“La gente está muriendo en todas las demografías debido a la transformación radical de la vida misma”.
Por Jeffrey A. Tucker
El 28 de marzo, muy temprano en la pandemia, el American Institute for Economic Research (AIER) publicó un artículo que en ese momento sentí que recibía muy poca atención. Los economistas Audrey y Thomas Duncan firman el artículo, que se titula “Drogas, Suicidio y Crimen: Estimaciones empíricas del costo humano del confinamiento”, y en el cual citan literatura empírica abundante sobre el costo humano de la devastación económica.
Este artículo pronosticó más de 100.000 muertes excesivas debido a sobredosis de drogas, suicidio, alcoholismo, homicidio y depresión no tratada, todo ello como resultado no del virus sino de las políticas de separación humana obligatoria, la recesión económica, el cierre de empresas y escuelas, el cierre de servicios médicos y la depresión general que viene con la pérdida de libertad y elección.
Estos dos economistas demostraron que por muy malo que sea un virus, las políticas que destruyen el funcionamiento social normal causarán un sufrimiento y una muerte masivos y completamente innecesarios. Debido a que el artículo fue tan bien citado, con referencias a toda la literatura disponible, pensé que haría una diferencia. Pero después de que apareció, quedé sorprendido. Aquí tienen una hermosa investigación que predijo perfectamente la pesadilla creada por los políticos y sus asesores y no hizo mella en la narrativa nacional.
Aquí estamos siete meses después y lo peor se ha hecho realidad. Estos dos economistas deberían ser considerados profetas. Los Centros para el Control de Enfermedades han documentado un número impactante de muertes excesivas que no son por Covid.
Así lo resume Scott Atlas:
- Hispanos: 40% de exceso de muertes NO relacionadas con el covid.
- Negros: 46% NO está relacionado con el covid.
- Blanco: el 38% NO está relacionado con el covid.
- 25-44 años de edad: 77% de exceso de muertes NO relacionadas con el covid.
- Más de 65 años de edad: 39% NO relacionado con el covid.
Los datos más sorprendentes se refieren al grupo de edad de 25 a 44 años. Este es un grupo con una tasa de mortalidad por infección relacionada con Covid del 0,0092%, lo que significa que apenas es una enfermedad para casi todos en este grupo. Y sin embargo, están muriendo a una tasa muy superior a la esperada, y en su mayoría por problemas no relacionados con Covid. No debería haber ningún exceso de muertes. En cambio, encontramos gente que cae muerta de formas sorpendentes.
Este exceso de muertes ha afectado profunda y desproporcionadamente a las comunidades minoritarias.
La parte relevante de este gráfico del CDC, que marca más muertes de las esperadas este año, son las porciones azul oscuro y negro del gráfico, que indican las muertes que no son por Covid.
Ahora tomemos en cuenta el intento del CDC de enmascarar lo que realmente está sucediendo aquí, tratando cuidadosamente de no usar la palabra “bloqueo”.
En total, se estima que han ocurrido 299.028 muertes en exceso en los Estados Unidos desde finales de enero hasta el 3 de octubre de 2020, dos tercios de las cuales se atribuyen al COVID-19. Los mayores aumentos porcentuales se observaron entre los adultos de 25 a 44 años de edad y entre los hispanos o latinos (hispanos). Estos resultados proporcionan información sobre el grado en que las muertes por COVID-19 podrían estar subaseguradas e informan los esfuerzos para prevenir la mortalidad asociada directa o indirectamente con la pandemia de COVID-19, como los esfuerzos para minimizar las interrupciones en la atención de la salud.
Esa es la forma de los CDC de decir: estas políticas están matando gente. En cuanto a la minimización de las interrupciones en los cuidados de salud, un factor importante aquí es que la gente ha estado evitando completamente recibir atención de salud este año, por miedo al Covid, por miedo a la localización de contratos, y también porque muchos servicios médicos han sido reservados a la fuerza para la gente con Covid, y al diablo con todos los demás. Las pruebas de cáncer, los chequeos rutinarios, los procedimientos normales, por no hablar de la odontología, han sido ciertamente interrumpidos. Ahora podemos ver la carnicería a plena luz del día.
El informe evita las especulaciones sobre las causas de estas misteriosas muertes pero ofrece esta pista:
Concretamente, las muertes por enfermedades circulatorias, la enfermedad de Alzheimer y la demencia, y las enfermedades respiratorias han aumentado en 2020 en relación con los años anteriores, y no está claro hasta qué punto representan las muertes clasificadas erróneamente como COVID-19 o las muertes relacionadas indirectamente con la pandemia (por ejemplo, debido a interrupciones en el acceso o la utilización de la atención de la salud).
Es una forma bastante fría de decir que los cierres han fracasado por completo en la protección de los más vulnerables y, en cambio, han aumentado las muertes también entre la población de más edad.
El informe evita las especulaciones sobre las causas de estas misteriosas muertes pero ofrece esta pista:
Concretamente, las muertes por enfermedades circulatorias, la enfermedad de Alzheimer y la demencia, y las enfermedades respiratorias han aumentado en 2020 en relación con los años anteriores, y no está claro hasta qué punto representan las muertes clasificadas erróneamente como COVID-19 o las muertes relacionadas indirectamente con la pandemia (por ejemplo, debido a interrupciones en el acceso o la utilización de la atención de la salud).
Es una forma bastante fría de decir que los cierres han fracasado por completo en la protección de los más vulnerables y, en cambio, han aumentado las muertes también entre la población de más edad.
Hasta donde sé, este es el primer recuento completo de lo que ha estado ocurriendo bajo la superficie cubierta de Covid, un tema sobre el cual los medios de comunicación no han mostrado casi ningún interés. Puedes leer en la Asociación Médica Estadounidense sobre sobredosis, o un resumen completo de ABC News (bastante raro).
La gente está muriendo en todas las demografías debido a la transformación radical de la vida misma. Además, nuevas investigaciones están mostrando que ha habido un gran aumento en el exceso de muertes en hogares de ancianos, probablemente debido a la desesperación y la soledad de la prevención de las visitas familiares.
Todo el patrón es extraordinario y profundamente trágico. También era completamente predecible. En lugar de tratar racionalmente con un virus de libro de texto, como lo hicimos durante todo el siglo XX, nos embarcamos en un nuevo experimento social/político en los cierres. Intentamos intimidar a un virus con doctorados y poder político, esperando que se marchitara y muriera, y al hacerlo, inhabilitamos dramáticamente la libertad humana y el funcionamiento social. ¿Qué tenemos para demostrarlo? Una carnicería masiva, y un virus que todavía está con nosotros.
Fuente:
Jeffrey A. Tucker / American Institute for Economic Research — Death by Lockdown.
