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El BRICS y los países en vías de desarrollo encabezan la lucha para abandonar el sistema de la oligarquía globalista

Por Executive Intelligence Review

Uno tras otro, los Presidentes y Primeros ministros de las 13 naciones invitadas a participar en la cumbre “BRICS Plus” del 24 de junio, hablaron sobre su propósito de unir fuerzas con la agrupación de los BRICS, formada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, para crear un nuevo orden internacional en el que se pueda erradicar la pobreza y que prosperen los pueblos de todas las naciones. Los 13 jefes de Estado provenían de África, Iberoamérica, varias partes de Asia e incluso de las islas del Pacífico: Argelia, Egipto, Etiopía, Senegal, Argentina, Camboya, Fiyi, Indonesia, Irán, Kazajistán, Malasia, Tailandia y Uzbekistán. Dejaron claro que no sólo hablaban en nombre de sus naciones, sino de toda la humanidad.

“En este sentido, todos nuestros esfuerzos deben guiarse por el imperativo moral: poner a las personas en primer lugar”, dijo el Presidente de Kazajstán, Kassym-Jomart Tokayev, al concluir su intervención en la cumbre.

El Presidente de Argentina, Alberto Fernández, dijo en la reunión: “Debemos entender, de una vez y para siempre, que el desarrollo debe ser el nuevo nombre de la paz; que la paz debe ser hoy el nuevo nombre del desarrollo”, e hizo un llamado por una nueva arquitectura financiera mundial.

El Presidente de Egipto, Abdel Fattah el-Sisi, elogió “la voluntad de la agrupación BRICS de adoptar una visión común respecto a las cuestiones políticas y económicas que interesan a los países en desarrollo, en particular en lo que se refiere a la exploración de las perspectivas de cooperación para el desarrollo… con el fin de hacer realidad las esperanzas y aspiraciones de nuestros pueblos, hacia un futuro mejor y más próspero”.

El Presidente de Uzbekistán, Shavkat Mirziyoyev, advirtió que “la tensión internacional se agrava cada vez más y hay signos de una crisis económica sistémica…. La celebración de este Diálogo en el formato BRICS-Plus demuestra una vez más nuestra actitud decidida para superar cuanto antes los retos comunes”.

El Presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune, situó la lucha de hoy en el contexto histórico adecuado; la lucha de 50 años por un nuevo orden económico internacional justo:

“El subdesarrollo económico que sufren varios países emergentes no es sólo una cuestión interna, sino que deriva de un desequilibrio evidente en las estructuras de las relaciones económicas internacionales y de la hegemonía ejercida por un grupo de países… Estas tensiones nos recuerdan y traen a colación la propuesta sugerida por Argelia, hace casi 50 años, sobre la necesidad de establecer un nuevo orden económico que asegure la paridad y la equidad entre los países”, afirmó en la cumbre del BRICS-Plus.

Tebboune se refirió a la Resolución 3201 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, adoptada el 1 de mayo de 1974, la “Declaración para el establecimiento de un nuevo orden económico internacional”, como el modelo a seguir.

En aquel momento, hace casi 50 años, el entonces Presidente de Argelia, Houari Boumédiène, era una figura destacada en la feroz lucha del Movimiento de Países No Alineados por el desarrollo mundial, y desempeñó un papel central en la aprobación de esa resolución. Su premisa es igualmente válida hoy en día: “Que los intereses de los países desarrollados y los de los países en vías de desarrollo ya no pueden estar aislados unos de otros, que existe una estrecha interrelación entre la prosperidad de los países desarrollados y el crecimiento y desarrollo de los países en vías de desarrollo, y que la prosperidad de la comunidad internacional en su conjunto depende de la prosperidad de las partes que la componen. La cooperación internacional para el desarrollo es el objetivo compartido y el deber común de todos los países. Así, el bienestar político, económico y social de las generaciones presentes y futuras depende más que nunca de la cooperación entre todos los miembros de la comunidad internacional sobre la base de la igualdad soberana y de la eliminación del desequilibrio existente entre ellos”. [http://un-documents.net/s6r3201.htm]

El estadista estadounidense y principal economista físico del mundo, Lyndon LaRouche, desempeñó un papel importante en la lucha de 1971 a 1976 por el desarrollo, encabezada por el Movimiento de Países No Alineados, sobre todo en su folleto de mayo de 1975, en el que exponía las bases científicas para establecer un Banco de Desarrollo Internacional (BDI) como piedra angular de una reorganización general del sistema bancario internacional centrado en el FMI, que ya estaba en bancarrota, para financiar los grandes proyectos de desarrollo de infraestructura y los avances científicos, como la energía de fusión termonuclear, necesarios para garantizar un progreso económico continuo. En ese documento, Lyndon LaRouche proponía al Presidente de Argelia, Houari Boumédiène, como un buen candidato para encabezar las negociaciones por parte del Movimiento de Países No Alineados y del sector en desarrollo, en las necesarias negociaciones con las naciones occidentales del sector avanzado (Estados Unidos, Europa, Japón) y el Comecon, para la creación del BDI.

Esa lucha por el BDI y por un orden económico justo fue muy reñida; los intereses de la City de Londres y Wall Street tuvieron que llevar a cabo muchos asesinatos y golpes de Estado para impedir su éxito en aquel momento, y así continuar con las políticas de usura que nos han traído hasta el borde de la guerra nuclear y la desintegración económica total hoy en día.

Pero esa lucha está de vuelta con todo vigor, como bien ha reconocido el Presidente de Argelia: El BRICS-Plus se ha convertido en el Movimiento de Países No Alineados de hoy. Al igual que Lyndon LaRouche entonces, el Instituto Schiller, dirigido por la viuda y compañera política de Lyndon LaRouche, Helga Zepp-LaRouche está encabezando la lucha y está semana emitió un «Llamado para la formación de un Comité Ad Hoc para un Nuevo Sistema de Bretton Woods» que esboza los principios económicos físicos sobre los que fundar un sistema viable para reemplazar al actual sistema brutal de capitalismo buitre que ha fracasado, económica, financiera y moralmente, como el sistema comunista fracasó y se derrumbó en el período 1989-1991.

El llamado del Instituto Schiller plantea los pasos necesarios para aplastar los intereses que están detrás de ese sistema fallido, e insiste en que: “Debemos hacer de las personas la prioridad de la economía, que no es un autoservicio para multimillonarios y millonarios, sino que debe servir al Bien Común. El nuevo orden económico debe garantizar los derechos inalienables de todos los habitantes de la Tierra”.

 

Putin en la Cumbre BRICS Plus: La causa de la crisis global es la ‘irresponsable política macroeconómica de los países del G7’

 

Fuente:

Executive Intelligence Review: Los países en vías de desarrollo encabezan la lucha por el abandono del sistema de la oligarquía globalista. Editorial EIR 29 junio 2022.

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