Por Paul Craig Roberts
Los medios de comunicación estadounidenses ofrecen pocas noticias de Europa. Lo que se proporciona es estrictamente “interpretado”. En consecuencia, los estadounidenses desconocen lo que parece ser un levantamiento popular espontáneo, sin líderes, contra los encierros obligatorios y las máscarillas. Hay grandes manifestaciones en Alemania, y se han extendido a Viena y a Copenhague. El pueblo tiene más sentido común que los poderes públicos y rechaza los mandatos del Covid.
En los Países Bajos, el Tribunal de La Haya dictaminó que el toque de queda de Covid carece de base legal y “constituye una violación de gran alcance del derecho a la libertad de circulación y a la intimidad y limita, entre otras cosas, el derecho a la libertad de reunión y manifestación” [aunque horas después, un tribunal holandés reinstauró el toque de queda por coronavirus en un revés fulminante a la orden anterior de poner fin a una política ilegítima.]
Klaus Madersbacher, propietario del sitio web antikrieg.com, cree que los alemanes están asociando la campaña basada en el miedo que está imponiendo nuevos controles gubernamentales sobre la vida y las actividades de la gente con una agenda hegemónica estadounidense. Cree que se trata de un movimiento revolucionario de masas que ahora debería organizarse bajo un liderazgo para lograr la independencia de los países y sus pueblos.
Uno se pregunta si los insumisos estadounidenses son capaces de tener un temperamento revolucionario o si las únicas protestas que presenciarán los estadounidenses serán los disturbios de Antifa y BLM, financiados por el establishment, que saquean y queman negocios privados.
Este es el análisis de Madersbacher sobre lo que está presenciando:
Un nuevo movimiento de masas revolucionario
Por Klaus Madersbacher
QUERDENKEN es un movimiento revolucionario de masas dirigido contra el régimen alemán controlado por Estados Unidos, similar en esencia a la revolución del pueblo iraní en 1978 contra la dictadura del Sha en Irán, dirigida por Estados Unidos. Hay que destacar que la revolución iraní fue una revolución pacífica en cuyo transcurso las fuerzas de seguridad iraníes se negaron a luchar contra su propio pueblo. El mismo tipo de movimiento revolucionario parece estar surgiendo en los países bajo el dominio de los Estados Unidos de América.
En lugar de servir a su propio pueblo, los regímenes europeos sirven a los intereses de Washington, que parece impulsado a obtener la supremacía sobre el mundo por razones materiales y también como salida a la crisis económica en la que se encuentra.
El teatro con el coronavirus y en torno a él se escenifica con la intención explícita de distraer y de crear un miedo y un clima de inseguridad general que conduzca a medidas de control que posibiliten el poder hegemónico, lo que quizá resulte en un “reseteo global” que sirva a los intereses de unos pocos a costa de los de muchos. Es contra estas medidas que los alemanes y las naciones vecinas se están levantando en una disposición sin precedentes e imprevista para defenderse como pueblo y sociedad. Leo las protestas de los últimos meses como expresiones claras de que el pueblo alemán ya no está dispuesto a someterse a gobiernos títeres que no representan los intereses del pueblo.
Los alemanes y los europeos son utilizados como apoyo a la presión de Washington/OTAN contra Rusia y Asia, lo que va claramente en contra de los intereses europeos. Si se logra una cooperación espontánea entre los pueblos europeos, las aspiraciones de Washington serán derrotadas y se formarán gobiernos representativos en lugar de los estados títeres de Washington.
Dado que los gobiernos europeos en el poder no están dispuestos ni son capaces de representar los intereses de sus pueblos, han perdido la confianza de la gente y han perdido el derecho a permanecer en el poder. Se pueden seguir los pasos prescritos por la Constitución en la medida de lo posible para destituirlos.
Primeros pasos/medidas
Como primer paso, debe elegirse un consejo revolucionario formado por dos o tres miembros por estado federal.
El consejo revolucionario no aceptará ninguna orientación de la UE, de Washington o de cualquier acuerdo que limite el ejercicio de la soberanía nacional.
Las instituciones gubernamentales y financieras existentes seguirán funcionando, pero el consejo revolucionario restablecerá todas las libertades civiles, como la libertad de circulación, la libertad de ingresos, la libertad de expresión, la libertad de reunión y la libertad de viajar. A continuación, se reconstruirá cuidadosamente la estructura institucional del gobierno para que sea coherente con los derechos humanos y el bienestar nacional.
Se revocarán las medidas de control de Covid.
Se detendrá la campaña del miedo y se utilizará el debate público abierto de expertos médicos y científicos independientes para determinar las medidas razonables para proteger a la población del Covid.
Se revocarán los despidos, los ceses y los embargos resultantes de las ordenanzas sobre Covid.
Se devolverán las multas y sanciones cobradas en virtud de las ordenanzas Covid, y se anularán las sentencias judiciales contra los ciudadanos en virtud de las ordenanzas Covid.
La revolución iraní contra el Sha demuestra que los movimientos revolucionarios de masas pueden ser pacíficos. Para reconstruir el Estado al servicio del pueblo, se requiere un requisito constitucional que permita la aprobación de ninguna ley que no pueda demostrarse en un debate abierto que sirve al pueblo por encima de los intereses organizados. Para proteger el interés del pueblo, se utilizará la escuela para apoyar el espíritu de que el honor, y no los intereses materiales o el servicio a la ambición, es la base del servicio gubernamental.
Estos objetivos idealistas nunca se alcanzarán plenamente, pero su cultivo consciente puede preservar la libertad de los pueblos europeos.
Fuente:
Dr. Paul Craig Roberts — Is a Revolutionary Movement Developing in Europe?