El gobierno mexicano ha anunciado una moratoria sobre los experimentos de geoingeniería solar tras un experimento a pequeña escala no autorizado de una empresa estadounidense. ¿Cómo afectará esta decisión a los planes de los globalistas que pretenden utilizar la geoingeniería como puerta de entrada a la gobernanza mundial?
Por Derrick Broze
Hace sólo unas semanas, Luke Iseman, director general de Make Sunsets, la empresa que está detrás del experimento, anunció al mundo que había soltado dos globos meteorológicos llenos de partículas reflectantes de azufre como parte de un truco publicitario destinado a suscitar un debate sobre la ciencia de la geoingeniería.
La geoingeniería es una ciencia controvertida que consiste en manipular el clima con el propósito declarado de luchar contra el cambio climático provocado por el hombre [sic].
Hay varios tipos de geoingeniería, incluida la Gestión de la Radiación Solar (SRM) o geoingeniería solar. La inyección de aerosoles estratosféricos, o SAI, es una práctica específica de geoingeniería solar que consiste en rociar aerosoles en el cielo en un intento de desviar los rayos del Sol. La Oficina de Política Científica y Tecnológica de la Casa Blanca está elaborando un plan quinquenal de investigación sobre geoingeniería solar.
Iseman lanzó los globos en Baja California (México) sin solicitar la aprobación del gobierno mexicano ni de las autoridades locales. Esto llevó a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales a emitir un comunicado condenando el experimento y prohibiendo nuevos intentos de geoingeniería solar hasta nuevo aviso. El gobierno mexicano también afirmó que pondrá en práctica el principio de precaución para proteger a las comunidades y al medio ambiente de los posibles peligros de la geoingeniería.
La Secretaría señaló que “los estudios muestran impactos negativos debido a la liberación de estos aerosoles y que causan desequilibrios meteorológicos”. La declaración también menciona acuerdos internacionales previos destinados a limitar el uso de técnicas de geoingeniería, incluido el Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas (ONU) de 2010, que estableció una moratoria sobre el despliegue de la geoingeniería.
El Centro de Derecho Ambiental Internacional aplaudió la respuesta de México y pidió a “todos los gobiernos que tomen medidas para prohibir los experimentos de geoingeniería solar al aire libre, el desarrollo tecnológico y el despliegue.”
Luke Iseman, director general de Make Sunsets, parece ser una especie de extremista del cambio climático. En diciembre, Iseman declaró a Climate Change News que el experimento era “en parte empresarial y en parte una provocación, un acto de activismo de geoingeniería”. Iseman también dijo que en su empresa “bromeamos con que esto es en parte una empresa y en parte una secta”.
Iseman también reconoció que algunos grupos le harán “parecer el villano de Bond”, pero cree que “es moralmente incorrecto, en mi opinión, que no estemos haciendo esto”.
El origen maltusiano del alarmismo por el cambio climático dizque ‘provocado por el hombre’
Fuente:
Derrick Broze, en The Last American Vagabond: Mexico Becomes First Nation To Admit Harms Of Geoengineering, Halts Future Experiments.