Por Andrei Fursov
Una parte muy pequeña de la élite mundial está preparada para una guerra nuclear, pero incluso esa parte de la élite que está dispuesta a crear un infierno social no está dispuesta a suicidarse. De hecho, todos quieren vivir, y fue de otra manera que dejaron entrar el infierno.
Esta es una interiorización del infierno: el infierno no está afuera, sino adentro. A pesar de que todas las analogías históricas son de naturaleza externa, esto es muy similar al final de la Roma tardía, cuando las perlas se disolvían en vino, cuando florecía el libertinaje… Y cuando la gente ya no sabía qué más quería.
Esto es más o menos lo mismo que les sucede a estas personas. Y esto, dicho sea de paso, habla de una grave falta de voluntad entre esta élite. Éste es también uno de los problemas graves: una fuerte caída del nivel intelectual y volitivo de estas personas.
Me refiero principalmente a empleados de alto rango. No sé cómo están las cosas con aquellos a quienes Disraeli llamó “los maestros de la historia”, pero creo que a ellos tampoco les va muy bien. Creo que en realidad están confundidos.
Sobre el autor
Andrei Fursov es filósofo, historiador, miembro de la Academia Internacional de Ciencias (Innsbruck, Austria), director del centro de estudios rusos de la Universidad Humanitaria de Moscú, director del Instituto de Análisis Sistémico-estratégico, Jefe del Departamento de Asia y África INION RAN, y jefe del Centro de Metodología e Información del Instituto de Conservadurismo Dinámico.
Andrei Fursov: ¿Qué pasará después de 2030 si no hay una catástrofe global?