El 29 de enero, el transhumanista Elon Musk anunció la primera implantación exitosa del chip Neuralink en el cerebro humano.
“Los resultados iniciales muestran una detección prometedora de picos neuronales”, dijo Musk en su plataforma X.
Neuralink es una tecnología con muchas posibilidades en el campo de la medicina. Pero dadas las características y objetivos geoestratégicos de la oligarquía que dirige estos procesos es posible que esta tecnología constituya un elemento clave del sistema tecnofeudal transhumanista, también aludido como el “infierno digital” de “la marca de la bestia” (alusión bíblica), en el que un servidor central asigna una tarea a los “usuarios” (antes conocidos como personas) mientras sus implantes y parafernalia monitorizan las ondas cerebrales y otras funciones para determinar si ha realizado una tarea asignada, como sugiere la patente número W02020060606 de Microsoft para un “sistema de criptomonedas que utiliza datos de la actividad corporal”.
Como dice el refrán: “no hay mal que por bien no venga”, o… ¿será al revés?
Patente W02020060606 de Microsoft para sistema de criptomoneda que funciona con actividad corporal