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Henry Kissinger anuncia la ‘era postCovid-19’ y el derrumbe del ‘orden liberal mundial’

Henry Kissinger, un agente del Imperio Británico, tal y como él mismo lo reconoció, en 1982, en un discurso en Chatham House

En un podcast titulado Los secretos de los Windsor, Daniel Estulin describe así a Henry Kissinger:

“¿Quién era el secretario de Estado del presidente Nixon? Henry Kissinger, un agente del Imperio Británico, tal y como él mismo lo reconoció, en 1982, en un discurso en Chatham House —es decir, el Instituto Real de Asuntos Internacionales en Londres, es decir, la Mesa Redonda. Kissinger era gran amigo del Barón Caccia (nobleza negra / imperio británico). La vinculación de Kissinger con la élite liberal financista de Hollywood es muy bien conocida. Así que Kissinger resultó ser la clave en las operaciones de los liberales financistas. Hoy en día, Kissinger es el enlace entre los Rothschild, es decir, la corona británica (Proyecto global Nueva Jerusalén), el enlace con Rusia (Proyecto global Gran Eurasia) y el enlace también con China (Proyecto global Gran Datung —o Gran Unión).” 

 

henry kissinger

El Príncipe Carlos con Henry Kissinger.

 

Henry Kissinger

Henry Kissinger divierte a la Princesa Diana.

 

Red Voltaire: Henry Kissinger anuncia la ‎era postCovid-19

El ex secretario de Estado estadounidense Henry Kissinger afirmó en el Wall Street Journal que ‎la pandemia de coronavirus debe modificar definitivamente el orden mundial. ‎

El pasado 26 de marzo, el ex primer ministro británico Gordon Brown ya había publicado en el ‎‎Financial Times un texto reclamando una especie de gobernanza mundial, igualmente a raíz de ‎la pandemia.‎

Kissinger y Brown siguen la misma lógica. Según ellos, sin la instauración de algún tipo de ‎autoridad global no será posible reactivar la economía mundial cuando termine la pandemia.

Tanto Henry Kissinger como Gordon Brown son miembros de la Pilgrims Society, que se compone ‎de un selecto grupo de personalidades estadounidenses y británicas, encabezado por la reina ‎Isabel II.

El 11 de septiembre de 2001, minutos antes de la devolución de los poderes presidenciales a ‎George Bush hijo –poderes que habían sido asumidos por el general Ralph Eberhart– y de la ‎alocución del propio Bush a la ciudadanía estadounidense, Henry Kissinger fue el primero en ‎anunciar, en el sitio web del Washington Post, la futura «guerra sin fin».

Henry Kissinger

Henry Kissinge, el Principe Fahd bin Abdulaziz al Saúd y Richard Nixon.

 

Alfredo Jalife: Kissinger teme más el derrumbe del ‘orden liberal mundial’ que al Covid-19

El mismo día que EU alcanzó 10 mil muertos por el Covid-19, el índice Dow Jones se disparó 7.7 por ciento.

La “intoxicación bursátil” de EU no es compartida por la mayoría de los otros rincones del planeta que propenden al humanismo.

La cosmogonía geopolítica de EU, desalmada e hiper materialista, tampoco es compartida por otras civilizaciones: Europa, Rusia, China, India y el Mundo Islámico (mil 800 millones y 57 países).

 

Henry Kissinger

Henry Kissinger y Xi Jinping.

A Kissinger, de 96 años (recluido en Nueva York: epicentro de la pandemia), se le derrumbó su caduco “Orden Mundial”, donde pregona el regreso del Estado-Nación de Westfalia de 1648, bajo la égida de EU: escrito seis años más tarde a la crisis de 2008.

Cuando aún no llegaba su aliado Trump al poder, exhortaba un G-2 “cultural” de la raza blanca de EU con Rusia contra China (raza amarilla de “cultura” diferente), luego de que, en 1971, operó el acercamiento de EU con China contra la ex URSS. ¡El poder por el poder: sin escrúpulos!

Ahora proclama que “la pandemia alterará para siempre el orden (sic) mundial” cuando “EU deberá proteger a sus ciudadanos de la enfermedad, mientras inicia el trabajo urgente de planificar una nueva época”.

Otro “G-2” tras bambalinas, la asociación estratégica de China y Rusia, dejó plantado a Kissinger, quien goza de enorme influencia con el eje Trump/Jared Kushner/Netanyahu, por lo que su punto de vista, más que reflejar la nueva realidad geoestratégica, delata el accionar de EU a nivel doméstico y foráneo.

henry kissinger

Henry Kissinger y Benjamín Netanyahu.

Concede que “en un país dividido (sic) un gobierno eficiente y de largo (sic) alcance es necesario”, donde la “confianza pública es crucial”. ¿Golpismo sumado de irredentismo supremacista?

Evoca una perogrullada: “cuando la pandemia haya concluido, varios (sic) países serán percibidos en sus fracasos”, sin importar qué tanto “el juicio de valor sea correctamente objetivo”. Repite lo consabido sobre el colapso del sistema de salud de EU y no evalúa que sea uno de los peores del mundo: basado en ganancias que benefician al Big Pharma que obtiene un millón de millones de dólares al año.

Felicita a Trump por “haber realizado un trabajo sólido (¡mega-sic!) para evitar la catástrofe (sic) inmediata” cuando una “exitosa (sic) vacuna está de 12 a 18 meses de distancia”.

Sustenta su supremacista “orden mundial”, hoy (trans)mutado, cuya “urgente tarea” debe ir en “paralelo (sic) a la transición (sic) del orden post coronavirus”, basado en el Plan Marshall y el Proyecto Manhattan a implementar en tres “áreas”.

Sus dos primeras “áreas” versan en banalidades: 1. “Fortalecer la resiliencia global a las enfermedades infecciosas”; y 2. “Luchar para curar las heridas de la economía mundial”, con el fin también de “impedir el caos en las poblaciones mas vulnerables del mundo”. ¿De cuando acá Kissinger se preocupa por los desposeídos?

Su tercera “área” es notablemente supremacista: “salvaguardar los principios del orden mundial liberal”, con ideas caducas del pretérito pluscuamperfecto: “las democracias del mundo necesitan defender y sostener sus valores de la Ilustración (sic)”. ¿Cuáles valores? ¿Cuál Ilustración? Cuando EU se consagró a imponer su unipolaridad barbárica.

Juzga que “el tema milenario de legitimidad y poder no puede ser resuelto en forma simultánea con el Covid-19 encima” por lo que exhorta a la “moderación (¡súper-sic!) en todos lados”: en la “política doméstica” y en la “diplomacia internacional”. ¿Alienta un golpe de Estado?

Sputnik cataloga la visión de Kissinger de “pronóstico sombrío”.

Kissinger urge descubrir una curación para el coronavirus y la necesidad de proteger al “orden mundial liberal”, ya que de otra forma el “mundo se incendiará”. ¿Amenaza con el “síndrome Sansón”?

Se equivoca Kissinger, que no sabe nada de economía ni de medicina ni de humanismo: el Covid-19, más temprano que tarde, tendrá su tratamiento, pero su “orden mundial liberal” no tiene curación porque ya había fenecido mucho antes de la pandemia.

Las jeremiadas de Kissinger suenan huecas y a destiempo.

donald trump y henry kissinger

Donald Trump y Henry Kissinger

Fuentes:

Red Voltaire — Henry Kissinger anuncia la ‎era postCovid-19‎.

Alfredo Jalife / La Jornada — Kissinger teme más el derrumbe del “orden liberal mundial” que al Covid-19.

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