El Sol está a punto de atravesar un importante cambio que podría llegar a tener graves repercusiones en la Tierra en el contexto geoestratégico actual, pues un análogo del evento Carrington de 1859 conllevaría un peligro adicional en una coyuntura de tensión nuclear entre las potencias que ahora mismo se reparten las cartas de la historia y del poder mundial en el marco de una gran crisis macrohistórica.
Por José Luis Preciado
Según algunos informes, la humanidad ha vuelto a tener suerte y la segunda erupción solar con la eyección de masa coronal (CME) más fuerte en menos de dos meses ha pasado lejos de nuestro planeta.
En 2024, el Sol experimentará una inversión magnética total, cambiando sus polos norte y sur. Aunque este fenómeno ocurre cada 11 años y no será perceptible, preocupa a los expertos por su impacto potencial en la actividad solar, como erupciones y eyecciones de masa coronal.
Esto podría desequilibrar aún más el clima en el planeta (lo que le serviría a los magos ocultistas de Occidente para alimentar su teoría del cambio climático antropogénico), y también podría plantear riesgos para la seguridad electromagnética, incluyendo la posibilidad de un “gran apagón”.
El aumento de la actividad solar, especialmente en un ciclo más activo de lo esperado, genera inquietud, ya que eventos como el evento Carrington (supertormenta solar) de 1859 podrían tener consecuencias disruptivas en la sociedad actual dependiente de la tecnología.
Además de un prolongado apagón con consecuencias imprevisibles, un evento similar al Carrington conllevaría un riesgo adicional en la era nuclear. Incluso durante la Guerra Fría, cuando el número de países con armas nucleares era al menos dos menos que en la actualidad, los científicos, tanto de Occidente como de la URSS, temían un posible uso limitado de armas nucleares durante un evento Carrington. Esto generaba preocupación, especialmente en el caso de lanzamientos desde submarinos, ya que sería difícil determinar de manera inequívoca la responsabilidad en medio de una supertormenta solar.
La preparación para posibles eventos extremos es crucial, pues sin duda la convergencia de las crisis geopolíticas, sociales y naturales, incluida la actividad geológica asociada al clima espacial traerá consigo serios desafíos a la estabilidad mundial.
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Sobre el autor
José Luis Preciado es antropólogo, historiador y columnista en el portal de análisis geoestratégico Mente Alternativa.