Tras la segunda, tercera y cuarta mayores quiebras bancarias de la historia de Estados Unidos durante la primavera de 2023, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, en su informe semestral de política monetaria al Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes y al Comité Bancario del Senado en junio, afirmó sistemáticamente la solidez y resistencia del sistema bancario estadounidense. Sin embargo, un reciente informe de la Oficina de Investigación Financiera (OFR), una agencia federal creada en virtud de la legislación de reforma financiera Dodd-Frank, contradice el optimismo de Powell. El informe, publicado en diciembre, fue revisado por los analistas Pam y Ruth Martens, de Wall Street on Parade.
Según la OFR, el sistema bancario estadounidense es actualmente frágil e incierto, y persisten condiciones que recuerdan a la crisis bancaria de 2023. Los investigadores de la OFR destacan problemas como las grandes pérdidas de valor razonable en las carteras de valores bancarios, la disminución de los depósitos, el bajo rendimiento de la renta variable bancaria y el impacto actual de la subida de los tipos de interés.
En particular, el informe recomienda indicadores prospectivos para identificar a los bancos vulnerables a futuras pérdidas de valor razonable. A pesar de ello, el informe guarda silencio sobre la importante amenaza que suponen los megabancos de Wall Street, en particular JPMorgan Chase, que posee la asombrosa cifra de 1,48 billones de dólares en depósitos no asegurados, lo que representa el 59% de sus depósitos totales. El documento exige transparencia a Powell, instándole a abordar con honestidad los riesgos que plantean estos megabancos o a dejar paso a un líder que sí lo haga.
