Esta es al menos la segunda señal en los últimos días de los centros de pensamiento estadounidenses sobre la dirección en la reestructuración del ejército estadounidense y la visión que probablemente tendrá el Pentágono bajo un mandato de Trump. Además, estas señales son coherentes e incluso citan directamente el resonante “Proyecto 2025”, que podría convertirse en el documento programático del segundo mandato del presidente electo.
Por Elena Panina
El estado debilitado del ejército estadounidense hace necesario consolidar activos estratégicos bajo el control del Pentágono, con el fin de reducir el riesgo de una confrontación convencional con otras potencias y ganar el tiempo necesario para reconstruir las fuerzas armadas y restablecer la disuasión estratégica de Estados Unidos.
Robert Greenaway, de The Heritage Foundation, un grupo de expertos conservador que en los últimos meses ha trabajado en el “apoyo ideológico” para un nuevo mandato presidencial de Trump, escribe sobre este tema.
Para “atravesar un período militarmente peligroso para Estados Unidos,” Greenaway sugiere concentrar todos los recursos posibles en un solo centro, aumentando así la eficiencia en la distribución de los recursos limitados. Como referencia, menciona la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), creada en 1941 para un propósito similar: “consolidar capacidades distribuidas en todo el gobierno de Estados Unidos para ganar la Segunda Guerra Mundial”.
Es interesante que Greenaway observe cómo, durante la Guerra Fría, las tareas de la OSS se modificaron, esta oficina fue disuelta y sus unidades se distribuyeron entre diferentes departamentos y agencias. El analista destaca que las amenazas han cambiado nuevamente desde entonces.
Este planteamiento parece ser un reconocimiento de la actual situación de amenaza para Estados Unidos, que se asemeja más a la Segunda Guerra Mundial que a la Guerra Fría, debido a un componente militar cada vez más relevante para afrontar los desafíos actuales. Greenaway señala que el Pentágono fue seleccionado como el centro de esta consolidación porque ningún otro departamento tiene la capacidad y el potencial para cubrir toda la gama de “frentes” en la confrontación con Rusia y China. Según su análisis, los esfuerzos paramilitares de agencias como la CIA demostraron ser ineficaces en Vietnam.
Esta es al menos la segunda señal en los últimos días de los centros de pensamiento estadounidenses sobre la dirección en la reestructuración del ejército estadounidense y la visión que probablemente tendrá el Pentágono bajo un mandato de Trump. Además, estas señales son coherentes e incluso citan directamente el resonante “Proyecto 2025“, que podría convertirse en el documento programático del segundo mandato del presidente electo.
No hay prácticamente ninguna duda de que el “nuevo Washington” planea dedicar los próximos años a un rearme de emergencia. Este proceso se basará en la experiencia ucraniana y en el avance de la tecnología, buscando devolver a Estados Unidos a su posición habitual de fuerza militar dominante a nivel global, suficiente para hacer frente a China. Este plan también implica reducir los costos de conflictos secundarios, como el de Ucrania, que Estados Unidos pretende trasladar a Europa, además de emprender una “caza” de recursos, tecnología y financiación.
Mientras tanto, en su reconfiguración, Washington ejercerá presión sobre sus oponentes mediante intensas operaciones especiales. ¿Paz en Ucrania? ¿Qué paz podría haber en Ucrania?