Presos, drogadictos y militares ucranianos han sido blanco de experimentación de diversas enfermedades desde 2019, de acuerdo con información revelada por Rusia. Todo esto se ha realizado bajo la supervisión de EEUU. ¿Qué se sabe al respecto?
Por Sputnik Mundo
En marzo de 2022, un mes después de que iniciara la operación militar especial de Rusia en Ucrania, el Ministerio de Defensa ruso reveló nueva información sobre los esquivos laboratorios biológicos financiados por EEUU descubiertos en el este de Ucrania en el marco de su operación especial en la nación, y esta noticia recibió una dimensión totalmente nueva al revelarse que en ellos estaba involucrado Hunter Biden, hijo del presidente de EEUU.
De acuerdo con lo desvelado por Moscú, Estados Unidos echó a andar una operación de 2.100 millones de dólares para explorar algunos de los virus más mortíferos. Todo esto se realizó en al menos 30 laboratorios, patrocinados por el Pentágono y tres empresas privadas que operan en Ucrania: Southern Research Institute, Black & Veatch y Metabiota Inc., empresa que tiene una estrecha relación con un fondo de inversión fundado por Hunter Biden y Christopher Heinz, hijastro del exsecretario de Estado John Kerry en 2009, en el que Biden era director general.
Los laboratorios biológicos son operados por el programa militar de la Agencia de Reducción de Defensa de Amenazas de EEUU, o DTRA por las siglas en inglés, misma que financia unos 15 laboratorios biológicos en Ucrania, según diversas fuentes.
Según un acuerdo del 2005 entre el Departamento de Defensa de EEUU y el Ministerio de Sanidad de Ucrania, el Gobierno de Kiev tiene prohibido revelar cualquier información “sensible” sobre el programa estadounidense. Mientras tanto, Ucrania está obligada a transferir patógenos peligrosos de los laboratorios de su territorio al Pentágono para que se realicen más investigaciones biológicas. A cambio, el Ejército estadounidense tendría acceso a los secretos de Estado de Ucrania relacionados con los proyectos en curso.
Sin embargo, una organización financiada por el país norteamericano, el Centro de Ciencia y Tecnología de Ucrania (STCU), se estableció en el país incluso antes de este acuerdo.
Aunque no sea posible rastrear todas las investigaciones, la proliferación de biolaboratorios estadounidenses en suelo ucraniano y la financiación estadounidense de proyectos de la STCU coincidieron con varios brotes de graves enfermedades infecciosas en el país.
Brotes sospechosos
En enero de 2016, al menos 20 soldados ucranianos murieron de un virus similar a la gripe en cuestión de dos días en Járkov, sede de uno de los laboratorios gestionados por EEUU. Más de 200 personas fueron hospitalizadas en aquel momento. Para el mes de marzo se registraron 364 casos mortales en toda Ucrania. La causa del 81% de las muertes fue la gripe porcina A (H1N1) pdm09, la misma que desencadenó una pandemia mundial de la enfermedad en 2009.
Más recientemente, se registró otro brote repentino de una enfermedad infecciosa, la hepatitis A, en el sureste de Ucrania, también sede de varios biolaboratorios del Pentágono.
El pasado mes de enero, 37 residentes de la ciudad de Nikoláyev fueron hospitalizados con ictericia, lo que llevó a la Policía local a iniciar una investigación por sospecha de “infección deliberada con el virus de la inmunodeficiencia humana y otras enfermedades incurables”.
En septiembre pasado, el Ministerio de Defensa de Rusia acusó que EEUU pretende transferir los programas de armas biológicas de Ucrania a Europa del Este y a los países del espacio postsoviético.
“El Pentágono tiene la intención de transferir lo antes posible los programas inacabados en Ucrania a otros países postsoviéticos, así como a estados de Europa del Este como Bulgaria, la República Checa y los Estados bálticos. La expansión de la red de biolaboratorios, a partir de la cual se pueden crear y almacenar componentes de armas biológicas, supone una amenaza para la seguridad militar de Rusia. A diferencia de las armas nucleares, que EEUU despliega en el territorio de los países socios de la OTAN, esta política de la alianza en el ámbito biológico le permite acercarse a nuestras fronteras sin control”, dijo el jefe de las fuerzas de defensa radiactiva, química y biológica del Ejército ruso, el general Ígor Kirílov.
Y Occidente lo solapa
Ese mismo mes el Ministerio de Defensa de Rusia presentó en Ginebra pruebas materiales de la actividad de biolaboratorios militares estadounidenses en Ucrania. Ninguna de las delegaciones presentes allí puso en duda la veracidad de las pruebas presentadas por Rusia.
En noviembre pasado, la Federación de Rusia presentó una propuesta ante la ONU para investigar actividades irregulares de laboratorios biológicos estadounidenses en Ucrania para el desarrollo de armas biológicas, las mismas que habrían violado la Convención sobre Armas Biológicas, firmada en 1975.
Sin embargo, el proyecto no obtuvo el apoyo de nueve de los 15 miembros del Consejo de Seguridad por lo que el proyecto fue rechazado.
Rusia y China votaron en favor de iniciar una investigación sobre los biolaboratorios, mientras que EEUU, el Reino Unido y Francia votaron en contra. Albania, Brasil, Gabón, Ghana, la India, Irlanda, Kenia, México, Noruega y Emiratos Árabes Unidos se abstuvieron.
Los nuevos hallazgos
Médicos estadounidenses estuvieron realizando un estudio en Ucrania desde 2019, experimentando con la infección por VIH en presos, drogadictos y militares, comunicó el jefe de las fuerzas rusas de protección radiactiva, química y biológica, Ígor Kirílov.
El 30 de enero, Kirílov informó en una comparecencia ante la prensa que habían descubierto a los implicados clave en los experimentos biológicos militares de Estados Unidos en Ucrania.
El funcionario ruso subrayó que el Ministerio de Defensa de Rusia logró parar los programas secretos del Pentágono en Ucrania y alertó que ahora los estadounidenses trasladan sus experimentos a los países de Asia Central y Europa del Este.
La autoridad recordó que ya antes se desveló la identidad de los implicados en los programas secretos del Pentágono, entre ellos, miembros influyentes del Partido Demócrata de Estados Unidos, funcionarios del Departamento de Defensa y firmas contratistas.
El Ministerio de Defensa de Rusia también obtuvo evidencias de que los militares ucranianos recibían psicoestimulantes y drogas, entre ellas metadona y anfetaminas. Kirílov llamó a dar una evaluación jurídica a estos actos de los funcionarios que realizan experimentos con los soldados ucranianos.
De acuerdo con la documentación revelada, los soldados ucranianos también recibían ilegalmente sustancias desarrolladas con nanotecnologías para reducir la fatiga muscular.
John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, admitió que su país estaba realizando varios “estudios” en sus laboratorios en Ucrania supuestamente para “prevenir una pandemia”, pero negó que estuviera desarrollando armas bacteriológicas.
Fuente:
Sputnik Mundo: El abecé de los hallazgos de Rusia sobre los biolaboratorios de EEUU en Ucrania.02.02.2023.