El miércoles, durante una comparecencia ante el Congreso, el ex funcionario de los servicios de inteligencia estadounidenses David Grusch reveló bajo juramento que el Gobierno de Estados Unidos llevó a cabo un programa de “varias décadas” para recoger y aplicar ingeniería inversa a ovnis estrellados, que también incluía la búsqueda de seres “no humanos” y la recuperación de restos “biológicos no humanos” de naves estrelladas.
Grusch, que dirigió el análisis de fenómenos anómalos inexplicados en una agencia del Departamento de Defensa de Estados Unidos hasta 2023, afirmó que se le negó el acceso al programa que estaba encargado de investigar.
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Dicen que un agente de inteligencia en realidad nunca deja de serlo, incluso al retirarse. De cualquier forma, el testimonio de David Grusch despertó el interés mundial y ya ha desatado todo tipo de especulaciones.
Los sectores más suspicaces de análisis geoestratégico estiman que el testimonio de Grusch debe interpretarse en el contexto de la última carta de juego que las élites occidentales que controlan el complejo industrial militar lanzarán tarde o temprano para lavar responsabilidades, distraer al público de cuestiones más relevantes y justificar sus programas espaciales secretos bajo la largamente alimentada narrativa de una falsa amenaza extraterrestre, lo que les ayudaría a impulsar la agenda de un gobierno mundial unipolar y la carrera espacial armamentista.
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