En medio del aumento de las tensiones en Oriente Medio, la Administración Biden atribuye un reciente ataque en el noreste de Jordania que se ha cobrado la vida de tres soldados estadounidenses a “grupos militantes radicales respaldados por Irán que operan en Siria e Irak”, y quiere disuadir al nuevo miembro del BRICS de sus acciones en la región, aunque hacerlo podría poner a Estados Unidos en una confrontación directa con Teherán.
Surge así la preocupación por la posibilidad de que Londres y Wall Street, con el respaldo de Israel, den luz verde a un plan de larga data para atacar Irán, advierten, David Shavin y Dennis Speed en un artículo publicado por EIR.
Las muertes, al parecer causadas por aviones no tripulados de ataque unidireccional dirigidos contra un puesto avanzado estadounidense denominado Torre 22, han causado más de 30 heridos entre el personal militar estadounidense.
El presidente Biden atribuye el ataque a “grupos militantes radicales respaldados por Irán que operan en Siria e Irak” y promete que se depurarán responsabilidades.
El incidente se produce tras semanas de escalada de conflictos en los que han participado Israel, Gran Bretaña, Yemen, Líbano, Gaza, Siria y Estados Unidos.
Más allá de las acusaciones, el plan “matar a Irán” ya estaba operativo en 2001, y posteriormente fue descrito por el general retirado Wesley Clark en una entrevista del 2 de marzo de 2007 con “¡Democracia Ahora!”.
El orden unipolar anglo-estadounidense está desesperado por sabotear la transición hacia la multipolaridad en Oriente Medio, liderada por los BRICS, lo que añade complejidad al panorama geopolítico y hace temer un posible enfrentamiento militar con Irán.