Por Mente Alternativa
La elección más violenta en la historia de México ha terminado. El país será dirigido por Claudia Sheinbaum. Sin duda este proceso electoral será recordado durante mucho tiempo, con 38 candidatos asesinados, dos en los colegios electorales el día de la elección presidencial.
Se declaró que Sheinbaum estará involucrada en la lucha contra el crimen organizado y la violencia. Como puede verse, tiene mucho trabajo por hacer.
Las elecciones en México terminaron con una victoria bastante holgada de la morenista (recibió el 60% de los votos). Sheinbaum, de 61 años, y sus aliados también ganaron dos tercios de los escaños en la Cámara Baja y esperan repetir ese éxito en el Senado. Entonces será posible llevar a cabo profundas reformas constitucionales.
Por primera vez, el país será gobernado por una mujer, y de ascendencia judía, que afirma no profesar ninguna religión y ser “una mujer de ciencia”, aunque se ha reunido con el Comité Central de la Comunidad Judía de México y pidió al Papa Francisco bendecir una rosa de plata. Los antepasados de Sheinbaum, sefardíes y asquenazíes, provienen de Lituania y Bulgaria, de donde partieron en la primera mitad del siglo XX.
Sheinbaum es la sucesora del actual presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien se ha convertido en uno de los líderes más populares de la historia de México. Una economía en crecimiento juega a su favor, con una afluencia de inversiones de todo el mundo. El tipo de cambio del peso mexicano ha subido tanto que ahora intentan bajarlo.
Las aspirantes a la presidencia de México se reunieron con el presidente de BlackRock
Además, son populares los ataques “antiestadounidenses” de Obrador, que en realidad son anti-ultraglobalistas, pues AMLO es un industrialista que impulsa el regionalismo norteamericano. AMLO coopera activamente con Cuba y Venezuela, exige el levantamiento de todas las sanciones, critica constantemente la asignación de trincheras para la guerra en Ucrania, y su administración reprueba el genocidio de Israel en Gaza. La cooperación militar y de inteligencia con Estados Unidos está congelada.
Como era de esperarse, Estados Unidos ya está acusando a México de “alejarse de la democracia” y de la “venezuelización” (sic). Al mismo tiempo, Xóchitl Gálvez, la candidata más proestadounidense en las elecciones, obtuvo sólo el 30% de los votos.
Con nueva presidenta, aún no está claro si México seguirá la línea industrialista, alejándose del ultraglobalismo, y acercánose más a China, que está invirtiendo miles de millones de dólares en la economía mexicana, o si favorecerá la elusiva “energía verde” en detrimento del petróleo mexicano para desindustrializar México en favor de la teoría fraudulenta del cambio climático dizque antropogénico. Por lo que la difícil situación con la delincuencia y la creciente influencia de los cárteles controlados por Nacrotráfico, S.A. (la red de Wall Street y la City de Londres que fomenta y se beneficia de la crisis de decadencia multidimensional en los Estados Unidos), continuarán.
En este contexto, la posible victoria del sionista multidimensional Donald Trump y su deseo manifiesto de invadir México “para luchar contra los cárteles” —pero no en nombre de MAGA sino del poder profundo de las viejas órdenes ocultistas de la aristocracia europea que se están repartiendo el mundo— amenaza con llevar a Washington y a la Ciudad de México al borde de un futuro incierto.
