Como advierte la fundadora Helga Zepp-LaRouche, viajar a China revela una realidad muy diferente a la retratada en los medios occidentales. China es retratada de manera injusta en Occidente. Aunque no es perfecto, el país es muy diferente y la gente es optimista y dedicada a mejorar el bienestar común, no por estar afiliada a un partido, sino por una vocación milenaria. Los chinos confían en su gobierno, valoran el bien común sobre el individualismo extremo, y tienen una larga historia de trabajar por el bien del país. La Iniciativa de la Franja y la Ruta ha llevado el desarrollo económico a muchos países y ha sido agradecida por el Sur Global. China no es agresiva y respeta la elección de los sistemas sociales de otros países. A pesar de las tensiones con Estados Unidos, China se defiende pero no es agresiva. La falta de cooperación entre Estados Unidos y China tendrá consecuencias devastadoras para la economía mundial y podría llevar a una guerra. En China, los jóvenes están entusiasmados con la música clásica y valoran su contribución al desarrollo de la creatividad. El optimismo cultural y la actitud orientada a hacer las cosas son impresionantes, y los chinos tienen virtudes como la laboriosidad y la puntualidad que se han perdido en Occidente.
Estos son algunos fragmentos del diálogo entre el portavoz del Instituto Schiller, Harley Schlanger, con su fundadora Helga Zepp-LaRouche tras el regreso de su viaje a China.
“Lo que puedo asegurarles es que los chinos están abiertos; si Estados Unidos hiciera un gesto y dijera que van a cooperar y que van a dejar este juego de la geopolítica.
No digo que China sea un país perfecto, pero no es en absoluto lo que se dice de él en Occidente. Es un país increíblemente diferente a Occidente. La gente es en general muy optimista, extremadamente decidida a conseguir cosas, a hacer cosas, a seguir en el camino de mejorar el bienestar de la gente.
Y obviamente una de las principales diferencias es que el papel del bien común frente al individualismo extremo que encontramos en Occidente —histórica y culturalmente— está mucho más en los genes de los chinos desde hace miles de años. Así que en cierto sentido la gente está mucho más decidida a trabajar por el bien del país.
Dado que se cumple el décimo aniversario de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, este ha sido el proyecto de infraestructura más notable de la historia de la humanidad que ha llevado el desarrollo económico a muchos países, especialmente al Sur Global, y eso se refleja en el tipo de diplomacia que acabas de mencionar porque los países del sur Global en general están muy agradecidos de que China les diera la mano y les diera por primera vez la oportunidad de superar la pobreza y el subdesarrollo y nadie habla de la llamada trampa de la deuda.
La gente habla de que ahora tiene perspectiva, de que ahora tienen ferrocarriles, puertos, parques industriales.
Solo puedo decir lo que he dicho muchas veces en el pasado, pero en primer lugar es totalmente injusto lo que se está haciendo, la forma en que se está representando a China [en Occidente]… Se sataniza a un país que no tiene una historia de agresión militar. Si nos fijamos, en los varios miles de años de historia de China tuvo tal vez algunas guerras pero en comparación con los cientos y cientos de guerras que ha habido en Occidente, China es un país absolutamente no agresivo. No trata de hacer proselitismo de su propio modelo. No exige que otros países se adhieran al sistema político de China. Respeta al máximo los diferentes sistemas sociales que eligen los países y su derecho a seguir su propio camino.
Y naturalmente ahora mismo la gente está muy preocupada por el recrudecimiento de la relación entre Estados Unidos y China y sin embargo no lo hacen desde un punto de vista defensivo sino decidido.
Vi dos películas chinas con subtítulos en inglés que eran sumamente interesantes. Una trataba sobre la historia del surgimiento del partido comunista a principios del siglo XX y la otra sobre la evolución de la República popular China desde 1949. Y cuando ven estas películas uno se da cuenta del tremendo logro de cómo China se libró de lo que vivieron como una gran vergüenza: el siglo de la humillación, las dificultades para fundar la primera República tradicional, y luego más años de guerra civil y finalmente la creación de la República popular, y no quieren volver a tener ese tipo de problemas. Así que se defenderán, pero no son agresivos.”
Si la gente tiene la oportunidad de viajar a China, no es barato, pero es algo que alguien debería hacer en su vida una vez y abrir los ojos y ver con sus propios ojos lo que ve y descubrirán que la realidad de China es muy muy diferente de lo que se retrata en los medios de comunicación occidentales.
[Si] las dos economías más grandes —Estados Unidos y China— no trabajan juntas, el mundo entero sufrirá. La idea actual de ‘desacoplar’ como se está impulsando en Estados Unidos o la forma más sofisticada de decir lo mismo procedente de la Unión Europea de ‘eliminar el riesgo’…se trata de una estúpida creación de palabras, lo que sería realmente devastador… para la economía mundial y sería catastrófico para los países europeos. Implicaría el peligro de una escalada militar… sería una catástrofe mundial que el mundo se dividiera en dos bloques diferentes y eso llevaría a una guerra mundial.
Hay todo un Renacimiento de la música clásica en China. Mucha gente joven, varias personas con las que hablé, me dijeron básicamente que cuando uno va a un concierto en Europa a escuchar a Beethoven o a otros compositores clásicos se ven muchas cabezas grises o blancas porque a esos conciertos va sobre todo gente mayor.
En China, son los jóvenes los que están totalmente entusiasmados con la música clásica porque reconocen la contribución importantísima al desarrollo de la creatividad que hace la música clásica.
Así que diría que este optimismo cultural y la apertura al diálogo con otras culturas es lo que más me ha impresionado, y por lo demás, yo diría que es la actitud de los chinos que están tan orientados a hacer las cosas.
En cierto sentido tienen todas las virtudes que tenían los alemanes, pero que ya no tienen. Son laboriosos, puntuales, fiables, hacen su trabajo a tiempo, tienen una tremenda moral de trabajo. Como dije, todas estas eran virtudes por las que Alemania fue famosa en los cincuentas y sesentas y hasta los setentas, pero ahora los alemanes, especialmente los más jóvenes, quieren tener más tiempo libre, quieren tener más ocio. El trabajo es menos importante y eso tiene sus ventajas, pero el país en su conjunto sufre las consecuencias.”
Fuente:
Instituto Schiller: “¡Estoy de regreso de China! ¡Hablemos!” 31 de mayo del 2023.