Israel se enfrenta ahora al dilema de mantener su poder de disuasión sin alienar a sus aliados árabes y occidentales. ¿Cuál es la lógica del rol estratégico que debe jugar Estados Unidos en la contención de Irán, según el semanario de la City de Londres, The Economist? Los rumores apuntan a que Israel tomará represalias contra Irán; la única cuestión es cómo, cuándo y con quién. Hasta ahora, la Administración Biden ha señalado que no respaldará una represalia israelí. Pero le han pillado en una reveladora contradicción.
Por José Luis Preciado
Cómo Irán reconfiguró las reglas de la disuasión en Oriente Medio en un fin de semana
En un artículo titulado “Los Misiles de Abril”, haciendo alusión al famoso estudio de Barbara Tuchman sobre la Primera Guerra Mundial, “Las Armas de Agosto”, el analista militar estadounidense y ex inspector de la Agencia Internacional de Energía Atómica, Scott Ritter, explora cómo la respuesta de Irán al ataque de Israel a su embajada en Siria ha puesto de manifiesto la capacidad de la República Islámica para superar el sistema de defensa de la Cúpula de Hierro frente a una coalición de países como Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, incluso habiendo alertado a Israel y Estados Unidos con 72 horas de anticipación para minimizar las pérdidas humanas:
“A pesar de haber empleado un extenso sistema integrado de defensa antimisiles compuesto por el sistema llamado ‘Cúpula de Hierro’, baterías de misiles Patriot de fabricación estadounidense y los interceptores de misiles Arrow y David’s Sling, junto con aviones estadounidenses, británicos e israelíes, y las defensas antimisiles a bordo de barcos estadounidenses y franceses, más de una docena de misiles iraníes alcanzaron aeródromos e instalaciones de defensa aérea israelíes fuertemente protegidos”.
En una entrega posterior titulada “Jaque mate”, Ritter lanzó una hipótesis sobre las consecuencias que tendrá esto para la seguridad global:
“Al traspasar el escudo de defensa antimisiles estadounidense-israelí, Irán puso en tela de juicio la noción de supremacía de la defensa antimisiles estadounidense que sirve como núcleo de los modelos de protección de fuerzas estadounidenses utilizados al proyectar el poder militar a escala global… En resumen, esto significa que las fuerzas estadounidenses y de la OTAN en Europa son vulnerables a ataques de tecnologías avanzadas rusas de misiles que igualan o superan a las utilizadas por Irán para atacar a Israel. Esto también significa que China probablemente podría atacar y hundir barcos de la marina estadounidense en el Océano Pacífico en caso de un conflicto por Taiwán. Y que Corea del Norte podría hacer lo mismo con los barcos y fuerzas estadounidenses en tierra en las cercanías de Japón y Corea del Sur.”
Ahora, todo apunta a que Israel, un Estado que profesa la filosofía militar autoinmolatoria de la “doctrina Sansón” («¡Muera yo con los filisteos!»), tomará represalias; la única cuestión es cómo, cuándo y con quién.
Un artículo de The Economist, el semanario propiedad de las familias Agnelli y Rothschild, que son herederas de la nobleza negra anglo-veneciana, argumenta que la mejor manera de evitar una represalia israelí contra Irán es que Estados Unidos encabece una coalición internacional para hacer frente a Irán, tomando como modelo la Guerra del Golfo de 1991. Durante ese conflicto, el presidente iraquí Saddam Hussein intentó romper la coalición árabe liderada por Estados Unidos y Gran Bretaña provocando a Israel con misiles Scud. Sin embargo, la diplomacia estadounidense logró evitar una respuesta israelí, preservando así la cohesión de la coalición.
Carl Osgood, de EIR Daily Alert, resume así la “lunática lección” que el portavoz de la City londinense pretende sacar de la guerra de 1991: “Cuanto más se vea a las potencias exteriores enfrentarse a los enemigos de Israel, más probable será que el propio Israel actúe con moderación”. Y aunque The Economist reconoce que el Irán de 2024 no es el Irak de 1991, resulta que Israel se enfrenta a un dilema similar tres décadas después: el de mantener su poder de disuasión sin alienar a sus aliados árabes y occidentales, pues el ataque de Irán a Israel el pasado fin de semana reconfiguró las reglas de la disuasión en la región, subrayando así el papel crucial de Estados Unidos en la contención de Irán.
El lunes por la tarde, el gabinete de guerra de Israel anunció la preparación de una represalia “contundente” contra Irán, pero que no desencadene una guerra mayor. The Times Of Israel publicó hoy un “informe sin fuentes”, citado por el Canal 12 israelí, en el que se afirma que el gabinete de guerra tomó la decisión de contraatacar “clara y enérgicamente” a Irán por su ataque con misiles y drones del sábado por la noche, para enviar el mensaje de que Israel no tolerará ataques sin represalias.
El aristócrata Lord David Cameron, Barón Cameron de Chipping Norton y Ministro de Exteriores del Reino Unido, quien visitó la Palestina ocupada para mostrar su apoyo con Israel, dijo hoy que “los israelíes están tomando la decisión de actuar” y “esperamos que lo hagan de una forma que contribuya lo menos posible a la escalada” y que sea “inteligente además de dura”.
Hasta ahora, la Administración Biden ha señalado que no respaldará una represalia israelí. Sin embargo, el 16 de abril, The Cradle citó la declaración de un funcionario de seguridad militar iraní quien supuestamente afirmó que Estados Unidos se puso en contacto con la República Islámica para pedirle que permitiera a Israel ejecutar “un ataque simbólico para guardar las apariencias” tras el ataque de represalia de Irán. La fuente añadió que Teherán “rechazó contundementemente” la propuesta, entregada por los mediadores, y reiteró las advertencias de que cualquier ataque israelí en suelo iraní sería respondido de forma contundente e inmediata.
El 11 de abril, la agencia de noticias TASS citó declaraciones del viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Ryabkov, quien confirmó que Rusia mantiene comunicación con sus socios iraníes en relación con la situación en Oriente Medio. Esta afirmación se produjo tras el ataque israelí contra el consulado iraní en Siria, y Ryabkov insinuó el apoyo de Rusia a Irán, especialmente en el marco de la alianza del los BRICS, lo que según el analista Pepe Escobar podría ser un indicio de que el ataque aéreo iraní usó los sistemas de navegación por satélite chino Beidou y ruso GLONASS.
El segundo frente de la guerra de reordenamiento global está totalmente abierto
Mientras Rusia, China e Irán se cuidan las espaldas a través de una compleja dinámica geopolítica y de equilibrio estratégico en la región de Oriente Medio, se termina así de abrir el segundo frente de la guerra de reordenamiento y reparto global que libran el orden multipolar liderado por las élites asiáticas y el orden unipolar de las élites occidentales.
Este frente comenzó a abrirse con los ataques contra Israel el 7 de octubre por parte del Hamas, un grupo influido por la Hermandad Musulmana de manufactura británica. Esto provocó un genocidio vigente contra el pueblo palestino y la consecuente movilización del mundo chiita contra el Estado de Israel, que también fue creado por Londres y es armado y respaldado por las potencias de Occidente.
El primer frente de esta guerra es el conflicto de la OTAN contra Rusia en Ucrania. El tercer frente se abrirá en Taiwán contra China, el cuarto en África contra Níger, y el quinto en América Latina contra Venezuela, prevé el filósofo Alexander Dugin. Los conflictos abiertos en estos frentes, y los que están por abrirse o terminarse de abrir, son manifestaciones del colapso de la hegemonía anglo-estadounidense sobre un mundo multipolar que se contiene hasta donde le es posible para no responder con brutalidad a las provocaciones del orden unipolar.
En este marco, los analistas Thierry Meyssan y Serge Marchand han planteado que Londres y Washington, conscientes de su declive, buscan dividir el mundo en dos bandos y preservar algo de su antigua supremacía para no desplomarse y poder seguir controlando por lo memos al Occidente colectivo. Para ello, estarían buscando lograr que sus aliados agoten su armamento y se desgasten para mantenerlos en condición de vasallos (piénsese en Ucrania, Israel y Europa). Eso explicaría las acrobacias estratégicas que se están desencadenando en los dos frentes antes mencionados.
En una entrevista publicada por Slavyangrad, el historiador Andrei Fursov explicó la diferencia entre los objetivos británicos y los estadounidenses, que sin embargo comparten una lógica similar. Dijo que el plan de los Estados Unidos es muy simple y bruto y consiste en debilitar a las naciones del mundo hasta el punto de controlarlas a través de regímenes proestadounidenses para utilizarlas después contra China. El plan británico, en cambio, es cobarde y sofisticado:
“El plan británico es derrotar a Rusia y destruirla por completo. Esperan que en ese caso Estados Unidos y China se enfrenten en la lucha por la herencia rusa mientras Gran Bretaña recrea su imperio. Los estadounidenses ya han anulado a Europa, que ya no es el núcleo del sistema capitalista y se está hundiendo en la semiperiferia. Que Macron esté histérico es comprensible. Quiere parecer un líder fuerte, y para ello infla sus músculos con Photoshop. Está bajo presión y siente un complejo frente a Putin, que está en buena forma física, por lo que Macron ha decidido mostrarse como él.
Macron está resolviendo sus problemas electorales, quiere ser el líder militar de Europa. ¡Por el amor de Dios! Ya veremos cómo pelean las tropas de los ejércitos de género en el campo de batalla. ‘¡Menudos guerreros!’, dirá la gente. Y el proceso podría salirse de control por cualquier ‘estupidez’. Es necesario que el enemigo se dé cuenta de que las represalias a la estupidez serán devastadoras.”
Es en este sentido que se comprende mejor la estupidez feudal implícita en la mañosa lógica de The Economist al estimar que la mejor forma de evitar un ataque de represalia israelí contra Irán es que Estados Unidos lidere una coalición internacional para enfrentarse a Irán.
Sobre el autor
José Luis Preciado es antropólogo, historiador y columnista en el portal de análisis geoestratégico Mente Alternativa.
El gambito británico-estadounidense dobla su apuesta estratégica a la estupidez