Hasta una portada reciente de The Economist lo confirma: No son los rusos ni los chinos quienes dirigen a Joe Biden, sino la máquina económica de la burbuja financiera de la Ciudad de Londres y WallStreet que desindustrializó a los EE.UU. En cuanto a sus títeres y lobistas, afirma la juez patriota estadounidense Anna Von Reitz, no forman parte de un pantano, sino de un carnaval, con un espectáculo montando de fenómenos, arcadas, magos, payasos y algo tan malvado como el propio Espíritu de la Falsedad. Es de los pontífices romanos y la aristocracia europea de quienes hay que separarse para rescatar a los Estados Unidos.
Por Anna Von Reitz
Casi perdemos nuestro país a manos de corporaciones piratas y los directores extranjeros que las respaldan.
Casi nadie se mantenía su carácter propio y estatus, ni lo declaraba ni reclamaba su estatus político de nacimiento, por lo que “parecía” que los estadounidenses habían olvidado quiénes eran; o habían adoptado deliberadamente la Ciudadanía Territorial Británica a sabiendas o incluso la Ciudadanía Municipal de los Estados Unidos, que son extranjeras a los Estados Unidos.
Como resultado, no había nadie “con estatus” para hacer cumplir las Constituciones.
Los Territorios Británicos nunca tuvieron garantías o derechos bajo ninguna Constitución, ni tampoco los funcionarios del Gobierno Municipal Romano. Con todos identificados erróneamente o “voluntariamente” bajo estos estatus políticos extranjeros, las garantías constitucionales se volvieron discutibles.
No quedaba nadie para hacerlas cumplir o reclamarlas, mientras que nuestros antiguos empleados conspiraron activamente para evadir sus obligaciones constitucionales usando estas pretensiones.
Así es como pudimos tener a los oficiales del Rey sentados en los bancos de la Corte de Distrito gritando que la “Constitución no tiene nada que ver con mi corte y lo acusaré de desacato si vuelve a mencionar algo sobre la Constitución”.
Y ahora saben el resto de la historia sobre cómo los Estados Unidos fue casi exitosamente socavado desde adentro… por ignorancia, pereza y por subcontratistas extranjeros desleales que buscan usurparnos para su propio enriquecimiento y beneficio injusto.
No por los chinos. No por los rusos.
Por los Papas que actúan como Pontífices Romanos.
Por los monarcas británicos que actúan en violación de confianza.
Por todos sus pequeños patriotas y amigos en la UE y la ONU.
Por nuestros supuestos aliados y amigos.
Por “estadounidenses” como FDR y Jimmy Carter y Barack Obama.
Y esa es la parte horrible de La Verdad.
Estas son personas que están culturalmente alineadas con nosotros, que “hablan por hablar” sobre la libertad individual y el honor, personas que sin nosotros no habrían sobrevivido a la Segunda Guerra Mundial como naciones independientes, personas que no tendrían una nación restaurada y modernizada sin nosotros.
Y como les abrimos nuestros corazones y nuestras carteras, y les ayudamos, nos han etiquetado a nosotros, sus acreedores, como sus enemigos —y trataron de matarnos y trataron de matar a nuestro país también. Y lo han hecho estando en nuestra nómina.
El ataque de los japoneses a Pearl Harbor puede ser un día de infamia, pero hubo un día casi una semana antes que es aún más “infame”, el día en que FDR y su administración supieron del ataque y no hicieron nada, sólo se quedaron ahí y dejaron morir a miles de nuestros marineros y aviadores, para tener una excusa para entrar en la guerra del lado de Gran Bretaña.
Y durante setenta y cinco largos años después de esa traición, los monarcas británicos se han regodeado en nuestra sustancia, han traicionado nuestros mejores intereses y han mentido descaradamente al pueblo estadounidense.
El papel de los Papas ha sido aún peor, más hipócrita, más retorcido e inmoral.
Mientras pretenden ser los líderes espirituales del Cristianismo, los Papas han llevado una doble vida como Pontífices Romanos, líderes de la pagana “Religión Misteriosa” de Babilonia. Y en ese papel, han perpetuado y se han beneficiado de toda forma de maldad imaginable, incluyendo el manejo de un Mercado Negro dedicado a la compra, venta y comercio de las almas de sus feligreses, usando los Certificados de Bautismo como Certificados del Centro de Intercambio de Información.
Estos males son tan profundos y el maltrato es tan inmerecido, que aturde los sentidos y no tiene ningún sentido, hasta que nos damos cuenta de que nosotros mismos hemos sido tergiversados por hombres malvados, banqueros y políticos, que pretenden ser nuestros agentes y representantes.
Hombres como Joe Biden, que han demostrado ser criminales, que han faltado al respeto a su cargo, que han traicionado su confianza pública, que han intimidado a otros gobiernos, y que han actuado como chantajistas en nuestro nombre.
Hipócritas, intrigantes, desleales, cretinos, cobardes como John McCain y Harry Reid. Y los banqueros, que a su vez, manipularon estas pequeñas y mezquinas excusas para los estadounidenses para promover sus propios intereses a expensas de todos los demás en el planeta.
¿Cómo podíamos permitir que tales especímenes venales de la humanidad nos representaran, y mucho menos permitirles controlar nuestro dinero y activos?
¿Cómo podríamos fallar en nuestro deber de autogobierno?
Hagan una pausa un momento y observen a su alrededor. Esto no es un pantano. Es un carnaval, con un espectáculo de fenómenos, arcadas, magos, payasos, y algo malvado, el propio Espíritu de la Falsedad, acechando justo bajo la superficie de todo.
Estados Unidps tiene que despertar de esta situación de pesadilla abrazando la Verdad… sobre todos ellos, y sobre nosotros mismos también.
Nos hemos encontrado con el enemigo, y ellos son nosotros.
Hay estadounidenses que no son estadounidenses, así como hay judíos que no son judíos.
Fuente:
Anna Von Reitz — Yes, It’s True.
