El 15 de noviembre la cámara baja del parlamento británico rechazó un alto el fuego inmediato en Gaza (con 293 votos contra el cese y 125 a favor). El Partido Nacional Escocés (SNP) utilizó una enmienda al Discurso del Rey pro-israelí para obligar al Partido Laborista de Keir Starmer a votar sobre el tema, logrando que más de 50 laboristas desafiaran a su líder para apoyar el alto el fuego entre Israel y Hamas. El partido se ha enfrentado a divisiones internas y, recientemente, se reveló que Starmer y su “gabinete en la sombra” (en el que figuran desde lores hasta barones) han sido financiados por el magnate multimillonario sionista Sir Trevor Chinn y por el grupo de presión proisraelí Labour Friends of Israel (LFI), controlado por la aristocracia británica. El Partido Laborista declaró que no participará en la enmienda del SNP, pero propondrá su propia moción. Hace sólo unos días, sólo 93 diputados de Westminster respaldaban el alto al fuego en Gaza. Esta vez fueron 125.
El 15 de noviembre de 2023, la cámara baja del parlamento británico rechazó un alto el fuego inmediato en Gaza con 293 votos contra el cese y 125 a favor.
Mientras cada vez más parlamentarios laboristas respaldan a llamar a un alto el fuego entre Israel y Hamas, el Partido Nacional Escocés (SNP) está utilizando una enmienda al Discurso del Rey para obligar al partido de Keir Starmer a votar sobre el tema.
La enmienda tiene por objeto añadir lo siguiente al final del discurso del Rey, tuiteó la diputada liberaldemócrata por Oxford, Layla Moran:
“… pero lamentamos respetuosamente que el Discurso Gracioso no incluya medidas que requieran que el Gobierno respete el derecho internacional y proteja a todos los civiles en Israel y Palestina; condenar inequívocamente las horrendas matanzas perpetradas por Hamás y la toma de rehenes; reafirmar que debe ponerse fin al castigo colectivo del pueblo palestino; pide la liberación urgente de todos los rehenes y el fin del asedio de Gaza para permitir que lleguen a la población civil suministros vitales de alimentos, combustible, medicinas y agua; toma nota de los crecientes llamamientos a un alto el fuego inmediato por parte de las Naciones Unidas y sus agencias de ayuda; y, por lo tanto, instamos al Gobierno a unirse a la comunidad internacional para presionar urgentemente a todas las partes para que acepten un alto el fuego inmediato.”
El Partido Laborista declaró que no participará en la enmienda del SNP, pero propondrá su propia moción. El partido se ha enfrentado a divisiones internas y, recientemente, Declassified UK reveló que el líder del partido y su “gabinete en la sombra” (en el que figuran desde lores hasta barones, tecnócratas e impulsores del net zero) han sido financiados por el magnate multimillonario sionista Sir Trevor Chinn y por el grupo de presión proisraelí Labour Friends of Israel (LFI).
Mente Alternativa investigó los vínculos de LFI con la oscura baronesa Lady Caroline Cox, también ligada al oficial de inteligencia israelí Yossef Bodansky y a una organización islamófoba secreta de extrema derecha. En cuanto a Sir Trevor Chinn, es considerado “uno de los grandes” lobistas pro-israelíes, financiador de LFI y del Partido Laborista, así como cortesano distinguido de la Real Orden Victoriana —una orden dinástica de caballería que “reconoce servicios personales distinguidos al monarca británico” y cuyo soberano actual es el rey Carlos III.
Más de 50 laboristas desafiaron a su líder y apoyan el alto el fuego en Gaza
El líder laborista británico Keir Starmer se enfrentó a una agitación interna cuando 56 miembros de su partido, incluidas figuras clave de su equipo político, desafiaron la postura oficial y votaron junto a otro partido de la oposición a favor de un alto el fuego en el conflicto entre Israel y Hamás.
Así, aunque la enmienda propuesta no fue aprobada, quedaron claras las discrepancias en el seno de los laboristas sobre la crisis de Oriente Próximo, pues casi un tercio de los legisladores del partido apoyaron la moción.
La situación se produce en un momento en que Starmer pretende presentar a los laboristas como una fuerza unida de cara a las próximas elecciones nacionales. A pesar de proponer una enmienda alternativa que pedía pausas humanitarias más largas, la postura de Starmer no obtuvo un apoyo mayoritario en la votación.
