La historia enseña que las coyunturas críticas deben afrontarse con optimismo y activismo, afirma el historiador Alex Krainer en un artículo reciente publicado en su blog, pues el peor inhibidor de la voluntad y el potencial humano es la creencia en la incapacidad.
En medio del rápido ritmo de los acontecimientos globales, la humanidad se encuentra en una coyuntura crítica: un camino conduce a un futuro distópico de totalitarismo y decadencia, mientras que el otro encierra la promesa de progreso y libertad, aunque con una visión incierta.
Si bien carece de planos y garantías, el segundo camino exige una movilización popular para dar forma al futuro que deseamos, marcado por la prosperidad y la libertad.
Algunos creen en la infalibilidad de quienes están en el poder, pero la historia muestra que esas aspiraciones a menudo se desmoronan. No se debe subestimar el poder de la resistencia, como ejemplifica la ciencia y las ventajas tecnológicas sin precedentes que tenemos hoy a nuestra disposición.
El pesimismo inhibe nuestra capacidad de encontrar soluciones innovadoras, mientras que el optimismo, la fe y el sentido del deber para con las generaciones futuras pueden empoderarnos para navegar por los mares tormentosos de nuestros tiempos y trazar un rumbo más brillante para la humanidad.
Comunicación cuántica, la ciencia oculta de la mente y los secretos de la conciencia