El síndrome post-COVID o “COVID-extendido” (long-COVID) no es autosugestión mental, según un nuevo estudio desarrollado por científicos del Centro Médico de la Universidad de Kansas. La fisiopatología apunta a la persistencia de la proteína espiga en la sangre que es patogénica y probablemente causante de lesiones tisulares/organas con síntomas asociados. El pico libre y vesicular en la sangre podría explicar la persistencia de los síntomas tras la hospitalización.
Por Peter A. McCullough, MD, MPH
Aproximadamente la mitad de los pacientes hospitalizados principalmente en 2020 y 2021 con COVID-19 aguda tuvieron síntomas post-COVID durante semanas después. Un estudio de Craddock (et al) midió tanto el ARN viral como la proteína espiga en 116 pacientes hospitalizados con COVID-19 en la Universidad de Kansas. El seguimiento no fue estandarizado y tuvo la mayoría a las 8-12 semanas y algunos hasta las 24 semanas con información (PASC=síntomas post-COVID).

Craddock V, Mahajan A, Spikes L, Krishnamachary B, Ram AK, Kumar A, Chen L, Chalise P, Dhillon NK. Persistent circulation of soluble and extracellular vesicle-linked Spike protein in individuals with postacute sequelae of COVID-19. J Med Virol. 2023 Feb;95(2):e28568. doi: 10.1002/jmv.28568. PMID: 36756925.
El estudio descubrió que la medición del ARN viral y de la proteína espiga era valiosa para describir una relación entre la presencia de síntomas post-COVID (fatiga, letargo, etc.) y la persistencia de proteína espiga tanto libre como circulando en partículas vesiculares. La cantidad de proteína espiga estuvo más fuertemente correlacionada con 1) la gravedad de los síntomas en el hospital, 2) la duración de la hospitalización y 3) el nivel de dímero d en sangre.
Este estudio señala la necesidad clínica apremiante de que la FDA estadounidense conceda a las empresas de diagnóstico in vitro la aprobación para comercializar ensayos sanguíneos para la proteína espiga y, es de esperar, para el ARN y el ARNm tanto virales como de vacunas. Mientras tanto, ahora hay apoyo para medir el dímero d en pacientes post COVID como sustituto débil de proteína espiga circulante.
Es tranquilizador para los pacientes que sufren de post-COVID o “COVID-extendido” (long-COVID) que no todo está en sus cabezas, la fisiopatología apunta a la persistencia de la proteína Spike en la sangre que es patogénica y probablemente causante de lesiones tisulares/organas con síntomas asociados.
Dado que las vacunas COVID-19 ARNm cargan aún más el cuerpo con código genético y más proteína espiga, es probable que la vacunación empeore los síndromes post-COVID a pesar de aumentar los anticuerpos contra la proteína espiga. No he encontrado afirmaciones de que la vacunación reduzca los síndromes post-COVID de larga duración válidas en los artículos tendenciosos que impulsan las vacunas.
Fuentes:
Peter A. McCullough: Post-COVID Syndrome Associated with Persistent Spike Protein. 13 de marzo de 2023.
Craddock, V, Mahajan, A, Spikes, L, et al. Persistent circulation of soluble and extracellular vesicle-linked Spike protein in individuals with postacute sequelae of COVID-19. J Med Virol. 2023; 95:e28568. doi:10.1002/jmv.28568
