Los regresivos despoblacionistas maltusianos ahora dicen que hay que descarbonizarse para enfrentar a Putin. Primero utilizaron la crisis del COVID para canalizar la expansión monetaria de la emisión cuantitativa del banco central hacia las energías renovables, con bloqueos de crédito para los combustibles fósiles. Y, ahora, buscan la misma austeridad de las “energías verdes” usando a Putin como florete.
Así lo muestran Simon Jessop y Kate Abnett, en el Insurance Journal (1):
“El mundo tiene que acelerar la descarbonización y no dejar que el enfoque en la seguridad energética tras la invasión rusa de Ucrania haga descarrilar el camino hacia una economía baja en carbono para evitar el desastroso cambio climático [sic], dijeron el miércoles los principales enviados del clima.
Ante los delegados de una conferencia de la City of London Corporation, el enviado de la ONU para el clima, Mark Carney, instó a los gobiernos, las empresas y el sector financiero a no dejar que el conflicto, que Moscú califica de ‘operación especial’, frene el esfuerzo mundial [sic]…
Carney dijo que, si bien la guerra en Ucrania estimularía un impulso para diversificar las fuentes de combustibles fósiles a corto plazo, esto corre el riesgo de crear más de los llamados ‘activos varados’, donde los activos se vuelven antieconómicos a medio plazo mientras los países se esfuerzan por cumplir los objetivos climáticos.”
Las raíz genocida del ‘Nuevo Trato Verde’, y la Nueva Ruta de la Seda como alternativa
Notas a pie de página
(1) Simon Jessop y Kate Abnett, en Insurance Journal: Russia’s War With Ukraine Must Not Derail Climate Action: Envoys Warn.