Éxitos de la diplomacia rusa en el Medio Oriente es un texto en el que Thierry Meyssan explica cómo es que Moscú no trata de «cambiar regímenes» sino de modificar ciertos aspectos de sus mentalidades. Para ello, Meyssan señala cómo los cambios políticos que están transformando el Medio Oriente desde hace dos meses no son resultado de la derrota total de ciertos protagonistas sino más bien de la evolución de los puntos de vista de Irán, Turquía y los Emiratos Árabes Unidos. En esa región, donde ha fracasado el poderío militar de Estados Unidos, se ha impuesto la sutileza de la diplomacia rusa. Evitando pronunciarse sobre los crímenes de unos u otros, Moscú va logrando poco a poco pacificar la región. Siguiendo su tradición, la diplomacia rusa no busca –como la diplomacia estadounidense– modificar fronteras ni redefinir alianzas. Se orienta más bien a desenredar los objetivos contradictorios de sus interlocutores. Así ayudó en el pasado al antiguo Imperio otomano y al antiguo Imperio persa a alejarse de su definición religiosa (la Hermandad Musulmana en el caso del primero y el chiismo en el segundo) y a regresar a una definición nacional post-imperial. Esa evolución es extremadamente visible en Turquía, pero en Irán supone un cambio de dirigentes para llegar a concretarse.
Éxitos de la diplomacia rusa en Medio Oriente
Nuevas correlaciones de fuerzas y un nuevo equilibrio van instalándose discretamente en el valle del Nilo, en el Levante y en la península arábiga. Por el contrario, la situación se estanca en el Golfo Pérsico. Ese cambio, considerable y coordinado, está influyendo en diferentes conflictos que sin embargo no parecieran vinculados entre sí. Es fruto de la labor paciente y discreta de la diplomacia rusa [1] y, en ciertos temas, de una relativa buena voluntad estadounidense.
Lo que la diferencia de Estados Unidos, es que Rusia no está interesada en imponer su propia visión del mundo sino que, por el contrario, tiene en cuenta la cultura de sus interlocutores, la utiliza como punto de partida de ella y la modifica ligeramente a través de sus contactos.
Retroceso de los yihadistas y de los mercenarios kurdos en Siria
Todo comenzó el 3 de julio: uno de los 5 fundadores del PKK [2], Cemil Bayik, publicaba en el Washington Postun artículo donde llamaba el gobierno turco a abrir negociaciones con su organización con un gesto de buena voluntad que sería levantar el régimen de aislamiento impuesto desde hace años al prisionero kurdo más célebre: el fundador y líder histórico del PKK, Abdullah Ocalan [3]. Repentinamente, Turquía autorizó nuevamente las visitas al prisionero, que habían estado prohibidas durante 4 años. Esa apertura fue considerada como una traición por el Partido Republicano del Pueblo (formación política turca), que de inmediato retiró su apoyo al AKP –el partido del presidente turco Recep Tayyip Erdogan– en las elecciones por la alcaldía de Estambul, lo cual se tradujo en una dura derrota del candidato del partido de gobierno.
Al mismo tiempo se reiniciaban los combates en la gobernación siria de Idlib, bajo control de al-Qaeda, en el norte de Siria. Se trata de una especie de emirato sin administración central, que cuenta una serie de cantones controlados por diferentes grupos de yihadistas armados. La población de esa zona ocupada depende de los alimentos que distribuyen allí varias “ONGs” europeas afiliadas a los servicios secretos de diferentes países y la presencia del ejército turco actualmente disuade a los yihadistas que podrían verse tentados de lanzarse nuevamente a la conquista de Siria. Es una situación tan inconfesable que la prensa de los países miembros de la OTAN presenta este emirato islámico de Idlib como un pacífico refugio de «opositores moderados contrarios a la dictadura de Assad». Sorpresivamente, el ejército del gobierno sirio, con apoyo aéreo ruso, comenzó a liberar ese territorio mientras que el ejército turco se retira discretamente. Los combates allí son particularmente costosos en términos de vidas, pero en primer lugar para el ejército de la República Árabe Siria. Sin embargo, al cabo de varias semanas, el progreso de las fuerzas gubernamentales ya resulta considerable, tanto que es posible que la liberación de toda la provincia se complete en octubre.
El 15 de julio, en ocasión del tercer aniversario del intento de asesinato contra el presidente turco Erdogan y del golpe de Estado improvisado y finalmente fracasado, el propio Erdogan redefinió la identidad turca, ya no sobre una base religiosa sino de naturaleza nacional [4]. El presidente turco anunció al mismo tiempo que su ejército iba a barrer las fuerzas del PKK en Siria y que parte de los refugiados sirios presentes en Turquía serían instalados en una franja de 30 a 40 kilómetros de profundidad en suelo sirio. Esa zona corresponde más o menos con el perímetro de suelo sirio donde el anterior presidente sirio Hafez el-Assad había autorizado la entrada al ejército turco para responder a posibles disparos de artillería de combatientes kurdos. Después de haber anunciado que el Pentágono no podía abandonar a sus aliados kurdos, varios emisarios estadounidenses viajaron a Ankara para… aprobar el plan de “limpieza” trazado por el ejército turco. El hecho es que, como siempre hemos señalado, los jefes de la porción de suelo sirio que los medios occidentales se empeñan en llamar «Rojava» son casi todos kurdos de nacionalidad turca y están ocupando una región que sometieron a una limpieza étnica. Sus hombres, kurdos de nacionalidad siria, viendo que se quedaban solos ante la embestida del ejército turco, enviaron emisarios a Damasco para pedir la protección del presidente sirio Bachar al-Assad. Es importante recordar aquí que los kurdos son una población nómada que se sedentarizó a principios del siglo XX. Según la Comisión King-Crane y la conferencia internacional realizada en Sevres, en 1920, la creación de un Kurdistán sólo sería legítima no en Siria sino en el actual territorio turco [5].
Es poco probable que Francia y Alemania permitan que la República Árabe Siria libere toda la región actualmente ocupada en la gobernación siria de Idlib, ni que esos países renuncien a la creación de un Kurdistán, ya sea en Turquía, en Irán, en Irak o en Siria –pero nunca en Alemania, país europeo donde sin embargo ya hay un millón de kurdos. Pero es posible que se vean obligados a aceptar la realidad que todavía se niegan a ver.
Al mismo tiempo, a pesar de las actuales conversaciones y aún en caso de que Siria se descentralice, es poco probable que conceda ningún tipo de autonomía a la región que llegó a estar bajo la ocupación de los kurdos turcos.
Al cabo de varios años de estancamiento, la liberación del norte de la República Árabe Siria por las fuerzas de ese país depende únicamente del cambio de actitud de Turquía, resultado de los errores de Estados Unidos y de la inteligencia rusa.
Partición de facto en Yemen
En Yemen, Arabia Saudita e Israel apoyan al presidente Abd Rabbuh Mansur al-Hadi en aras de explotar las reservas de petróleo existentes a ambos lados de la frontera entre Yemen y Arabia Saudita [6]. Pero al-Hadi enfrenta un levantamiento de los zaiditas, una escuela del chiismo. Durante el desarrollo del conflicto, los sauditas han contado con la ayuda de los Emiratos Árabes Unidos mientras que la resistencia zaidita ha recibido ayuda de Irán. Esta guerra, estimulada por las potencias occidentales, está provocando la peor hambruna del siglo XXI.
Sin embargo, a pesar de la organización de los dos bandos, los guardacostas emiratíes firmaron –el 1º de agosto– un acuerdo de cooperación transfronterizo con la policía fronteriza de Irán [7]. Ese mismo día, Abu al-Yamana al-Yafei, el jefe de la milicia yemenita financiada por Emiratos Árabes Unidos (llamada «Consejo de Transición del Sur» o «Cinturón de Seguridad» o designada como «separatistas», fue asesinado por los miembros de la Hermandad Musulmana del partido Islah, financiado por Arabia Saudita [8].
Es evidente que la alianza entre el príncipe heredero del trono de Arabia Saudita, Mohamed ben Salman MBS, y su homólogo emiratí, el príncipe Mohamed ben Zayed al-Nahyan (MBZ), está pasando por un mal momento.
El 11 de agosto, la milicia respaldada por los emiratíes tomaba por asalto el palacio presidencial y varios ministerios en Adén, a pesar del apoyo de los sauditas al presidente Hadi, quien ya se había refugiado desde hace tiempo en Riad. Al día siguiente, los príncipes MBS y MBZ se reunían en La Meca, en presencia del rey saudita Salman, rechazaban el golpe de Estado y llamaban sus tropas respectivas a mantener la calma. El 17 de agosto, la milicia respaldada por los emiratíes se retiraba ordenadamente de la sede del gobierno.
Durante la semana en que los «separatistas» mantuvieron el control de Adén, Emiratos Árabes Unidos controlaba de hecho los dos lados del estratégico estrecho de Bab el Mandeb, que conecta el Mar Rojo con el Océano Índico. Después de haber logrado salvar las apariencias, Arabia Saudita tendrá que otorgar algún tipo de compensación a Emiratos Árabes Unidos.
En el campo de batalla yemenita, el cambio se debe únicamente a los emiratíes, quienes después de haber sufrido grandes pérdidas han aprendido las lecciones de esa guerra imposible de ganar. Prudentes, los emiratíes se acercaron primeramente a los iraníes, antes de permitirse la andada de advertencia anteriormente descrita, dirigida a su poderoso aliado y vecino saudita.
En Sudán, “quítate tú para sentarme yo”
En Sudán, después del derrocamiento del presidente Omar el-Bechir, durante una serie de manifestaciones de la Alianza para la Libertad y el Cambio (ALC) y la anulación del alza del precio del pan, se instauró un Consejo Militar de Transición. En la práctica, esta revuelta social y algunos miles de millones de petrodólares permitieron –a espaldas de los manifestantes– poner bajo tutelaje saudita un país que estaba bajo la tutela de Qatar [9].
El 3 de junio, el Consejo Militar de Transición ahogaba en sangre una nueva manifestación de la ALC. El saldo fue de 127 muertos. Ante la condena internacional, el Consejo Militar abrió negociaciones con los civiles y concluyó, el 4 de agosto, un pacto que se firmó el 17. Durante un periodo de 39 meses, un Consejo Supremo de 6 civiles y 5 militares gobernará el país. El acuerdo no precisa la identidad de los miembros de ese Consejo, que actuarán bajo el control de una Asamblea de 300 personas –no electas sino designadas. Dicha Asamblea contará un 67% de representantes de la ALC. Por supuesto, nada de esto es democrático… pero ninguna de las partes parece en desacuerdo.
El economista Abdallah Hamdok, ex responsable de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África, será nombrado primer ministro y tendría que obtener el levantamiento de las sanciones actualmente en vigor contra Sudán y reincorporar el país a la Unión Africana. También debe juzgar al ex presidente Omar el-Bechir en el país, para garantizar que no sea enviado al Tribunal Penal Internacional, en La Haya.
El verdadero poder estará en manos del «general» Mohamed Hamdan Daglo (alias «Hemetti»), un individuo que no es general –ni siquiera es soldado– sino jefe de la milicia utilizada por el príncipe saudita Mohamed ben Salman para tratar de liquidar la resistencia yemenita. Ante ese juego de “quítate tú para ponerme yo”, no se ha registrado ninguna reacción de Turquía –que tiene una base militar en la isla sudanesa de Suakin, como parte de su dispositivo militar alrededor de Arabia Saudita.
De hecho, Turquía acepta perder en Idlib y en Sudán con tal de ganar frente a los mercenarios kurdos respaldados por Estados Unidos. Esto último es su verdadero objetivo vital. Y han sido necesarias muchas discusiones para que Turquía acabara dándose cuenta de que no puede ganar en todos los terrenos a la vez y de que tiene escoger sus prioridades.
Estados Unidos contra el petróleo iraní
Mientras tanto, Londres y Washington mantienen su competencia particular, iniciada hace 70 años, por el control del petróleo iraní. Como en tiempos de Mossadegh, la Corona británica pretende decidir por sí sola a qué “tiene derecho” en Irán [10]. Al mismo tiempo, Washington trata de evitar que sus guerras contra Afganistán e Irak acaben beneficiando a Irán –consecuencia de la doctrina Rumsfeld/Cebrowski– y pretende determinar el precio mundial de la energía –según la doctrina Pompeo [11].
Esas dos estrategias chocaron entre sí cuando el tanquero iraní Grace 1 fue inmovilizado en la colonia británica de Gibraltar. Irán respondió abordando 2 tanqueros británicos en el estrecho de Ormuz y anunciando –insulto supremo– que uno de esos barcos transportaba «combustible de contrabando», o sea petróleo subvencionado iraní que Londres habría comprado en el mercado negro [12]. Cuando el nuevo primer ministro británico, Boris Johnson, se dio cuenta de que su país había ido demasiado lejos, la justicia “independiente” de su colonia de Gibraltar lo “sorprendió” liberando el Grace 1. Washington emitió de inmediato una orden para paralizarlo nuevamente.
Desde que comenzó todo este asunto, los europeos han estado pagando los platos rotos de la política estadounidense y han venido protestando… sin grandes resultados [13]. Sólo los rusos están defendiendo no precisamente a su aliado iraní sino el derecho internacional, como ya lo hicieron en el caso de Siria [14], lo cual les permite mostrar una línea política coherente.
En este asunto, Irán está dando pruebas de gran tenacidad. A pesar del viraje clerical que le imprimió la elección en 2013 del jeque-presidente Hassan Rohani, Irán se reorienta hoy hacia la política nacional del laico Mahmud Ahmadineyad [15]. Después de haber utilizado a las comunidades chiitas en Arabia Saudita, Bahrein, Irak, Líbano, Siria y Yemen, podría pasar en lo adelante a limitarse a darles apoyo. También en este sentido, son las largas discusiones sostenidas en Astaná las que han logrado que lo evidente para algunas de las partes acabara siéndolo también para otras.
Conclusión
A medida que pasa el tiempo, cada protagonista va jerarquizando sus objetivos y sus posiciones se precisan.
Siguiendo su tradición, la diplomacia rusa no busca –como la diplomacia estadounidense– modificar fronteras ni redefinir alianzas. Se orienta más bien a desenredar los objetivos contradictorios de sus interlocutores. Así ayudó en el pasado al antiguo Imperio otomano y al antiguo Imperio persa a alejarse de su definición religiosa (la Hermandad Musulmana en el caso del primero y el chiismo en el segundo) y a regresar a una definición nacional post-imperial. Esa evolucion es extremadamente visible en Turquía, pero en Irán supone un cambio de dirigentes para llegar a concretarse.
Moscú no trata de «cambiar regímenes» sino de modificar ciertos aspectos de sus mentalidades.
[1] Ver los párrafos 3, 4, 5 y 10 de la «Declaración Conjunta de Rusia, Irán y Turquía sobre Siria», Red Voltaire, 2 de agosto de 2019, y compararlos con las declaraciones emitidas en reuniones anteriores.
[2] El Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), partido político kurdo fundado en Turquía, en 1978, originalmente separatista y de tendencia marxista-leninista, ha evolucionado en los 3 o 4 últimos años hacia una especie de anarquismo y se ha acercado a las potencias occidentales que trataron de liquidar la República Árabe Siria. El gobierno turco lo considera una organización terrorista. También está clasificado como grupo terrorista por Estados Unidos, que sin embargo está utilizándolo contra Siria.
[3] “Now is the moment for peace between Kurds and the Turkish state. Let’s not waste it”, por Cemil Bayik, The Washington Post, Voltaire Network, 3 de julio de 2019.
[4] «Turquía no se alineará con la OTAN ni con la OTSC»; «Turquía renuncia nuevamente al Califato, por segunda vez», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 6 y 13 de agosto de 2019.
[5] «Los proyectos (diferentes) de creación de un Kurdistán», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 5 de septiembre de 2016.
[6] «Exclusivo: Los planes secretos de Israel y Arabia Saudita», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 22 de junio de 2015.
[7] “إيران والإمارات توقعان اتفاقا للتعاون الحدودي“, Russia Today, 1º de agosto de 2019.
[8] “Missile fired by Yemen rebels kills dozens of soldiers in port city of Aden”, Kareem Fahim y Ali Al-Mujahed, The Washington Post, 1º de agosto de 2019.
[9] «El derrocamiento de Omar el-Bechir», por Thierry Meyssan; «Sudán pasa a estar bajo control de Arabia Saudita» y «La fuerza sudanesa de acción rápida asume el poder», Red Voltaire, 16, 20 y 25 de abril de 2019.
[10] «Londres defiende ante Irán los girones de lo que fue el imperio británico», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria), Red Voltaire, 23 de julio de 2019.
[11] «La nueva Gran Estrategia de Estados Unidos», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 26 de marzo de 2019. “Advancing the U.S. Maximum Pressure Campaign On Iran” (Note: The graph was distributed with the text!), Voltaire Network, 22 de abril de 2019.
[12] «Incidentes marítimos entre Reino Unido e Irán», Red Voltaire, 11 de julio de 2019.
[13] «Déclaration conjointe des chefs d’État et de gouvernement de France, d’Allemagne et du Royaume-Uni à propos de l’Iran», Réseau Voltaire, 14 de julio de 2019.
[14] “Russian comment on the seizure of the Panama-flagged tanker by Gibraltar authorities”, Voltaire Network, 5 de julio de 2019.
[15] Cuando calificamos de “laico” al ex presidente iraní Ahmadineyad es porque este hombre, profundamente místico, aspiraba sin embargo a separar las instituciones religiosas y políticas y a poner fin a la función del Guía de la Revolución, reservada a un líder religioso.
Daniel Estulin: Política del cielo y los seis proyectos globales que controlan el mundo
Fuente:
Thierry Meyssan — Éxitos de la diplomacia rusa en el Medio Oriente.