Tras la ola de denuncias por parte de víctimas de abuso sexual por parte de sacerdotes del Instituto Provolo de Verona —una estructura religiosa para sordomudos— el sacerdote Eligio Piccoli confiesa desde su retiro las actividades pedófilas que se desarrollan habitualmente en la institución. Aunque el Vaticano reconoció los crímenes, la Magistratura italiana los declaró prescritos, nunca abrió una investigación y ningún cura implicado en el escándalo de Provolo fue excomulgado. Todos los testimonios fueron guardados en secreto por el Vaticano y al día de hoy ninguna de las víctimas ha sido indemnizada.
El escándalo del Insituto Provolo
En 2009, sesenta y siete discapacitados denunciaron que en su infancia fueron abusados por un grupo de curas cuando eran alumnos del Instituto Provolo de Verona, Italia, una estructura religiosa para sordomudos. De acuerdo a testimonios recientes, los abusos se prolongaron hasta hace unos años. Las víctimas eran todos niños sordomudos cuya discapacidad les impedía contar los abusos. Muchos de los curas acusados ya murieron, otros fueron trasladados a Argentina, y algunos todavía están vivos. Gracias a audífonos de última generación, las víctimas ahora pueden contar los horrores que sufrieron.
“Cuando llegué al Provolo tenía tres años y medio. Lo vi todo, fue una tortura terrible. La primera vez que abusaron de mí tenía 6 ó 7 años. Me hacía quitar los pantalones. Me masturbaba y me sodomizaba.”
“Llegaron 3 ó 4 curas y me hicieron girar. Me hicieron separar las piernas. Empezaron a tocarme con las manos en las partes privadas. Después me sodomizaron.”
“Me decía que abriera mi boca, pero a mí me daba asco. Los abusos continuaron hasta el sadomasoquismo. Me metía los dedos por detrás. Me lo metió todo adentro, con violencia. Y desde entonces… Yo no entendía, era tan pequeño. Nunca grité, no podía hablar…”
“—¿Tú en esa época no hablabas para nada?
—No. Tampoco podía oír mi voz.
—Entre los que todavía están vivos, ¿quién abuso de ti?
—Don Piccoli. Aquel cura es terrible.
—Yo sufrí muchas veces abusos por Don Piccoli en forma de masturbación. Me llevó al confesionario, me hizo desnudar y me sodomizó.
—¿Cómo se llama?
—Don Eligio Picoli.”
Confesiones del sacerdote pedófilo Eligio Piccoli
Don Piccoli ahora se encuentra alojado en una estructura vaticana en Negrar, cerca de Verona.
“—¿Don Piccoli, en qué habitación está?
—¿Quién los conoce acá? Preséntense que no os conozco.
—Somos sus ex-alumnos del instituto. Usted sabe, en Verona a menudo se hablaba de los escándalos del Instituto Provolo. Y me dieron ganas de saber si esos rumores eran ciertos.
—Pasado, pasado.
—Esas cosas que dice la Asociación de Sordos, ¿son ciertas?
—Algo es cierto, hay mucho de cierto, pero puesto que son corruptos.
—¿Quién?
—Los sordomudos son todos corruptos y tienen intereses como para asegurarse.
—¿Pero esos rumores son ciertos?
—Ciertos, ciertos, sí.
—¿Se hacía también sexo con los niños, masturbación?
—Sí. Había un asistente de Bacacari, al que dijeron ‘O vas a América o vuelves a casa.’ Y él prefirió irse a casa. Después estaba aquel hermano, que se llama Sergio Orso, era profesor de deportes de niños sordos. Dentro del vestuario, mientras los chicos se cambiaban, les decía: ‘Cierren la puerta con llave.’ Les hacía quitar los pantalones y después el asistente iba a ver (risas).
—¿Qué iba a ver? ¿Qué hacía?
—Los visitaba (risas).
—¿Le metía mano?
—Sí, también. Tomaba los miembros masculinos también. Se tocaban, se masturbaban. Era débil, querido, débil. ¿Qué se le va a hacer?”
El Hermano Sergio Orso confesó los abusos en una entrevista al semanario L’Espresso.
“—¿Cuántas veces abusó de ellos?
—Una o dos veces al mes. A veces más a menudo.
—¿Y por cuánto tiempo se prolongaron los abusos?
—Por muchos años. Yo no recuerdo exactamente, pero muchos, muchos años. Todos éramos muy jóvenes y no me di cuenta, entonces era un simple asistente. Lo hacían en todas partes, también en otras instituciones. Era normal, aunque un mal hábito.”
(Fuente: Entrevista al diario L’Espresso, 2009)
“—Después estaba Spinelli, que hacía ‘chistes de mano.’ Estaba Don Rino. Después estaba Don Danilo, que está muerto. ¡Era el profesional!
—Es decir, abusaba.
—Cáspitas tocaba. Tocas, tocas, se pone duro, ¡ya sabes como es, hombre!
—¿Entonces era una cosa común, frecuente?
—En esa época sí.
—¿Es decir que lo hacían un poco todos los curas?
—Un poco todos, sí, sí.
—¿También sexo?
—Sí, sí.
—Y los sacerdotes, cuando se descubrían los abusos, ¿eran retirados?
—Estaba Don Turati, por ejemplo, que hizo esas cosas, y luego lo enviaron América.
—¿Eran enviados a otros países cuando se descubría que habían abusado de los niños?
—Sí, a Argentina.
—Todos estos sacerdotes del Instituto Provolo que eran enviados a Sudamérica eran pedófilos?
—No todos, no piense mal, algunos.”
Los curas más pedófilos son enviados a Sudamérica
Incluso después de su transferencia seguían abusando de niños. Esta información fue avalada por una investigación de la Magistratura argentina que recientemente detuvo dos curas de Provolo. Uno de los dos detenidos es Don Nicola Corradi, cuyos abusos an sido denunciados varias veces en Italia.
“Don Nicola Corradi, cuando era clérigo del Instituto, mientras yo estaba en el baño, vino y abusó de mí masturbándome.”
“—Hay todavía curas acusados de pederastía?
—Sí, por cierto, están todavía todos allí. Don (…) por ejemplo es uno de ellos, acusado or Giuseppe Consiglio y otra víctima. Todavía está en Provolo. No está controlado, entonces tiene la posibilidad de estar en contacto con niños.” (Fuente: Francesco Zanardi, Presidente de Rete L’Abuso Onlus)
Los abusos tenían lugar en la Iglesia de Santa María del Pianto. La iglesia se encuentra justo entre el Instituto Provolo y el Instituto Gresner. Gresner es un instituto para sordomudos dirigido por monjas. Según testimonios, eran las monjas quienes acompañaban a los niños a la confesión.
“—Los niños del Gresner venían acompañados en grupo, y venía una monja con cada grupo. Tenías que ver que cosa grande era aquello. Yo la única broma que hice fue con un chico, que toqué donde no debía. Era un chico que siempre venía a verme a la habitación. Porque era tierno, mientras los otros estaban jugando, él no jugaba. Hacía frío y le dije: ‘Ven a mi habitación que hace frío afuera.’ Y en un momento me hizo ver su miembro.
—¿Por qué lo tocaste? ¿Por qué te gustaba?
—Fue él quien me hizo ver su miembro.
—¿Él por su propia voluntad?
—Sí, sí.
—Me mostraba lo que hacía con los niños y luego le vino una erección. Y en un momento perdí la cabeza yo también. Lo agarré por detrás y dije: ‘¡Leche!’ ¡Y eso es todo! Fue la única vez.
—De cualquier modo, lo que ocurrió en su habitación es un pecado, ¿cierto?
—No, depende. Porque machos con machos era una broma, eran bromas aquellas. En cambio si se hace con una mujer se vuelve más grave. ¿Qué es un pecado? Es la diversión del mal, el deleite del mal. Pero si es por necesidad, por una broma como esa, no pasa nada. Es como cuando se tiene el vicio de fumar, acá se tiene el vicio de ventilar, y entonces… Pero es cierto que cuando uno se ha confesado, tiene el deber de olvidar.” (Fuente: Eligio Piccoli)
José Bergoglio se negó a recibir a las víctimas hasta que fue Papa
Las víctimas pidieron una entrevista a José Bergoglio en esa época obispo de Buenos Aires.
“Cuando él era Cardenal en Argentina, nosotros víctimas de abuso intentamos encontrarlo y nunca nos recibió, ni siquiera cuando él era Cardenal. Y él lo sabía, estoy segura que lo sabe.” (Juliete Añazco, víctima de abuso)
Entre 2012 y 2014, diversas víctimas de abuso escribieron cartas al Vaticano, incluyendo los nombres de los sacerdotes —aún con vida— implicados en los abusos. Sin lugar a dudas el Vaticano está informado acerca del problema. De hecho el Vaticano reconoció los abusos, pero sólo algunos de los curas recibieron sanciones muy leves.
Las víctimas del Instituto Provolo escribieron cartas al Vaticano en 2013 y 2014, que no tuvieron respuesta, por lo que decidieron ir a Roma a entregar la carta personalmente al Papa. Los denunciantes solicitaron un juicio justo, pero no ocurrió así. El papa Francisco les pidió perdón y pidió que rezaran por él, y eso fue todo.
Guiseppe Consiglio, víctima de abuso sexual del Instituto Provolo participó en el encuentro con el Papa.
“Cuando le hablé de pedofilia, noté de repente una rigidez y un cambio de expresión en el pontífice. El Papa se ruborizó y dijo: ‘Perdóname’ y rezó una oración. Pero yo no necesito oraciones porque mi vida está arruinada.” (Guiseppe Consiglio)
Según la Convención Internacional de Lanzarote, la prescripción por abusos sexuales sobre menores sólo se aplica después de 20 años. Italia firmó la convención en 2007 y el Parlamento italiano la ratificó en 2012. La Magistratura italiana decidió no aplicarla en el caso Provolo. No abrió ninguna investigación, y declaró prescritos todos los crímenes. Ningún cura implicado fue excomulgado. Todos los testimonios fueron relegados al secreto por el Vaticano, y al día de hoy ninguna de las víctimas ha sido indemnizada.
Fuentes:
1. RT Noticias.
2. L’Espresso.
3. Fanpage.