Como advertimos semanas atrás, con el respaldo de las naciones del nuevo orden multipolar hacia los combustibles fósiles y el cada vez más evidente fraude de la narrativa del cambio climático antropogénico, los ultra globalistas de la angloesfera se han visto obligados a abandonar los criterios del ‘Gobierno Ambiental, Social Y Corporativo’ (ESG).
En el marco de la última Cumbre del G20, los Rothschild admitieron el fracaso del ESG; enseguida el premier británico, Rishi Sunak, retrasó una serie de políticas medioambientales emblemáticas; y el Caballero Comandante del Imperio Británico, Bill Gates KBE, admitió durante un evento en vivo en el Times Center de Nueva York que “ningún país templado se volverá inhabitable”, y agregó: “Si intentas aplicar la fuerza bruta climática, encontrarás personas que dirán: ‘Me gusta el clima, pero no quiero soportar ese costo y reducir mi nivel de vida.’”
El agente de la corona británica, al igual que el resto de este cabal ultraglobalista, sabe que la gente está enterada de que la agenda maltusiana darwinista de desindustrialización y despoblación mundial es un fraude que está destruyendo el nivel de vida de millones de personas en todo el mundo. Y parece que todos ellos serán más cuidadosos en la forma como se expresan en adelante, aunque seguirán impulsando su agenda a través de operaciones criptopolíticas y de bandera falsa para atrapar a tantas empresas y gobiernos en su colmena como puedan.