Una nueva investigación de el diario The Guardian pone en relieve una práctica controvertida en el Ducado de Lancaster, según la cual el rey Carlos III se beneficia de la muerte de miles de personas en el noroeste de Inglaterra a través del desvío de fondos bona vacantia. Esta bendición financiera implica que los activos de miles de personas en el noroeste de Inglaterra se utilizaron para mejorar el imperio de propiedades del rey mediante una costumbre arcaica.
El Ducado, una lucrativa tierra y propiedad heredada por el rey de su difunta madre, la reina Isabel II, ha acumulado decenas de millones de libras mediante la recopilación de activos financieros conocidos como bona vacantia.
A pesar de afirmar que estos fondos, derivados de personas que murieron sin un testamento o sin familiares conocidos, se donan principalmente a organizaciones benéficas, los documentos internos sugieren que una parte importante se utiliza en secreto para financiar la renovación de propiedades propiedad del rey.
La política del ducado de 2020 filtrada, cuyo nombre en código es “SA9”, otorga a los funcionarios la autoridad para emplear fondos bona vacantia para una amplia gama de mejoras de cartera generadoras de ganancias, beneficiando indirectamente los ingresos personales del rey.
La investigación expone una falta de transparencia en las finanzas reales y plantea preocupaciones éticas sobre el uso de los activos de los ciudadanos fallecidos para mejorar el imperio inmobiliario del monarca. El Palacio de Buckingham declinó hacer comentarios sobre el asunto.
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Fuente:
Maeve McClenaghan, Rob Evans and Henry Dyer, en The Guardian: Revealed: King Charles secretly profiting from the assets of dead citizens. 23 de noviembre de 2023.
