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La agenda de ‘dictadura sin lágrimas’ post-coronavirus (por Daniel Estulin)

Las medidas tomadas por las autoridades con respecto al coronavirus impulsan la dictadura sin lágrimas del Nuevo Orden Mundial

Según la óptica conceptual del autor y ex-agente de contrainteligencia ruso, Daniel Estulin, la preocupación global provocada por el fenómeno de la pandemia de coronavirus es la continuación del plan de la élite global que el Club de Roma formuló en sus informes en los años 60 y 70 del siglo XX, pues al analizar las medidas tomadas por las autoridades de los países para combatir el coronavirus, uno puede darse cuenta de que todas ellas impulsan el despliegue del proceso de globalización en 180 grados, ya que el aislacionismo impuesto por las élites es solo un paso intermedio hacia la unificación global planetaria. El plan formulado por el Club de Roma, advierte Estulin, se puede reducir a cuatro puntos: 1. Reducción de la población mundial, llevándola a nivel óptimo de 1000 millones de personas. 2. Desindustrialización de la economía mediante la construcción de una sociedad postindustrial. 3. Erosión de la soberanía del Estado. 4. La creación de un gobierno planetario diseñado para controlar directamente a la población mundial.

 

¿Cuáles son las nuevas tareas de la élite mundial cuya implementación estará encubierta con la famosa leyenda de cobertura de la ‘lucha contra el coronavirus’?

Una de ellas es poner fin al liberalismo que se ha plantado en el mundo durante las últimas décadas, concretamente desde Reaganomics a partir del año 1981. El siguiente paso fueron las conversaciones sobre los derechos humanos y las libertades que comenzaron a cesar gradualmente después de los acontecimientos del 11 de septiembre del año 2001. La dramática actuación titulada “Ataques terroristas contra las Torres Gemelas de Nueva York” se convirtió en el punto de partida para organizar la “lucha contra el terrorismo internacional” en Estados Unidos y en los demás países del mundo.

La histeria de la pandemia que las élites comenzaron recientemente debe continuar y complementar el proceso de reducción de los restos de la democracia y las libertades iniciadas el 11 de septiembre del año 2001.

A nivel subconsciente, las autoridades promueven el siguiente mensaje: “Ninguno de los ciudadanos debe estar seguro de que él o ella no es portador/víctima de coronavirus”. Y con el fin de “garantizar la felicidad y la seguridad de la sociedad”, las autoridades deben actuar sobre la base de la presunción de que cada ciudadano lleva el virus asesino.

 

¿Cuál es el objetivo de esta operación?

La población será puesta bajo control total, supuestamente en nombre del “bien común”.

1. Control sanitario

Primero viene el control de la salud. Pronto llegarán los análisis de las pruebas periódicas obligatorias, así como la consolidación de toda la información médica sobre una persona en una o en una base de datos centralizada. Este es uno de los objetivos principales. Con la ayuda de esta información, cada persona será catalogada como miembro de uno u otro colectivo y funcionará un sistema de calificaciones sociales similar al creado en China.

2. Libertad de movilidad

En segundo lugar, está el control sobre el movimiento libre de las personas. No descarto que los gobiernos paulatinamente van introduciendo restricciones y prohibiciones para circular no sólo de un país a otro, sino también dentro de un mismo país.

3. Control de las relaciones interpersonales

El tercer lugar, tenemos el control sobre los contactos personales con otras personas.

4. Control sobre el comportamiento de una persona

Y en cuarto lugar, tenemos el control sobre el comportamiento de una persona en el trabajo y también en su tiempo libre, incluida la obtención de información sobre lo que come, lo que le gusta y los objetos que toca.

Se implementarán cámaras de video vigilancia y micrófonos para ayudar a controlar a las personas. Además de los atributos técnicos tradicionales, se utilizarán diversos dispositivos o gadgets “inteligentes” en automóviles, desfibriladores y otros electrodomésticos, cámaras demográficas, drones e incluso microchips implantados en el cuerpo humano.

Con el coronavirus podría llegar a justificarse la implementación obligatoria de microchips. Las autoridades se esforazarán por lograr una cobertura de 100 por ciento de la población con estos medios técnicos de control.

¿Cómo van a justificar la implementación del chip en el cuerpo de las personas?

Fácil. El microchip inteligente actuará como el sistema de aviso temprano de enfermedades.

 

Aislamiento

Un componente importante de la política antivirus debería ser el aislamiento efectivo. El primer lugar, el autoaislamiento voluntario de cada persona según el cual cada miembro consciente de la sociedad debe esconderse en su refugio.

En segundo lugar, está aislamiento forzado o cuarentena forzada.

En tercer lugar, tenemos el aislamiento forzado de los infractores de la cuarentena —como yo, por ejemplo. La prisión será la mejor escuela para aquellos que no quieren vivir según las leyes del estado de emergencia, toque de queda o ley marcial.

El aislamiento internacional también será la norma. La entrada y salida del país estará severamente restringida, quizás incluso más duramente que en la ex Unión Soviética o en la Corea del Norte actual.

 

Metodología de la prevención de pandemias virales

También llegará otro elemento clave del control: la metodología de la prevención de pandemias virales. Estará basada en dos puntos principales:

1. Programación mental para la “vida segura” y la “dictadura sin lágrimas”

En primer lugar, a los jóvenes se les enseñarán activamente los fundamentos de la “vida segura”.

No tengo dudas de que después de la actual histeria sobre el coronavirus, los “fundamentos de la vida segura” se convertirán en materia principal en escuelas, colegios y universidades.

En aras de esto, la enseñanza de la lengua materna, la literatura, las matemáticas, historia universal, serán reducidas al mínimo, todo en el nombre de la “prevención de las pandemias globales”.

Igual que el degenerado sistema de evaluación de hoy, llamado sistema o proceso Bolonia, se les informará a los estudiantes sobre los virus, se les enseñará la historia global de las pandemias, se les inculcarán habilidades prácticas de aislamiento del mundo exterior.

En la próxima generación habrá un método farmacológico para hacer que la gente ame su servidumbre y pueda producirse una dictadura sin lágrimas, por así decirlo. Es decir, una especie de campo de concentración indoloro para sociedades enteras, para despojar a las personas de sus libertades.

Pero las personas disfrutarán la privación, pues se eliminará de sus mentes cualquier deseo de liberación a través de propaganda, lavado de cerebro y/o lavado de cerebro potenciado con farmacología.

 

2. La vacunación obligatoria

En segundo lugar y, finalmente, pasamos a lo principal. Las vacunas se convertirán en el nuevo pasaporte en nombre de la prevención. Sin la vacuna, sin la cartilla oficial electrónica, no vamos a poder comprar comida, ni viajar, ni casarnos ni morir en paz.

La creación y producción de vacunas está ahora bajo el control de la élite mundial. También se sabe que las vacunas se desarrollan en laboratorios patrocinados y financiadas por la Fundación Bill y Melinda Gates. Sí, el multimillonario Bill Gates, a quien conocemos como fundador de Microsoft, hoy ya casi no está asociado con el negocio de la informática y se ha convertido en uno de los principales verdugos de la humanidad.

Bill Gates ahora actúa como una figura pública que dice estar “preocupado por la salud de la población mundial” y por la sobrepoblación de la tierra —sin comillas.

Hace más de un año circuló evidencia en internet que demuestra que Bill Gates está financiando las nuevas pandemias mundiales.

Y para reducir la población mundial a un “billón dorado” no se puede diseñar un coronavirus sin un antídoto (la vacuna correspondiente).

En un pasado no muy lejano, la élite mundial apostaba por el virus de acción selectiva, algo así como “armas étnicas” o matar a una raza concreta.

Al hablar de los virus como un medio para eliminar a las personas no deseadas, es oportuno señalar que el Príncipe Felipe, marido de la Reina Isabel II de Gran Bretaña, es conocido como un ardiente defensor de las ideas del llamado “fascismo verde”. Este detestable ser es muy aficionado a la vida silvestre y odia la humanidad, que en su opinión amenaza esta naturaleza. Entre los años 1981 y 1996, el príncipe Felipe se desempeñó como presidente del Fondo Mundial para la Naturaleza. Incluso escribió un libro en el que admitió que durante la próxima reencarnación (el príncipe británico realmente cree en ello) le gustaría convertirse en un virus asesino que destruirá a la mayoría de la población mundial.

Naturalmente, el príncipe sabe exactamente quién es indeseable y quién debe ser destruido. Sin embargo, existe el riesgo de que el virus asesino se convierta en un bumerán para aquellos que aman la naturaleza salvaje y odian a la humanidad.

Yo personalmente no creo en la versión de que el coronavirus fue creado como un arma de destrucción directa. Pero creo totalmente que la vacuna para este virus ya existe y que pronto hará su presencia pública presentada en la sociedad a bombo y platillo por el “salvador de la humanidad”, Bill Gates.

Es esa vacuna la que debe destruir 7000 millones de “comilones inútiles”, según las palabras de David Rockefeller y Henry Kissinger. A los mil millones restantes calculados por los “sabios” del Club de Roma, se les otorgará el derecho de vivir en el planeta a cambio de prestaciones sociales a favor de la élite.

Y luego debería llegar la escena final del penúltimo acto de la historia mundial. Las fronteras estatales que crearon la ilusión de soberanía, libertad y aislacionismo serán desmanteladas de la noche a la mañana con la misma rapidez que desapareció la Unión Soviética y en su lugar apareció otro país de la noche a la mañana.

De este modo, el telón de la historia empieza a caer y el gobierno mundial aparece en escena. Detrás, hay un planeta prisión creado bajo el estandarte de la “lucha contra el coronavirus”. Llegará el Nuevo Orden Mundial más perfecto que lo que George Orwell imaginó en su distopía 1984.

 

La conexión entre el coronavirus y el monopolio angloamericano de la guerra, el comercio y la cultura

 

Fuente:

Daniel Estulin / Ángel Metropolitano — Dictadura sin lágrimas post coronavirus.

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