Por Mente Alternativa
Neuralink Corp, la empresa de implantes cerebrales de Elon Musk, anunció el 25 de mayo que recibió la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para realizar ensayos clínicos en humanos. Según la revista Time, “la startup de Elon Musk está desarrollando un dispositivo que pretende ayudar a personas con parálisis o lesiones cerebrales traumáticas a controlar un ordenador utilizando sus pensamientos.”
We are excited to share that we have received the FDA’s approval to launch our first-in-human clinical study!
This is the result of incredible work by the Neuralink team in close collaboration with the FDA and represents an important first step that will one day allow our…
— Neuralink (@neuralink) May 25, 2023
“Este es el resultado del increíble trabajo del equipo de Neuralink en estrecha colaboración con la FDA y representa un importante primer paso que algún día permitirá que nuestra tecnología ayude a muchas personas”, dijo la compañía el jueves en un tuit.
Obtener esta aprobación fue fácil, gracias a una orden ejecutiva que el presidente Joe Biden firmó el lunes 12 de septiembre de 2022, en la que básicamente declara que los estadounidenses deben renunciar a todos los derechos humanos que se interpongan en el camino del transhumanismo.
Con esa misma facilidad, el polémico transhumanista, quien que suele presentar a así mismo como un disidente e impulsor de causas como la libertad de expresión, adquirió Twitter, una corporación que cualquier persona informada sabe que es una operación psicológica del complejo militar industrial de los Estados Unidos envuelta en celofán corporativo.
Para acrecentar su aureola de bondad, Musk habló recientemente con el periodista de oposición controlada Tucker Carlson sobre los peligros de la inteligencia artificial, lo cual ha hecho que gran parte del sector de disidencia-con-memoria-de-cortísima-duración, ya lo perciba como un auténtico disidente.
La realidad es que Musk es un caballo de Troya que promueve la agenda transhumanista del Foro Económico Mundial del hijo de colaboradores nazis, Klaus Schwab.
Musk es el mayor contratista militar del complejo militar industrial para la producción de satélites Starlink usados en la guerra delegada de la OTAN en Ucrania y otros conflictos cuyo objetivo es el cambio de régimen. Su compañía Tesla trabaja actualmente en un prototipo de impresora de vacunas ARNm 3D (CureVac). Karen Kingston, una analista estadounidense de biotecnología con más de 20 años de experiencia que trabajó con Pfizer demostró que por definición la inyección Covid-19 de ARNm es un arma de guerra biológica según la legislación estadounidense que define las armas biológicas como cualquier agente biológico, toxina o vector, incluidas las vacunas con tecnología de ARNm.
Elon Musk no es un renegado antiestablishment, sino un contratista masivo del Pentágono