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El Apóstol San Pablo, creación literaria de los sacerdotes judíos de Serapis

El Apostol San Pablo es una construcción literaria románica creada con los fines políticos que condujeron a la conformación del cristianismo.

El Apóstol San Pablo es una creación literaria. Contra Flaco In Flaccum, la última investigación del Dr. en Teología, Llogari Pujol, ofrece la crónica de un judío alejandrino del primer pogromo antijudío y, sin duda, la base de la creación literaria del personaje de ficción de San Pablo (Aulus-Saulus-Paulus). En otras palabras, según el revisionismo histórico, el auto denominado “apóstol” San Pablo, no sería un personaje histórico de carne y hueso que caminó en esta Tierra, sino una construcción literaria, creado para apuntalar la enorme construcción que se gestaba dentro del Imperio Romano y que llegaría hasta hoy con el nombre de CRISTIANISMO. Un artilugio político más para controlar a las masas y sumirlas en el temor y la absoluta dominación.

 

El Apóstol San Pablo es una creación literaria

Según Elaine Pagels en «Pablo y los misterios paganos», San Pablo se autocalifica y a la vez exhibe sus verdaderas creencias de esta manera en 1 Corintios (4,1):

Que todo hombre nos considere de esta manera: “Como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios, que es el nombre técnico de un sacerdote en los misterios de Serapis.”

De acuerdo con las conclusiones científicas del Dr. Pujol, todo el constructo literario, sin base histórica alguna, está basado fundamentalmente en dos grandes textos egipcios: «El Náufrago» (3000 años a.C.) y el «Contra Flaco» de Filón de Alejandría. Sus autores fueron los sacerdotes del culto de Serapis, discípulos tardíos del mismo y quienes hicieron este libro en el Monasterio de Saqqara (Egipto). Esta es una hipótesis científica, basada en una investigación científica y, por tanto, es refutable.

Si algún otro investigador logra demostrar lo contrario, la hipótesis científica será desechada, advierte el teólogo Carlos Delfino. Pero hasta el momento, la hipótesis del Dr. Pujol sigue siendo válida y, creemos que lo seguirá siendo, pues la fuente principal (El Náufrago) data del tercer milenio antes de Cristo.

Por lo tanto, agrega Carlos Delfino, el encontrar textos enteros de la Biblia hasta con 300 años de antigüedad a.C., nos ayuda a sacar algunas conclusiones que coinciden con las del Dr. Pujol:

1. la antigüedad de los textos, nos habla de una educación superior y profunda de estos sacerdotes de Serapis, que eran intelectuales muy versados en literatura antigua, personas que dedicaron su vida a ello. Cuando un filósofo griego quería ampliar sus conocimientos hace dos mil años, tenía que ir al mencionado templo en Egipto y estudiar con los sacerdotes de Serapis. Eran los estudios superiores de todo el mundo antiguo.

2. Hay algo en el tercer milenio a.C., que nos lleva a concluir que fue una época de gran producción literaria. De allí sale el texto primario para armar al personaje San Pablo (el cuento llamado EL NAÚFRAGO y existen muhos ejemplos más, que se pueden conseguir en el libro llamado: “Jesús, 3.000 años antes de Cristo” de Claude-Brigitte Carcenac Pujol, Esposa del Dr. Llogari Pujol.

Aprovecho para recordar que la frase: “Éste es mi hijo amado en quien tengo complacencia” aparece en el momento en que Jesús fue bautizado y, luego, cuando fue transfigurado junto a otros dos personajes del Antiguo Testamento (Mateo 3:17 y 17:5 respectivamente).

PERO TRES MIL AÑOS ANTES DE ESA FECHA, YA EXISTÍA ESCRITA, EN EL SARCÓFAGO DE UN FARAÓN, EN UNA DE LAS PIRÁMIDES MENORES DE EGIPTO, como muestra (de manera directa y textual) la recopilación llamada “Los Textos de las Pirámides”, es donde se encontró la famosa frase:

él es mi hijo amado, con quien estoy muy complacida” (Los Textos de las pirámides, Textos de los sarcófagos, declaración 1 – Pirámide de Teti ) – Oración de la diosa Nut, la Gran Benéfica.

Esto confirma que también esta frase es una construcción literaria con una antigüedad de tres mil años a.C., un período de la literatura egipcia que, obviamente, era dominado por los sacerdotes de Saqqara.

3. La tercera y última conclusión, es que estas pruebas nos indican que la Biblia no es un bloque monolítico enviado a la raza humana por entidades que no son de aquí y escrita en un código secreto. Habiendo fragmentos encontrados en el interior de una pirámide pequeña (como la de Tetis), con 5 mil años de antigüedad, es imposible fundamentar esa ocurrencia que a muchos les vendieron. Es otro invento, otro cuento, que solo lo compran aquellos que no quieren molestarse en investigar y que carecen hasta de sentido común. Para los que ahora creen en esos inventos ¿Que pasó aquí hace 5 mil años? ¿Se escapó un texto codificado y fue a parar a la tapa del sarcófago de un Faraón?
Ahora resulta que estas incongruencias las quieren solucionar con otras incongruencias. Pues lo último que encontraron estos individuos es otro texto codificado reciente que hace alusión a una entidad que domina el tiempo ¡Pero que conveniente! Y también será del espacio ya que son una sola cosa. Hubo que trasladar esos misteriosos códigos de oriente medio hasta Egipto y ponerlos en la tumba de un faraón de poca monta, en una pirámide menor que nadie sabía que existía hasta hace pocos años y que, por supuesto, a nadie le importa (un hermoso e importante gesto por parte de la entidad del tiempo).
Lo que sí es extraño, es cómo puede ser que una entidad, aparentente superior a nosotros no sepa una verdad científica que hoy hasta los niños la saben: que el tiempo-espacio son tan solo una ilusión, como afirmaba Einstein con toda la gigantesca teoría de la relatividad respaldándolo, agregando que es…”una ilusión persistente, pero ilusión al fin”. Es muy divertido encontrarse con una entidad que domina cosas que no existen, pero además, les cuento a los que ya les vendieron esto, que hace rato sabemos que gracias a las leyes de la probabilidad, la extensión de la Biblia y los actuales recursos informáticos, podemos sacar de allí lo que sea, el texto que se nos ocurra.
Termino con una pregunta para reflexionar (palabra que viene de reflejo, verse al espejo) y preguntarse: ¿Que hice con mi vida? ¿Alimenté al sistema, a zánganos religiosos que no saben hacer nada, para seguir siendo un esclavo de mis reacciones inconscientes insoportables para los demás? ¿No sería más útil ponerse a investigar que andar corriendo sin rumbo fijo y sin saber donde me dirijo con seguridad y pruebas, que leer estos inventos inútiles, muy curiosos pero que no ayudan a nadie? Lo digo pues el colapso del planeta es inminente, mucha gente le reclamará a esa cantidad de personas, que cada vez son más, que los distrajeron con cuentos de hadas.

Investigación científica revela que la identidad del Jesús bíblico fue copiada del dios Horus de los textos egipcios

 

¿Quiénes fueron los sacerdotes de Serapis?

La hipótesis científica del Dr. Llogari Pujol revela que los autores del Nuevo Testamento eran sacerdotes del culto de Serapis, que fueron judíos de la 3ª o 4ª generación, que convivían con otras comunidades. Ellos vivían en Alejandría, en el barrio Delta, donde había una parte de judía, otra griega y otra egipcia-autóctona.

Según un texto de Tácito, Serapis fue el dios de la cercana población de Racotis antes de que formara parte de la gran capital de Alejandría. Los sacerdotes de Serapis crearon a ese dios para limar diferencias entre griegos, egipcios y judíos en el Egipto Ptolemaico.

Al crear el culto sincrético de Serapis, la intención de Ptolomeo consistía, probablemente, en hallar una deidad que se ganara por igual el respeto y veneración de los helenos —de diversos orígenes raciales, pero educados en una cultura común— y de los egipcios, intensamente tradicionalistas, cuyos sacerdotes habían repudiado a las precedentes dinastías extranjeras reinantes sobre Egipto, provocando fuertes resistencias.

Es poco probable que los griegos hubiesen aceptado una divinidad zoocéfala, al modo egipcio, mientras que los egipcios estarían más dispuestos a aceptar cualquier aspecto para este dios. Se eligió, pues, un icono típico griego, que fue proclamado el equivalente antropomorfo de una muy venerada divinidad egipcia, el buey Apis, asimilado a Osiris, dios del inframundo (Duat). La figura griega probablemente tendría escasa influencia sobre las ideas religiosas de los egipcios, pero quizás sirviera como útil lazo entre las dos religiones.

De este modo, Serapis es un caso ejemplar de divinidad sincrética en la que prácticas cultuales de distinto origen se sintetizan en una nueva imagen. Si bien el concepto de sincretismo fue descrito por primera vez en el siglo XVII d. C., la práctica sincrética debe de haber sido habitual en la religión griega de la época helenística. Los griegos reconocían desde antaño al oráculo de Amón en Siwa como una manifestación de Zeus. Los cultos sincréticos grecorromanos de la divinidad persa Mitra y de la egipcia Isis están ampliamente documentados.

La más antigua mención de Sarapis se encuentra en la narración de la muerte de Alejandro, tomada de los diarios reales (Arriano, Anábasis, VII. 26). Según ella, Sarapis tiene un templo en Babilonia y es de tal importancia que sólo lo nombra a él al ser consultado el rey agonizante.

Por otra parte, el principal dios de Babilonia era Zeus Belus (Baal Marduk) y es difícil imaginar que hubiera sido asimilado a Serapis en esta ocasión. Sin embargo, se sabe que Ea, llamado también Sarapsi, el dios del océano profundo, del aprendizaje y de la magia, contaba con un templo en la ciudad. Parece poco probable que este Sarapsi-Sarapis se adoptara en Sinope y de esta ciudad se tomara como origen del dios egipcio, en Alejandría; pero independientemente de si el nombre egipcio de Sarapis proviene realmente del Sarapsi babilónico, la importancia que éste tuvo en los últimos días de Alejandro podría haber determinado la elección del egipcio Osiris-Apis para aportar el nombre y algunas de las principales características al dios de Alejandría.

El sábado 27 de julio, el Dr. Llogari Pujol presentará su libro, Contra Flaco: La Creación Literaria del apóstol San Pablo, a través de Vida Coherente Online.

Video: Actualización del 14 de enero de 2020

 

Fuentes:

Carlos Delfino — Contra Flaco.

Wikipedia — Serapis.

Agaton — Los orígenes egipcios del cristianismo.

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