Sale hoy a la venta en University of California Press, el libro “Destruir el club de los banqueros: Finanzas para el resto de nosotros” (Busting the Bankers’ Club: Finance for the Rest of Us.), de Gerald Epstein, un catedrático de Economía y codirector fundador del Instituto de Investigación de Economía Política (PERI) de la Universidad de Massachusetts, quien ha dedicado la última década a de su vida investigar a la rama estadounidense del cártel bancario.
Según una reseña de Wall Street On Parade, Gerald Epstein (que aparentemente no tiene nada que ver con Jeffrey Epstein) expone “los nombres de las personas que han vendido la democracia estadounidense y el interés público al convertirse en aduladores o miembros reales del Club de Banqueros.”
Actualmente, hay dos impedimentos críticos para quitarle el poder al Club de Banqueros y reformar realmente Wall Street: la derogación de la Ley Glass-Steagall en 1999 y la decisión Citizens United del Tribunal Supremo en 2010.
La derogación de la Ley Glass-Steagall (Ley Bancaria de 1933) implicó que megabancos privados como JPMorgan pudieran fusionarse con bancos asegurados y respaldados por el gobierno federal, y, por tanto, subvencionados por el contribuyente estadounidense, cuyo dinero es utilizado para corromper a funcionarios extranjeros, amañar mercados y apuntalar esquemas Ponzi y especulación pura.
Del mismo modo, la decisión Citizens’ United del Tribunal Supremo, y su progenie, abrieron las compuertas a la capacidad del dinero corporativo para controlar las elecciones estadounidenses. Estados Unidos ya no es un gobierno representativo del pueblo; es, en un grado sin precedentes, representativo de los intereses corporativos, fuente del dinero necesario para acceder a altos cargos públicos.
Por qué necesitamos una nueva Ley Glass-Steagall para domar a los megabancos