Durante el debate de la Asamblea General de la ONU de esta semana, varios jefes de Estado africanos, incluidos los presidentes de Burundi, la República Centroafricana y Zimbabwe, expresaron una fuerte oposición a la presencia persistente del neocolonialismo en el mundo actual, informa EIRNS.
Estos líderes, que habían asistido a la Cumbre Rusia-África a principios de año, señalaron una dinámica global cambiante en la que las naciones del Sur Global ya no están dispuestas a tolerar las políticas imperialistas que se les imponen.
El presidente de Burundi, Évariste Ndayishimiye, articuló el tema de manera más enfática, denunciando al neocolonialismo por entrometerse en los asuntos internos de las naciones, explotar las materias primas e imponer condiciones injustas a través de instituciones como el FMI y el Banco Mundial.
Criticó la llamada ayuda al desarrollo como falsa y argumentó que enmascaraba la hipocresía mientras los recursos para una recuperación económica genuina disminuían.
Ndayishimiye señaló que las rivalidades geopolíticas en África han obstaculizado su desarrollo económico y alimentado los conflictos internos.
El presidente de Zimbabue, Emmerson Dambudzo Mnangagwa, condenó a las naciones poderosas que predican la paz y la democracia mientras alimentan clandestinamente los conflictos por interés propio. También denunció el uso de sanciones por parte de países occidentales, citando la propia victimización de Zimbabwe. A pesar de estos desafíos, Mnangagwa declaró con orgullo que Zimbabwe se había convertido en un exportador neto de trigo.
El Presidente de la República Centroafricana, Faustin Archange Touadéra, se hizo eco de estos sentimientos, enfatizando que la crisis migratoria en África es una consecuencia de la explotación histórica y las tensiones geopolíticas actuales entre las principales potencias mundiales.