En una publicación titulada “El examen externo por homólogos de la prueba RTPCR para la detección del SARS-CoV-2 revela 10 defectos científicos importantes a nivel molecular y metodológico de consecuencia para los resultados falsos positivos”, veintidós científicos internacionales de renombre [1] reunidos en el Consorcio Internacional de Científicos en Ciencias de la Vida (ICSLS), solicitaron que se retire el estudio de Cornam-Drosten que se usó para establecer la prueba PCR como método idóneo de diagnóstico de SARS-CoV-2, debido a graves errores científicos y a un conflicto masivo de intereses. Entre los científicos de ICSLS figuran el antiguo jefe de investigación de Pfizer, Dr. Michael Yeadon.
El estudio de Cornam-Drosten, en el que el profesor Christian Drosten desempeñó un papel importante, es uno de los estudios-modelo que se usaron para establecer a la prueba PCR como modelo de diagnóstico del SARS-CoV-2. El estudio ha sido sometido a un proceso de examinación independiente por veintidós científicos internacionales de renombre, cuyo veredicto condena que el estudio contiene nueve errores científicos graves y tres inexactitudes menores.
El 27 de noviembre de 2020, los veintidós científicos de ICSLS presentaron una solicitud a la revista Eurosurveillance para retirar el estudio y retractarse de su promoción.
Irónicamente, el editor de la revista Eurosurveillance es el propio Profesor Drosten, quien sometió el estudio de Cornam-Drosten a un proceso de revisión que ahora demuestra haber sido superficial. Sin embargo, Drosten lo publicó en su revista en un tiempo récord de dos días.
Los puntos clave de la crítica de ICSLS al estudio de Cornam-Drosten son:
1. El diseño de los cebadores es inadecuado: composición de base inexacta, contenido de GC demasiado bajo, concentraciones demasiado altas en la prueba. La única PCR (N-gen) científicamente relevante se muestra, pero no se verifica y no se recomienda para la prueba por parte de la OMS.
2. La temperatura de unión se elige demasiado alta, de modo que se promueve la unión inespecífica, lo que significa que también pueden detectarse secuencias de genes distintos de los del SARS-CoV-2.
3. El número de ciclos se indica en el documento como 45, un umbral hasta el cual la reacción se considera verdaderamente positiva no está definido para el valor de CT. Se sabe en general que las pruebas de PCR con un número de ciclos superior a 30 regularmente no permiten sacar conclusiones sobre la contaminación de la muestra con el virus buscado.
4. No se ha realizado ninguna validación biomolecular, por lo que no hay confirmación de que los productos de amplificación sean auténticos, se produzcan realmente y detecten también la secuencia buscada
5. No se realizaron controles positivos ni negativos con respecto a la detección del virus.
6. No se dispone de instrucciones de manipulación normalizadas que garanticen la repetición de las pruebas en los laboratorios de los usuarios en las mismas condiciones.
7. Existe el riesgo de obtener falsos resultados positivos debido a la imprecisión del diseño de la prueba.
8. En vista del brevísimo período que transcurre entre la presentación y la publicación del estudio, es muy poco probable que se haya realizado un proceso de examen por homólogos. Si se ha realizado un examen por homólogos, éste ha sido inadecuado porque no se han encontrado los errores, incluidos los errores formales.
9. Existen conflictos de intereses masivos para al menos cuatro de los autores, además del problema de que dos de los autores (el Prof. Drosten y Chantal Reusken) son miembros del consejo editorial de Eurosurveillance. El 29 de julio de 2020 se revelaron dos conflictos de intereses: Olfert Landt es el director general de TIB Molbiol, Marco Kaiser es investigador senior de GenExpress y asesor científico de TIB Molbiol. Estos conflictos de intereses no se explicaron en la versión original del estudio, todavía faltan en la versión publicada en PubMed. TIB Molbiol es la compañía que supuestamente fue la “primera” en producir los kits de PCR (Light Mix) basados en el protocolo publicado en el manuscrito de Corman-Drosten. Según la propia declaración de la compañía, ésta ya había distribuido los kits de prueba antes de que el estudio se presentara para su aprobación.
Victor Corman y el Prof. Drosten han omitido declarar sus dos afiliaciones: trabajan no sólo en la corporación pública Charité, sino también en el Labor Berlin Charité Vivantes GmbH. En el laboratorio, que lleva a cabo pruebas de PCR en tiempo real, son responsables del diagnóstico de los virus.
La palabra de los expertos implicados en el estudio independiente pesa mucho, ya que han concentrado su experiencia en el campo en cuestión. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, el antiguo jefe de investigación de Pfizer, Dr. Michael Yeadon, el genetista Kevin McKernan, el principal iniciador del Proyecto Genoma Humano, que posee varias patentes en el campo del diagnóstico por PCR, el genetista molecular Dr. Pieter Borger, el especialista en enfermedades infecciosas y medicina preventiva Dr. Fabio Franchi, el microbiólogo e inmunólogo Prof. emérito Dr. Makoto Ohashi y la bióloga celular Prof. Dr. Ulrike Kämmerer.
Notas
[1] Pieter Borger, Bobby Rajesh Malhotra, Michael Yeadon, Clare Craig, Kevin McKernan, Klaus Steger, Paul McSheehy, Lidiya Angelova, Fabio Franchi, Thomas Binder, Henrik Ullrich, Makoto Ohashi, Stefano Scoglio, Marjolein Doesburg-van Kleffens, Dorothea Gilbert, Rainer Klement, Ruth Schruefer, Berber W. Pieksma, Jan Bonte, Bruno H. Dalle Carbonare, Kevin P. Corbett, Ulrike Kämmerer.
NIH admitió que la prueba PCR del Covid es engañosa e inútil cuando se realiza a 35 ciclos o más
Fuentes:
Corman-Drosten Review Report — Retraction request letter to Eurosurveillance editorial board.
Corman-Drosten Review Report — External peer review of the RTPCR test to detect SARS-CoV-2 reveals 10 major scientific flaws at the molecular and methodological level: consequences for false positive results.
2020 News — Drosten-PCR-Test-Studie: Rückzugsantrag gestellt wegen wissenschaftlicher Fehler und massiver Interessenkonflikte.