Por EIRNS
Cuando los banqueros abordan la cuestión de una posible crisis bancaria, no es algo académico; significa que saben que se avecina. Esta semana, Jamie Dimon, presidente ejecutivo del mayor banco mundial, JPMorgan Chase, y el número dos en la supervisión de la Reserva Federal, sonó la alarma.
Dimon escribió en el informe de la empresa: “Ahora puede ser el momento más peligroso que el mundo haya visto en décadas”. Por supuesto, no abordó la causa de la crisis, es decir, la propia imprudencia de los banqueros, sino sólo los desencadenantes contingentes. Las guerras en Ucrania, Israel y Gaza “pueden tener repercusiones de gran alcance en los mercados de la energía y los alimentos, el comercio mundial y las relaciones geopolíticas”.
El 9 de octubre, Michael Barr, vicepresidente de Supervisión de la Reserva Federal, dijo que las pérdidas económicas en una crisis financiera de gran envergadura podrían equivaler al PIB de Estados Unidos, en un discurso pronunciado ante la convención anual de la Asociación de Banqueros Estadounidenses en Nashville.
“Las investigaciones sugieren que los costos de una crisis financiera son considerables”, señaló Barr, según la reseña que publicó el portal de análisis financiero Wall Street on Parade. “Aunque las estimaciones varían mucho, la pérdida acumulada de actividad económica se estima sistemáticamente por encima del 20% del PIB anual, y en algunas estimaciones hasta el 100% del PIB. Para Estados Unidos, estas estimaciones implican pérdidas por crisis financieras de entre $5 y $25 billones de dólares sobre la base del PIB actual. El beneficio macroeconómico del aumento del capital es que significa la reducción de la probabilidad de que se produzca un acontecimiento tan costoso. Los bancos mejor capitalizados son más capaces de absorber pérdidas y seguir prestando a hogares y empresas en tiempos de tensión, lo que a su vez contribuye a garantizar que tengamos una economía sana y fuerte”, dijo Barr en su exhorto a los banqueros a que aumenten la capitalización de sus bancos para evitar la catástrofe, algo prácticamente imposible bajo la actual política de la Reserva Federal.
Fuente:
EIRNS: Los banqueros calculan un Armagedón potencial (séase: inminente). 15 de octubre de 2023.
