Por Gretchen Small
A primera hora de la mañana del lunes, el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela anunció que el presidente Nicolás Maduro había sido reelegido presidente en las elecciones del domingo 28 de julio, por un margen de 51,2% a 44,2%, sobre el principal candidato de la oposición Edmundo González. La fuerza opositora que apoyaba a González, liderada por la ideóloga neoliberal María Corina Machado, anunció que su candidato había obtenido un aplastante 70% de los votos, y pidió el reconocimiento internacional.
El hecho de que el gobierno no haya hecho públicos los resultados de cada circunscripción para respaldar la decisión del CNE es noticia en todo el mundo, pero, como señaló el Asesor Especial de Política Exterior del Presidente brasileño Lula da Silva, Celso Amorim, que estuvo en Caracas para las elecciones, la oposición tampoco ha hecho pública aún la documentación que respalde su afirmación de una victoria aplastante.
Sin embargo, una cosa está muy clara. Las mismas potencias de la OTAN que inventaron el fraude de que el “don nadie” Juan Guaidó era «Presidente» de 2019-2022, robando las reservas de divisas de Venezuela mantenidas en el extranjero para financiar ese fraude a lo Gilbert y Sullivan, están hiperventilando que esta vez, el gobierno de Maduro, que es parte de la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de China y ha solicitado unirse a los BRICS, puede ser derrocado, que la región puede ser polarizada entre «derecha» e «izquierda», y que el caos y el conflicto pueden ser desatados en toda la región —posiblemente requiriendo la intervención de Estados Unidos para restablecer la «calma». El Consejo Atlántico y los medios de comunicación de Wall Street (Bloomberg es un buen ejemplo) están lanzando sin parar la línea de que las protestas de la oposición van a estallar, y que de este modo se puede inducir a los militares de Venezuela a dividirse por la crisis.
Fuente:
Gretchen Small, en EIR: Venezuelan Elections Kick Off South American Crisis. July 29, 2024.