El multimillonario Larry Fink, de BlackRock, quien acaparó los rescates de la Reserva Federal de los Estados Unidos durante la crisis sanitaria del Covid-19 para salvar a los señores de Wall Street, ahora pide a los mayores en apuros a hacer más sacrificios para ayudar a los jóvenes. El caso es que cada vez que se habla de subir los impuestos a los superricos, algunos de los cuales pagan menos impuestos que los fontaneros y los profesores gracias a un trucado ardid fiscal conocido como “intereses transferidos”, los multimillonarios lanzan un esfuerzo concertado para convertir en chivo expiatorio a los ancianos en apuros que viven con una prestación mensual media de jubilación.
Por Mente Alternativa
En su reciente carta anual a accionistas el consejero delegado de BlackRock, Larry Fink, hace eco de anteriores discursos propagandísticos propagados por multimillonarios acerca del “robo generacional” y el gasto en prestaciones sociales.
En su carta, “Fink revive el mismo tropo que los multimillonarios Kenneth Langone y Stanley Druckenmiller divulgaron en una gira de shows en 2013”, advierten Pam y Russ Martens en un artículo publicado por Wall Street On Parade. En aquel entonces, la propaganda de los multimillonarios se refería al “gasto en derechos que estaba robando oportunidades a la juventud estadounidense” como un “robo generacional”. Ahora, Larry Fink desvía la atención de los debates sobre los impuestos a los superricos, y en su lugar utiliza como chivo expiatorio a las personas mayores que dependen de las prestaciones de la Seguridad Social.
El caso es que cada vez que se habla de subir los impuestos a los superricos, algunos de los cuales pagan menos impuestos que los fontaneros y los profesores gracias a un trucado ardid fiscal conocido como “intereses transferidos”, los multimillonarios lanzan un esfuerzo concertado para convertir en chivo expiatorio a los ancianos en apuros que viven con una prestación mensual media de jubilación de la Seguridad Social de 1772,51 dólares, señalan los Martens.
A pesar de las pruebas que demuestran el importante papel de Wall Street en el agotamiento de los ahorros para la jubilación a través de las comisiones, Fink pasa por alto este aspecto y resta importancia a la desigualdad de riqueza e ingresos en Estados Unidos. Además, los estrechos vínculos de Fink con la Reserva Federal durante la pandemia del COVID-19 suscitan preocupación por los conflictos de intereses, ya que BlackRock gestiona importantes activos de funcionarios de la Reserva Federal y supervisa los programas de rescate.
Este no es el primer caso de implicación de BlackRock en este tipo de asuntos, ya que la Reserva Federal recurrió a sus servicios durante la crisis financiera de 2007-2010 para gestionar activos tóxicos y supervisar programas de rescate. A pesar de la cobertura de los principales medios de comunicación, el contexto crítico que rodea las declaraciones de Fink y las acciones de BlackRock a menudo pasa desapercibido, lo que permite que sus narrativas se propaguen sin control, incluidos los intentos de reescribir la historia en relación con el colapso financiero y trasladar la culpa a las personas mayores en dificultades y a las generaciones más jóvenes.