Por Executive Intelligence Review
31 de marzo de 2021 (EIRNS)-A pesar de los frenéticos esfuerzos del programa de eterna emisión cuantitativa de la Reserva Federal y de la “flexibilización” financiera similar de otros emisores de moneda en el mundo transatlántico, el inevitable estallido financiero que sigue a décadas de colapso de la productividad física del mundo transatlántico -un colapso que resulta aún más asombroso y enfermizo cuando se contrasta no con el pasado, sino con lo que podría haber sido el presente- está impulsando a los actuales aspirantes a gobernantes del Olimpo a promover, sin tapujos, políticas de reducción directa de la población mediante una política económica y una guerra suicidas.
Pero estas políticas ya no pueden ser forzadas.
El orden mundial unipolar posterior a la URSS, en el que la “relación especial” anglo-estadounidense ejercía un poder enorme e indiscutible -en los frentes militar, financiero y político- ha terminado. El informe sobre “derechos humanos” del Departamento de Estado de Estados Unidos para 2020, que acaba de publicarse, no deja de hacer afirmaciones sobre el “genocidio” en China, afirmaciones que no están respaldadas por los hechos sobre el terreno y para las que ya no se pueden obtener numerosas declaraciones de acuerdo de otras naciones bajo la amenaza de perder la gracia de Estados Unidos.
La enorme hipocresía, la gran disparidad entre, por un lado, las afirmaciones de apoyo a los derechos humanos con, por otro, la realidad de Afganistán, Irak, Libia, Siria, Irán y Yemen, este abismo no puede ser ignorado. Como ha dicho hoy la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Hua Chunying, “Estados Unidos no tiene ningún derecho a criticar a China en materia de derechos humanos. Que caiga el telón de esta obra de teatro montada por Estados Unidos. Es hora de que los políticos estadounidenses despierten de su Show de Truman”.
La naturaleza de la reciente discusión entre Macron, Merkel y Putin, en la que se reafirmó la necesidad de adherirse a los Acuerdos de Minsk y se planteó el potencial uso de la vacuna Sputnik V, es sólo un ejemplo de cómo el mundo unipolar se está desmoronando. La propuesta del Presidente de Finlandia de celebrar el 50º aniversario de los Acuerdos de Helsinki reuniendo a Estados Unidos, China y Rusia para debatir las cuestiones climáticas y del Ártico, aunque está fuera de lugar en los temas propuestos, es correcta al identificar a los participantes necesarios. El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, hizo una referencia similar a la formación de la OSCE a raíz de los Acuerdos de Helsinki cuando propuso, durante la Conferencia de Valdai en Moscú, una plataforma que incluyera a todas las partes interesadas de la región del sudoeste de Asia, el Golfo Pérsico y el norte de África para alcanzar acuerdos definitivos en relación con Siria, Libia, Irán y los Estados árabes del Golfo, y el conflicto árabe-israelí.
La independencia de acción de Rusia y sus brillantes intervenciones estratégicas, junto con el meteórico ascenso económico de China a través de políticas que antes caracterizaban a Estados Unidos y que ahora China exporta de forma cada vez más mundial, están cambiando el mundo. Los términos de Londres, dictados para los taquígrafos estadounidenses y europeos, ya no tienen vigencia.
Mientras algunos tanques transatlánticos siguen deshonrándose vendiendo fantasías sobre la Iniciativa del Cinturón y la Ruta como una trampa neocolonialista para la deuda, muchos otros se están dando cuenta de que no pueden despreciar la enorme iniciativa china. Mientras algunos buscan oportunidades para desprestigiar el historial de China en materia de Covid, no se puede negar la realidad de las exportaciones de vacunas de esa nación. Donde Estados Unidos ofrece contratos de armas y amenazas, las empresas chinas ofrecen infraestructura y financiación. Donde el Reino Unido trae el caos en el suroeste de Asia, Rusia ofrece un camino hacia la estabilidad regional.
El mayor flanco con el que cuentan los británicos es la propuesta de suicidio en masa conocida como el Gran Reseteo, la política de reducción de la población más destructiva, sin llegar a un conflicto militar real, que amenaza al mundo en la actualidad. Para que Estados Unidos y Europa no se hundan en una condición histórica mucho peor que la mera irrelevancia, la política del Gran Reseteo, y la fraudulenta perspectiva maltusiana que sirve para promoverla, deben ser derrotadas y sustituidas.
¿Pero con qué?
La magnífica Conferencia del Instituto Schiller del 20 y 21 de marzo demostró la calidad de la deliberación reflexiva, polémica y agápica que se requiere, así como el poder de la dinámica internacional creada en parte significativa a través de los esfuerzos del movimiento LaRouche, para dar forma a ese futuro mejor. Prepárense para la próxima conferencia del Instituto, que se celebrará en mayo, emprendiendo acciones en los próximos días y semanas para aplastar el Gran Reseteo y dar vida al potencial económico físico de la especie humana creativa.
El mundo en una encrucijada: A dos meses del nuevo gobierno de Estados Unidos
Fuente:
Crushing the Great Reset in a Non-Unipolar World, EIR lead editorial for Thursday, April 1, 2021.
