Como advierte Zero Hedge, el apoyo unificado de Occidente a Ucrania parece desmoronarse en un momento crítico, con el anuncio del primer ministro polaco Mateusz Morawiecki de que Polonia dejará de armar a Ucrania, optando en su lugar por dar prioridad a su propia defensa, lo que marca un cambio monumental en el conflicto en curso.
En las últimas 48 horas, las relaciones entre Polonia y Ucrania han alcanzado rápidamente su punto más bajo desde la invasión rusa, y ello está directamente relacionado con el hecho de que Varsovia haya llevado a un puñado de países de la UE a ampliar la prohibición de exportar grano a Ucrania, en medio de la continua ira e indignación de los agricultores polacos, que sufren las consecuencias de la inundación de su país con trigo ucraniano barato.
Las próximas elecciones parlamentarias en Polonia y el creciente descontento de su población han contribuido a este cambio.
El Presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, condenó la prohibición de las importaciones durante su discurso en la ONU e insinuó posibles medidas de represalia.
En medio de estos acontecimientos, la visita de Zelensky a Washington para reunirse con el Presidente Biden se enfrenta a desafíos, como la reticencia del Congreso estadounidense a asignar nuevas ayudas a Ucrania.
Esta compleja dinámica plantea interrogantes sobre el futuro del conflicto, las perspectivas de las negociaciones de paz y la evolución del panorama geopolítico que rodea a Ucrania.
