Por Leonid Savin
Para Estados Unidos fue fundamental desde el primer momento cuestionar el proceso electoral, plantear la tesis de la ilegitimidad de los resultados, volver a la política de máxima presión y llevar a su títere a la jefatura del Estado.
Los acontecimientos que se sucedieron en Venezuela tras las elecciones presidenciales no son una acción puntual de la oposición local, apoyada por los países del Occidente colectivo. Deben considerarse como un eslabón más de la cadena, como un intento más de derrocar el poder de los chavistas, que ya han emprendido unos cuantos.
Hay que tener en cuenta que tras la llegada de Hugo Chávez al poder en 1999, el rumbo del país, que Estados Unidos consideraba su patio trasero con un régimen obediente (aunque corrupto), cambió radicalmente. Hugo Chávez fue uno de los primeros líderes de los países que habló de la necesidad de crear un mundo multipolar, e inició profundas reformas en la política interna que despertaron el odio de Washington y de los oligarcas locales centrados en Estados Unidos.
La primera conspiración contra él tuvo lugar en abril de 2002, pero el golpe fracasó, ya que el pueblo salió en defensa del presidente. Durante las elecciones de diciembre de 2006, la oposición intentó promocionar a su candidato, pero la diferencia de votos era demasiado obvia para cantar victoria. Sin embargo, ya en 2007, en un referéndum propuesto por Chávez, la participación fue inferior al 50%.
En octubre de 2012, Chávez volvió a ganar, aunque Estados Unidos apostó por Henrique Capriles. Tras la muerte de Chávez, en marzo de 2013, Nicolás Maduro se convirtió en presidente interino, que luego ganó las elecciones anticipadas. La continuidad del rumbo se había preservado.
En febrero de 2014, estallaron repentinamente en el país disturbios masivos, cuyos organizadores protestaban supuestamente contra la crisis económica. Como reveló posteriormente la investigación, en la incitación a los disturbios en las redes sociales participó la conocida empresa Cambridge Analytica, la misma que en 2016 ayudó a Donald Trump a ganar las elecciones estadounidenses con los mismos métodos y que recibió la orden de hacer campaña en el referéndum en Gran Bretaña sobre la salida de la UE.
Fuente:
Leonid Savin, en Oriental Review: Venezuela: Anatomy of The Conflict. 16 de agosto de 2024.