El fin de semana, los agricultores franceses que se oponen a las políticas maltusianas de la Unión Europea y el gobierno francés, retomaron sus protestas, incluido el despliegue de tractores en ciudades clave de todo el país, y con el propósito particular de sitiar la Ciudad de París hasta el viernes 2 de febrero.
A pesar de los disturbios en Francia, el presidente Emmanuel Macron decidió que no podía cancelar una visita de dos días a Suecia, durante la cual asistió a una lujosa cena de gala en Estocolmo, anoche, en compañía del Rey y la Reina de Suecia, y otros aristócratas.
La cena de Estado, “que incluyó un guiño a la cocina francesa con moules marinières…tuvo lugar mientras los agricultores franceses acampaban en las autopistas comiendo salchichas cocinadas en hogueras” a las a fueras de París, escribió The Telegraph.
Durante la recepción, el cortesano Macron portó la cruz de la Orden de Malta en el pecho, en honor a la Orden de San Juan de Jerusalén, el culto de la muerte más “secreto” y prestigioso de la oligarquía de Europa Occidental, que se remonta a los Caballeros Templarios y a las clínicas de muerte para enfermos terminales del siglo XI fundadas por la Orden en sus fortalezas de Chipre y Rodas.
El culto detrás de los cultos de la muerte: La Orden de San Juan de Jerusalén (Caballeros de Malta)