de los acuerdos monetarios existentes. Esto no se trata de predecir el día en que sucederá un crac. La crisis es sistémica, no es cíclica, y no hay posibilidad alguna de que el sistema mundial en su forma actual pueda sobrevivir el período inmediato que se avecina.
“Esto es el resultado de un cambio que ocurrió especialmente desde agosto de 1971, cuando el mundo abandonó un sistema que funcionaba, creado por el Presidente de Estados Unidos, Franklin Roosevelt, llamado el viejo sistema de Bretton Woods. Hubo muchas injusticias que se practicaron, en especial en contra de las naciones en desarrollo, bajo ese sistema; pero el sistema en sí mismo funcionó, con algunas reservas, hasta mediados de la década de 1960….
“Lo que tendremos que hacer, en esencia, es revivir el tipo de sistema de Bretton Woods anterior a 1971 o 1966 a escala mundial. Y yo propondría que hay una serie de diferencias que hay que incluir a eso.
“En primer lugar, tendremos que repetir la experiencia exitosa del período de posguerra, hasta 1971, porque eso, para nosotros, es un precedente probado de un sistema viable. Ampliar el sistema para incluir a los países en desarrollo como no lo hicimos en la posguerra, es uno de los cambios fundamentales que habrá que hacer.
“Por ejemplo, he hecho hincapié en que no se puede construir un sistema viable, sin incluir a las grandes potencias, como China e India, como socios en la gestión del nuevo sistema monetario.
“Vamos a tener que someter a la mayor parte del mundo a una reorganización financiera por bancarrota. La mayor parte de la deuda a nivel mundial, incluyendo los llamados derivados y la deuda relacionada, simplemente se van a tener que dar por perdidos. Se trata ahorita, en total, de más de 300 billones de dólares de deuda a corto plazo, en un mundo cuyo producto interno bruto global se estima en el orden de los $41 billones de dólares. Obviamente, no podemos cargar con esta deuda.
“Habrá que reorganizar el resto de la deuda, sobre todo la deuda honorable, especialmente la de los gobiernos. Sin embargo, tenemos que reconocer, por ejemplo, como en el caso de los Estados de las Américas, que bajo el sistema de tipo de cambio flotante, si se miran las cifras, se encuentra que las naciones de las Américas, han pagado más en el retiro de la deuda de lo que han recibido, en el total de la deuda debida anteriormente o en el período posterior.
“Esta anomalía se ha generado, precisamente, porque cada vez que había una corrida contra las monedas iberoamericanas, y de los mercados internacionales, las autoridades internacionales venían a estos países y les decían que devaluaran su moneda y que tomaran otras medidas, pero al mismo tiempo, no devaluaban las deudas que habían sido denominadas anteriormente, las deudas externas.
“Y por lo tanto, esta reescritura de la deuda externa, y la emisión de nuevos créditos con cargo a esta reescritura, provocó una crisis de la deuda, de tal manera que los Estados iberoamericanos han pagado más en concepto de amortización de la deuda, en los últimos treinta años, que el total de la deuda que realmente contrajeron.
“Por lo tanto, gran parte de esta deuda tendrá que ser reorganizada. Las ideas de Su Santidad, el Papa Juan Pablo II, para el Año del Jubileo, tendrán que ser examinadas como una de estas medidas.
“La otra cara de esto, es que vamos a tener que reorganizar nuestro enfoque de la economía. Vamos a tener que adoptar un sistema de tipos de cambio fijos, y hacer hincapié en el crédito a largo plazo; no en los préstamos, sino en el crédito a largo plazo, el crédito comercial, mediante el cual, en particular, las naciones en desarrollo, que necesitan importaciones de capital, podrán comprarlas con un crédito a largo plazo con un interés del 1% anual o de ese orden, y con algunas subvenciones también, a fin de lograr una capitalización del orden de 5 a 10 a 15, 20 o 30 años, como en los términos de la infraestructura a largo plazo.
“En otras palabras, debemos pensar en construir economías, que no podrían pagar por tales cosas ahora, hasta el punto de que en el futuro, a través del aumento de sus poderes productivos del trabajo, sean capaces de apartar algo de la deuda de capital contraída por medio de estas extensiones de crédito a largo plazo y bajo costo”.
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Fuente:
Executive Intelligence Review: Lyndon LaRouche explica porqué necesitamos un Nuevo Sistema de Bretton Woods. Editorial EIR 29 julio 2022.