Mientras los medios de masas y el régimen de Biden impulsan la narrativa sobre una nueva variante, en una rueda de prensa el 6 de septiembre de 2023, el Director general de Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom, dijo que “el incremento en hospitalizaciones y muertes indica que el COVID llegó para quedarse” (COVID is here to stay).
Adhanom alertó sobre tendencias preocupantes en el hemisferio norte, con un aumento de las muertes en algunas partes de Oriente Medio y Asia, un incremento de los ingresos en la UCI en Europa y un aumento de las hospitalizaciones en varias regiones, a pesar de la escasez de datos y de que algunas naciones no las han reportado. No hay una variante mundial dominante, dijo, aunque mencionó el asenso de la EG.5 y la presencia de la BA.2.86 en 11 países, e instó al público a “recibir dosis adicionales de la vacuna cuando se les recomiende.”
Un estudio publicado el 15 de agosto por científicos la Universidad Médica y Farmacéutica de Osaka y de la Universidad de Kioto, concluye que las variantes Omicron BA.1, BA.1.1 y BA.2 no son producto de la evolución del genoma sino de una posible “selección deliberada”.
El 16 de agosto, el Ministerio de defensa de Rusia denunció que el gobierno de los Estados Unidos manufacturó la pandemia de 2019, y advirtió que dicho gobierno estaba preparando “nuevas crisis biológicas” manufacturadas para obtener beneficios geopolíticos. El gobierno de China hizo acusaciones similares.
