En el marco de la próxima visita de Modi, Estados Unidos buscará involucrar a la India no alineada en la guerra global de la OTAN contra Rusia y, en el futuro, contra China. La revista The Economist, representante del imperialismo británico, publicó una serie de artículos que pretende proporcionar instrucciones para lograrlo, al tiempo que critica el desarrollo y la independencia de la antigua colonia británica, y especialmente al primer ministro Modi. Según The Economist, Estados Unidos y sus aliados consideran a India como un contrapeso esencial a la creciente influencia de China. La revista espera que durante esta visita se alcance un acuerdo de cooperación en “armas de alta tecnología” entre Estados Unidos e India, mientras India busca reducir su dependencia de los armamentos rusos. Sin embargo, las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores de India, Subrahmanyam Jaishankar, dejaron claro que la “no alineación” de India no está sujeta a negociación, ya que India no cree en alianzas y prefiere enfocarse en la cooperación económica con Estados Unidos en lugar de adoptar su orientación estratégica. The Economist lamenta esta perspectiva y propone dos opciones para socavar la influencia india en un mundo multipolar: evitar una resolución del conflicto fronterizo entre India y China y, posiblemente, considerar el asesinato de Modi como una opción. Este artículo de EIRNS hace una comparación entre Modi y la ex primer ministra Indira Gandhi, quien fue asesinada en 1984 en una operación organizada desde Londres.
Por EIRNS
El Primer ministro de India, Narendra Modi, llegará a Washington, DC, el 22 de junio y hay grandes recepciones previstas para él en la Casa Blanca y el Congreso, donde se dirigirá a una Sesión Conjunta del Congreso por segunda vez como Primer ministro. Dejando de lado la cuestión de cómo entiende Estados Unidos el derecho de India a su propia política exterior soberana, Washington está trabajando duro para encontrar una forma de implicar a la India no alineada en la guerra de la OTAN Global contra Rusia y, pronto, contra China.
Para la ocasión, el antiguo vocero imperial londinense, la revista The Economist, publicó un paquete de cinco artículos donde da instrucciones sobre la mejor manera de lograrlo, mientras trata de dinamitar el desarrollo y la independencia de su antigua colonia, con especial veneno reservado para el primer ministro Modi. Su punto de partida es que “Estados Unidos y sus aliados” (o sea, Londres) “han llegado a ver [a India] como un contrapeso indispensable a una China asertiva”, como lo pone The Economist.
Los editores del semanario de marras tienen la esperanza de que de este viaje pueda salir un acuerdo de cooperación sobre “armas de alta tecnología” entre Estados Unidos e India, “a medida que India se desteta de su dependencia del armamento ruso”; pero entrevistaron al ministro de Asuntos Exteriores Subrahmanyam Jaishankar para su paquete, y no les hizo ninguna gracia lo que tenía que decir. The Economist no publicó casi nada de lo que les dijo, pero evidentemente fue suficiente para demostrar que la “no alineación” de India “no es negociable”, que “no cree realmente en las alianzas” y que India está más interesada en aumentar la cooperación económica con Estados Unidos que en sumarse a su orientación estratégica.
The Economist se queja del panorama general: Que, con el ascenso de India, China y quizá pronto de “nuevas grandes potencias” como Brasil, Indonesia y Nigeria, las naciones tienen más margen para mirar por sus propios intereses, en lugar de alinearse en la vieja “geopolítica”. El semanario imperial señala dos opciones para aplastar el lado indio de esta amenaza “multipolar”. Una es asegurarse de que el conflicto fronterizo entre China e India no se resuelva. En sus palabras:
“La relación de India con China… es el polo en torno al cual giran el acercamiento de Estados Unidos a India, la receptividad de India hacia Estados Unidos y, en última instancia, podría decirse, la seguridad asiática. Sin embargo, la disputa territorial entre las potencias asiáticas es claramente un factor importante de su rivalidad y, por consiguiente, un acicate para la cooperación en materia de defensa entre Estados Unidos e India. Por lo tanto, merece la pena reflexionar sobre las implicaciones para los lazos de India con Estados Unidos si India y China tuvieran éxito en su actual esfuerzo por resolver la disputa, al menos por ahora, negociando una ‘zona neutral’ desmilitarizada a lo largo de su frontera”.
El asesinato puede ser otra opción británica en estudio. La diatriba de The Economist contra “Narendra Modi, el líder más popular del mundo”, compara siniestramente a Modi con la ex Primer ministra Indira Gandhi. “Es experto en leer el sentimiento de las masas y, como implacable activista, lo corteja como ningún otro líder indio lo ha hecho desde Indira Gandhi, o incluso más. Al igual que la señora Gandhi, se atribuye el mérito de todo lo que ha conseguido su gobierno, y de mucho de lo que no”, convirtiéndose en “el rostro de los planes de bienestar, los proyectos de infraestructuras y los fastos diplomáticos”. No se dice, pero es bien sabido, que Indira Gandhi fue asesinada en 1984 en una operación organizada desde Londres. (Véase el libro de EIR, Derivative Assassination: Who Killed Indira Gandhi?).
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Fuente:
EIRNS: Los británicos tienen en la mira a Modi. 20 de junio de 2023.
The Economist: [https://www.economist.com/asia/2023/06/15/indias-foreign-minister-on-ties-with-america-china-and-russia]; [https://www.economist.com/asia/2023/06/15/narendra-modi-is-the-worlds-most-popular-leader].
